/ domingo 28 de noviembre de 2021

Ocurrencias del futbol | Todos tenemos un umbral de la resistencia

Sabemos bien que nuestro umbral de la resistencia no es el mismo para todos. Pero también sabemos que una simple ecuación nos lo da a conocer: 220 menos la edad, nos marca en pulsaciones por minuto, el límite de nuestra resistencia máxima y, aunque eso está probado científicamente, yo al menos como entrenador de futbol me establezco en 85% del resultante de la ecuación.

Durante mucho tiempo, mi entrenamiento para jugar futbol amateur lo realicé en tiempos que no eran los indicados para lo requerido, la resistencia no es la misma para un ciclista, un boxeador, un nadador o un velocista, a partir de entonces limité mi entrenamiento a 45 minutos de trote sobre terreno incierto (Fartlek) en los que los cambios de ritmo son constantes e imprevistos, como pequeñas elevaciones, obstáculos naturales de hasta un metro de elevación, o de dos a tres de longitud, todos imprevistos, presentándose una función cambiada.

La "función" conserva al músculo heredado... La función cambiada, conserva y desarrolla el músculo heredado... La función excesiva enferma al músculo heredado... La ausencia de función mata al músculo heredado. Esto está probado científicamente, lo que viene a confirmar la ineficacia de nuestro sistema de competencia.

En un sistema largo de competencia encontramos que todos los equipos realizan el mismo esfuerzo, así que el equipo que acumule más puntos es el campeón indiscutible. Desgraciadamente, la programación de la competencia no está a cargo de preparadores físicos sino que lo realizan los dueños y directivos de equipo, especializados en economía, que para hacer productiva la acción deportiva añaden a lo programado otro tipo de competencias, como: Copa de Campeones de Concacaf, Copa Oro, más las Olimpiadas, Mundial de Clubes, Copa México, Copa Campeón de Campeones y los productivos juegos moleros, de poca aportación deportiva, pero de gran producción económica, de la que generalmente participan los equipos más poderosos.

Al término del ejercicio anual encontramos que los jugadores de los cuatro o cinco equipos más poderosos han realizado más esfuerzo físico que el de los demás equipos. En la MLS de Estados Unidos, en donde los futbolistas cuentan con su Sindicato, todas estas participaciones extraordinarias les son remuneradas a los futbolistas, al menos podrán beneficiar económicamente a su familia.

Estos son los beneficios económicos producidos por nuestro sistema de competencia, pero en el aspecto físico (salud) volvemos a los tiempos del Santos de Pelé, cuya imagen fue explotada más que la de ningún otro futbolista a la fecha, pues la demanda existente para ver jugar a Pelé y lo que el Santos recibía en dólares nunca se ha presentado con ningún otro jugador, al grado de que los médicos advirtieron que si Pelé continuaba a ese ritmo no superaría los cincuenta años de edad.

Fue entonces que iniciaron los problemas del Santos con Pelé. En aquella ocasión, los diarios publicaron versiones claramente tendenciosas sobre las exigencias para renovar. Habían decidido reducir las diferencias a una novela de buenos y malos, adjudicándole a Pelé el papel de villano. "La avaricia de Pelé no tiene límites", decían que con sus excesivas demandas el Santos quedaría en la pobreza y al borde de la quiebra. Pelé es un egoísta y un desagradecido al olvidar que todo lo que es se lo debe al Santos. Pelé está mordiendo la mano que le da de comer... Argumentos como este se leían día a día.

Si esto fue posible contra Pelé en una ciudad como Santos, ¿qué le sucedería a un mexicano en la Ciudad de México? Eso ya lo vimos cuando en el pasado, Carlos Albert del Necaxa, Gamaliel Ramírez del Atlas, Antonio Mota del Jalisco, Gregorio Villalobos, Javier Valdivia y Arturo Chaires de Chivas, que fueron condicionados para ser contratados y que, aunque se quedaron en el equipo, les fue prohibida la entrada al club, y para cobrar, deberían hacerlo afuera del edificio. O sea que el trabajo excesivo no solo afecta a la salud del jugador, porque si no está de acuerdo pues adiós y se acabó.

Como puedes ver, al Monterrey su carísima plantilla de jugadores no le sirvió para solventar los juegos de la Liguilla, pues entre la Copa de Campeones de Concacaf y la calificación a la Liguilla por medio del Repechaje, más la aportación de 9 jugadores a las fechas FIFA, es de suponer que llegan a estas instancias más cansados que un cartero al final de su jornada.

Se puede ver claramente cómo este ridículo, pero productivo sistema de competencia, beneficia claramente a la mediocridad. Si no logras ver la diferencia, es que igual simpatizas con la mediocridad. Desde el punto de vista del rendimiento físico, ¿a qué equipo ves tú como el más entero? Ya viste cómo un equipo que flojeó para llegar al Repechaje logró empatar con otro que lo superaba nada menos que por 14 puntos? Y que sin embargo podrá amanecer hoy como finalista.

¡Hasta pronto, amigo!

Sabemos bien que nuestro umbral de la resistencia no es el mismo para todos. Pero también sabemos que una simple ecuación nos lo da a conocer: 220 menos la edad, nos marca en pulsaciones por minuto, el límite de nuestra resistencia máxima y, aunque eso está probado científicamente, yo al menos como entrenador de futbol me establezco en 85% del resultante de la ecuación.

Durante mucho tiempo, mi entrenamiento para jugar futbol amateur lo realicé en tiempos que no eran los indicados para lo requerido, la resistencia no es la misma para un ciclista, un boxeador, un nadador o un velocista, a partir de entonces limité mi entrenamiento a 45 minutos de trote sobre terreno incierto (Fartlek) en los que los cambios de ritmo son constantes e imprevistos, como pequeñas elevaciones, obstáculos naturales de hasta un metro de elevación, o de dos a tres de longitud, todos imprevistos, presentándose una función cambiada.

La "función" conserva al músculo heredado... La función cambiada, conserva y desarrolla el músculo heredado... La función excesiva enferma al músculo heredado... La ausencia de función mata al músculo heredado. Esto está probado científicamente, lo que viene a confirmar la ineficacia de nuestro sistema de competencia.

En un sistema largo de competencia encontramos que todos los equipos realizan el mismo esfuerzo, así que el equipo que acumule más puntos es el campeón indiscutible. Desgraciadamente, la programación de la competencia no está a cargo de preparadores físicos sino que lo realizan los dueños y directivos de equipo, especializados en economía, que para hacer productiva la acción deportiva añaden a lo programado otro tipo de competencias, como: Copa de Campeones de Concacaf, Copa Oro, más las Olimpiadas, Mundial de Clubes, Copa México, Copa Campeón de Campeones y los productivos juegos moleros, de poca aportación deportiva, pero de gran producción económica, de la que generalmente participan los equipos más poderosos.

Al término del ejercicio anual encontramos que los jugadores de los cuatro o cinco equipos más poderosos han realizado más esfuerzo físico que el de los demás equipos. En la MLS de Estados Unidos, en donde los futbolistas cuentan con su Sindicato, todas estas participaciones extraordinarias les son remuneradas a los futbolistas, al menos podrán beneficiar económicamente a su familia.

Estos son los beneficios económicos producidos por nuestro sistema de competencia, pero en el aspecto físico (salud) volvemos a los tiempos del Santos de Pelé, cuya imagen fue explotada más que la de ningún otro futbolista a la fecha, pues la demanda existente para ver jugar a Pelé y lo que el Santos recibía en dólares nunca se ha presentado con ningún otro jugador, al grado de que los médicos advirtieron que si Pelé continuaba a ese ritmo no superaría los cincuenta años de edad.

Fue entonces que iniciaron los problemas del Santos con Pelé. En aquella ocasión, los diarios publicaron versiones claramente tendenciosas sobre las exigencias para renovar. Habían decidido reducir las diferencias a una novela de buenos y malos, adjudicándole a Pelé el papel de villano. "La avaricia de Pelé no tiene límites", decían que con sus excesivas demandas el Santos quedaría en la pobreza y al borde de la quiebra. Pelé es un egoísta y un desagradecido al olvidar que todo lo que es se lo debe al Santos. Pelé está mordiendo la mano que le da de comer... Argumentos como este se leían día a día.

Si esto fue posible contra Pelé en una ciudad como Santos, ¿qué le sucedería a un mexicano en la Ciudad de México? Eso ya lo vimos cuando en el pasado, Carlos Albert del Necaxa, Gamaliel Ramírez del Atlas, Antonio Mota del Jalisco, Gregorio Villalobos, Javier Valdivia y Arturo Chaires de Chivas, que fueron condicionados para ser contratados y que, aunque se quedaron en el equipo, les fue prohibida la entrada al club, y para cobrar, deberían hacerlo afuera del edificio. O sea que el trabajo excesivo no solo afecta a la salud del jugador, porque si no está de acuerdo pues adiós y se acabó.

Como puedes ver, al Monterrey su carísima plantilla de jugadores no le sirvió para solventar los juegos de la Liguilla, pues entre la Copa de Campeones de Concacaf y la calificación a la Liguilla por medio del Repechaje, más la aportación de 9 jugadores a las fechas FIFA, es de suponer que llegan a estas instancias más cansados que un cartero al final de su jornada.

Se puede ver claramente cómo este ridículo, pero productivo sistema de competencia, beneficia claramente a la mediocridad. Si no logras ver la diferencia, es que igual simpatizas con la mediocridad. Desde el punto de vista del rendimiento físico, ¿a qué equipo ves tú como el más entero? Ya viste cómo un equipo que flojeó para llegar al Repechaje logró empatar con otro que lo superaba nada menos que por 14 puntos? Y que sin embargo podrá amanecer hoy como finalista.

¡Hasta pronto, amigo!