/ viernes 15 de julio de 2022

¡De bien para arriba! | Comercio electrónico

A todas luces, la pandemia de Covid-19 ha estimulado la inclusión financiera, lo que generó un gran aumento en la adopción de pagos digitales en el contexto de una expansión a nivel mundial de los servicios financieros formales.

Esta expansión, a su vez, creó nuevas oportunidades económicas, lo que contribuyó a reducir las disparidades de género en la tenencia de cuentas, además de generar resiliencia en los hogares para lograr una mejor gestión de las crisis financieras, de acuerdo con la base de datos Global Findex 2021.

En Latinoamérica ya se evidencian cambios de hábitos, producto de la influencia de la pandemia, en el último año el e-Commerce creció un 40% en la región, por su parte, los bancos han informado que en 2021 el 96% de sus atenciones fueron digitales, estos datos hacen un llamado implícito a las instituciones financieras a reinventarse, en particular a cambiar sus procesos financieros alineándolos con los nuevos hábitos de consumo.

Hoy en día, dos terceras partes de los adultos de todo el mundo realizan o reciben pagos digitales, mientras que la proporción en las economías en desarrollo subió del 3% en 2014 al 57% en 2021, en dichas economías, el 71% de los adultos tienen una cuenta en un banco, en otra institución financiera o por medio de un proveedor de dinero móvil, lo cual representa un aumento con respecto al 63% que se registraba en 2017 y al 42% registrado en 2011.

Sin duda, la revolución digital ha catalizado aumentos en el acceso y el uso de los servicios financieros en todo el mundo, lo que ha significado una transformación en las formas en que las personas realizan y reciben pagos, concretan préstamos y ahorran.

La creación de un entorno normativo propicio, la promoción de la digitalización de los pagos y la mayor expansión del acceso a cuentas y servicios financieros formales para las mujeres y los sectores pobres son algunas de las prioridades normativas para mitigar los reveses sufridos en materia de desarrollo a causa de las múltiples crisis actualmente en curso.

Por primera vez desde que se dio inicio a la base de datos Global Findex en 2011, el estudio indicó una reducción de las disparidades de género en la tenencia de cuentas, lo que se traduce en mayor privacidad, seguridad y control del dinero para las mujeres, desde el último estudio de 2017, la disparidad presentó una disminución de 7 a 4 puntos porcentuales a nivel mundial y de 9 a 6 puntos porcentuales en los países de ingreso bajo y mediano.

Sin duda, el comercio electrónico llegó para quedarse, derivado de la crisis sanitaria el comercio electrónico tomó fuerza y el uso de efectivo se vio desplazado y de crecer a un ritmo de 2%.

En este último año sólo aumentó 1%, muchas personas por primera vez en su vida realizaron una compra electrónica, mientras que empresas que carecían de estos esquemas de pagos tuvieron que integrarlos, de acuerdo con una encuesta realizada por Visa, 63% de las personas entrevistadas afirmó haber comprado por medio del comercio electrónico y 80% de ellas aseguraron que seguirán utilizando este esquema de compras en línea.

Nuestro país está teniendo un boom general hacia las fintech, esta industria de tecnología financiera; pero, especialmente, el reflector está en los pagos, porque han demostrado que son el vehículo de inclusión financiera más importante que tienen gobierno, empresas y jugadores del ecosistema en general.

Por tanto, la tarjeta de débito ostenta el primer lugar como método de pago online, con una preferencia de 88%; seguida del pago en efectivo contra entrega, con un 74%; así como pago en efectivo en cadenas comerciales, con 65%; mientras que el pago con eWallet se encuentra en la sexta posición, con 49%, de acuerdo con el “Estudio de Venta Online 2022”, elaborado por Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO).

En conclusión, para que el comercio electrónico y la inclusión financiera sigan potenciando su desarrollo se deben eliminar las limitaciones de conectividad, sin duda grandes desafíos que implican inversión en tecnología, infraestructura financiera, cambio de cultura, incrementar el uso de internet, nuevos modelos de negocio, recursos humanos, productos financieros, entre otros, con la finalidad de adaptarse a los actuales requerimientos del sector y entorno.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

  • Re-Generación 19


A todas luces, la pandemia de Covid-19 ha estimulado la inclusión financiera, lo que generó un gran aumento en la adopción de pagos digitales en el contexto de una expansión a nivel mundial de los servicios financieros formales.

Esta expansión, a su vez, creó nuevas oportunidades económicas, lo que contribuyó a reducir las disparidades de género en la tenencia de cuentas, además de generar resiliencia en los hogares para lograr una mejor gestión de las crisis financieras, de acuerdo con la base de datos Global Findex 2021.

En Latinoamérica ya se evidencian cambios de hábitos, producto de la influencia de la pandemia, en el último año el e-Commerce creció un 40% en la región, por su parte, los bancos han informado que en 2021 el 96% de sus atenciones fueron digitales, estos datos hacen un llamado implícito a las instituciones financieras a reinventarse, en particular a cambiar sus procesos financieros alineándolos con los nuevos hábitos de consumo.

Hoy en día, dos terceras partes de los adultos de todo el mundo realizan o reciben pagos digitales, mientras que la proporción en las economías en desarrollo subió del 3% en 2014 al 57% en 2021, en dichas economías, el 71% de los adultos tienen una cuenta en un banco, en otra institución financiera o por medio de un proveedor de dinero móvil, lo cual representa un aumento con respecto al 63% que se registraba en 2017 y al 42% registrado en 2011.

Sin duda, la revolución digital ha catalizado aumentos en el acceso y el uso de los servicios financieros en todo el mundo, lo que ha significado una transformación en las formas en que las personas realizan y reciben pagos, concretan préstamos y ahorran.

La creación de un entorno normativo propicio, la promoción de la digitalización de los pagos y la mayor expansión del acceso a cuentas y servicios financieros formales para las mujeres y los sectores pobres son algunas de las prioridades normativas para mitigar los reveses sufridos en materia de desarrollo a causa de las múltiples crisis actualmente en curso.

Por primera vez desde que se dio inicio a la base de datos Global Findex en 2011, el estudio indicó una reducción de las disparidades de género en la tenencia de cuentas, lo que se traduce en mayor privacidad, seguridad y control del dinero para las mujeres, desde el último estudio de 2017, la disparidad presentó una disminución de 7 a 4 puntos porcentuales a nivel mundial y de 9 a 6 puntos porcentuales en los países de ingreso bajo y mediano.

Sin duda, el comercio electrónico llegó para quedarse, derivado de la crisis sanitaria el comercio electrónico tomó fuerza y el uso de efectivo se vio desplazado y de crecer a un ritmo de 2%.

En este último año sólo aumentó 1%, muchas personas por primera vez en su vida realizaron una compra electrónica, mientras que empresas que carecían de estos esquemas de pagos tuvieron que integrarlos, de acuerdo con una encuesta realizada por Visa, 63% de las personas entrevistadas afirmó haber comprado por medio del comercio electrónico y 80% de ellas aseguraron que seguirán utilizando este esquema de compras en línea.

Nuestro país está teniendo un boom general hacia las fintech, esta industria de tecnología financiera; pero, especialmente, el reflector está en los pagos, porque han demostrado que son el vehículo de inclusión financiera más importante que tienen gobierno, empresas y jugadores del ecosistema en general.

Por tanto, la tarjeta de débito ostenta el primer lugar como método de pago online, con una preferencia de 88%; seguida del pago en efectivo contra entrega, con un 74%; así como pago en efectivo en cadenas comerciales, con 65%; mientras que el pago con eWallet se encuentra en la sexta posición, con 49%, de acuerdo con el “Estudio de Venta Online 2022”, elaborado por Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO).

En conclusión, para que el comercio electrónico y la inclusión financiera sigan potenciando su desarrollo se deben eliminar las limitaciones de conectividad, sin duda grandes desafíos que implican inversión en tecnología, infraestructura financiera, cambio de cultura, incrementar el uso de internet, nuevos modelos de negocio, recursos humanos, productos financieros, entre otros, con la finalidad de adaptarse a los actuales requerimientos del sector y entorno.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

  • Re-Generación 19