/ viernes 22 de enero de 2021

¡De bien para arriba! | Rezago educativo y el Covid-19

La atención a las personas en situación de rezago educativo, ha sido y sigue siendo una cuenta pendiente para las autoridades docentes, es una problemática que no se puede dejar de abordar, aunque cause molestia o sea incómodo, ni se puede pretender erradicar o suavizar esta situación. La información disponible en torno al rezago educativo integral, en cuanto estadísticas e indicadores, no permite dimensionar ni caracterizar la atención que el Estado brinda a las personas de 15 años o más que no saben leer ni escribir o que no tienen la primaria o secundaria concluidas.

Para entender un poco la realidad del rezago educativo en nuestro país, sepamos que la población analfabeta es aquella de 15 años y más que no sabe leer ni escribir (INEA, 2015). La población sin primaria es la población alfabeta sin primaria terminada de 15 años y más, que sabiendo leer y escribir no inició o no concluyó la educación primaria y no es atendida por el sistema escolarizado de educación básica (INEA, 2015). A su vez, la población sin secundaria es la población de 15 años y más, que, teniendo la primaria concluida, no inició o no concluyó la educación secundaria y no es atendida por el sistema escolarizado de educación básica (INEA, 2015).

La educación en nuestro país sufre varias complicaciones: es insuficiente, desigual y su calidad es incierta debido a las carencias en medición e información, estas características se profundizan entre más alto sea el nivel escolar y varían dependiendo de la región geográfica, de acuerdo con el informe diagnóstico del Derecho a la Educación del Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social); debemos tener presente que la educación es además una de las vías más efectivas para lograr cerrar brechas de desigualdad y garantizar otros derechos sociales a los grupos vulnerables, por supuesto las oportunidades respecto del mercado laboral, pero también respecto al acceso a servicios culturales de calidad e incluso respecto a sus posibilidades para el ejercicio de una ciudadanía social plena.

En el contexto del Covid-19 que afecta la economía, comercio, agricultura, ganadería, pesca, medio ambiente, turismo, entre otros; en el tema educativo ha modificado indicadores como la matrícula, el abandono escolar, eficiencia terminal y esperanza de escolaridad, el reto consiste en hacer frente a los desafíos de la educación a distancia en el ciclo escolar y resolver los obstáculos que enfrentan las escuelas para alcanzar los aprendizajes esperados por parte de los diversos grupos de alumnos ya sea por medio de programas de televisión y los menos, vía internet, pues de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH 2019), 45% de los estudiantes no tienen un dispositivo como computadora, laptop, tableta o teléfono inteligente en el hogar con acceso a internet.

Por tanto, habrá un impacto inequitativo en los estudiantes, pues quienes no tienen acceso a un dispositivo y su familia no cuenta con las condiciones necesarias para poder acompañarlos en su proceso de aprendizaje desde casa, tendrán pérdidas más grandes y cuando se regrese a clases presenciales veremos que la pandemia no impactó igual a todos.

Las diversas instituciones sugieren implementar medidas inmediatas para mitigar los efectos que tendrá la pandemia de Covid-19 en la educación, consideran que se debe hacer una evaluación de los avances que se tuvieron durante el confinamiento y establecer acciones específicas, dependiendo de las necesidades de cada uno, hacer básica la atención a la salud emocional de los estudiantes y sobre todo no bajar la guardia en cuanto a la inversión en educación, porque a la larga es una llave para el crecimiento económico de nuestro país.

Nuestras autoridades deben priorizar el abatimiento efectivo del rezago educativo, lo cual implica también reducir de inmediato la brecha digital, que hoy en día constituye una de las más penosas síntesis de desigualdad social y económica que persiste en el país, tarea nada fácil, aunque posible, implica la comprensión del problema y, sobre todo, la decisión política para destinar los recursos públicos que se requieren para lograrlo.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

Re-Generación 19.

La atención a las personas en situación de rezago educativo, ha sido y sigue siendo una cuenta pendiente para las autoridades docentes, es una problemática que no se puede dejar de abordar, aunque cause molestia o sea incómodo, ni se puede pretender erradicar o suavizar esta situación. La información disponible en torno al rezago educativo integral, en cuanto estadísticas e indicadores, no permite dimensionar ni caracterizar la atención que el Estado brinda a las personas de 15 años o más que no saben leer ni escribir o que no tienen la primaria o secundaria concluidas.

Para entender un poco la realidad del rezago educativo en nuestro país, sepamos que la población analfabeta es aquella de 15 años y más que no sabe leer ni escribir (INEA, 2015). La población sin primaria es la población alfabeta sin primaria terminada de 15 años y más, que sabiendo leer y escribir no inició o no concluyó la educación primaria y no es atendida por el sistema escolarizado de educación básica (INEA, 2015). A su vez, la población sin secundaria es la población de 15 años y más, que, teniendo la primaria concluida, no inició o no concluyó la educación secundaria y no es atendida por el sistema escolarizado de educación básica (INEA, 2015).

La educación en nuestro país sufre varias complicaciones: es insuficiente, desigual y su calidad es incierta debido a las carencias en medición e información, estas características se profundizan entre más alto sea el nivel escolar y varían dependiendo de la región geográfica, de acuerdo con el informe diagnóstico del Derecho a la Educación del Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social); debemos tener presente que la educación es además una de las vías más efectivas para lograr cerrar brechas de desigualdad y garantizar otros derechos sociales a los grupos vulnerables, por supuesto las oportunidades respecto del mercado laboral, pero también respecto al acceso a servicios culturales de calidad e incluso respecto a sus posibilidades para el ejercicio de una ciudadanía social plena.

En el contexto del Covid-19 que afecta la economía, comercio, agricultura, ganadería, pesca, medio ambiente, turismo, entre otros; en el tema educativo ha modificado indicadores como la matrícula, el abandono escolar, eficiencia terminal y esperanza de escolaridad, el reto consiste en hacer frente a los desafíos de la educación a distancia en el ciclo escolar y resolver los obstáculos que enfrentan las escuelas para alcanzar los aprendizajes esperados por parte de los diversos grupos de alumnos ya sea por medio de programas de televisión y los menos, vía internet, pues de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH 2019), 45% de los estudiantes no tienen un dispositivo como computadora, laptop, tableta o teléfono inteligente en el hogar con acceso a internet.

Por tanto, habrá un impacto inequitativo en los estudiantes, pues quienes no tienen acceso a un dispositivo y su familia no cuenta con las condiciones necesarias para poder acompañarlos en su proceso de aprendizaje desde casa, tendrán pérdidas más grandes y cuando se regrese a clases presenciales veremos que la pandemia no impactó igual a todos.

Las diversas instituciones sugieren implementar medidas inmediatas para mitigar los efectos que tendrá la pandemia de Covid-19 en la educación, consideran que se debe hacer una evaluación de los avances que se tuvieron durante el confinamiento y establecer acciones específicas, dependiendo de las necesidades de cada uno, hacer básica la atención a la salud emocional de los estudiantes y sobre todo no bajar la guardia en cuanto a la inversión en educación, porque a la larga es una llave para el crecimiento económico de nuestro país.

Nuestras autoridades deben priorizar el abatimiento efectivo del rezago educativo, lo cual implica también reducir de inmediato la brecha digital, que hoy en día constituye una de las más penosas síntesis de desigualdad social y económica que persiste en el país, tarea nada fácil, aunque posible, implica la comprensión del problema y, sobre todo, la decisión política para destinar los recursos públicos que se requieren para lograrlo.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

Re-Generación 19.