/ miércoles 30 de septiembre de 2020

El cumpleaños del perro | El cine de Sidney Lumet

Si ser el director de alguna pieza maestra del cine estadounidense es complicado, cuantimás de cuatro y en orden cronológico: “Serpico”/ 1973, “Asesinato en el Expreso de Oriente”/ 1974, “Tarde de perros”/ 1975 y “Network”/ 1976. Dichos títulos bastarían para que el gran Sidney Lumet/ 1924- 2011 tenga su nombre asegurado como uno de los creadores fílmicos excelsos del siglo pasado.

Siempre la mano de un maestro se nota y Sidney Lumet la enseñó con creces en el último filme que realizó “Antes que el diablo sepa que has muerto” (Before the devil knows You’re dead /EUA-2007, ratificando de una vez por todas a Philip Seymour Hoffman como a un actor monstruo (no en balde Hoffman obtuvo el Oscar por Capote).

Realizada en video digital, “Antes que el diablo sepa que has muerto” es una pequeña pieza burilada del veterano Lumet que le imprime con este formato una extraña y jovial textura a la historia de dos hermanos fracasados que planean el robo de la joyería de sus progenitores.

A sus ochenta y cuatro años, Lumet puso en juego su amplio oficio para manejar con economía visual los embrollos de los hermanos que se someten a dilemas morales y éticos que solo una mirada inteligente como Lumet posee, máxime teniendo un elenco efectivo como Marisa Tomei, Albert Finney y el gélido Ethan Hawke.

Los herrumbres y derrumbes morales de Andy/ Seymour Hoffman y su hermano Hamk/ Ethan Hawke son mostrados por Lumet en un intrincado relato fílmico al cual no se le notan los zurcidos visuales sino la tesura áspera del oficiante responsable de joyas como “Tarde de perros”.

“Antes que el diablo sepa que has muerto” es un rompecabezas fílmico armado no para impactar ni para justificar destrezas narrativas. Lumet deconstruye su relato para volver a juntar a los personajes que se han roto en las contradicciones de sus paroxismos sicológicos.

Perdedores son los que transitan en este filme para instaurar una premisa inquietante: ¿lo que se hace se paga? De allí que el final inesperado y crispante no suene ha desproporcionado.

El cine de Lumet estuvo marcado por una constante: el dilema moral. Los personajes de sus películas siempre cargaron con culpas o, en su defecto, sacaron a relucir la de la sociedad en sí.

Para Lumet el cine no fue poesía: fue narratología de la estulticia, de las debacles institucionales (la familia, la ley, los medios de comunicación). Quizás como ningún otro director, Lumet dio una mirada a los Estados Unidos de los años setenta con tal acidez que aún en medio de fenómenos como los contenidos en streaming y las redes sociales, sus filmes son acaso respuestas a desajustes en los modos de convivencia de una civilización donde el miedo a liberar sus demonios es directamente proporcional a la carga moral que deviene de ese acto…

Si ser el director de alguna pieza maestra del cine estadounidense es complicado, cuantimás de cuatro y en orden cronológico: “Serpico”/ 1973, “Asesinato en el Expreso de Oriente”/ 1974, “Tarde de perros”/ 1975 y “Network”/ 1976. Dichos títulos bastarían para que el gran Sidney Lumet/ 1924- 2011 tenga su nombre asegurado como uno de los creadores fílmicos excelsos del siglo pasado.

Siempre la mano de un maestro se nota y Sidney Lumet la enseñó con creces en el último filme que realizó “Antes que el diablo sepa que has muerto” (Before the devil knows You’re dead /EUA-2007, ratificando de una vez por todas a Philip Seymour Hoffman como a un actor monstruo (no en balde Hoffman obtuvo el Oscar por Capote).

Realizada en video digital, “Antes que el diablo sepa que has muerto” es una pequeña pieza burilada del veterano Lumet que le imprime con este formato una extraña y jovial textura a la historia de dos hermanos fracasados que planean el robo de la joyería de sus progenitores.

A sus ochenta y cuatro años, Lumet puso en juego su amplio oficio para manejar con economía visual los embrollos de los hermanos que se someten a dilemas morales y éticos que solo una mirada inteligente como Lumet posee, máxime teniendo un elenco efectivo como Marisa Tomei, Albert Finney y el gélido Ethan Hawke.

Los herrumbres y derrumbes morales de Andy/ Seymour Hoffman y su hermano Hamk/ Ethan Hawke son mostrados por Lumet en un intrincado relato fílmico al cual no se le notan los zurcidos visuales sino la tesura áspera del oficiante responsable de joyas como “Tarde de perros”.

“Antes que el diablo sepa que has muerto” es un rompecabezas fílmico armado no para impactar ni para justificar destrezas narrativas. Lumet deconstruye su relato para volver a juntar a los personajes que se han roto en las contradicciones de sus paroxismos sicológicos.

Perdedores son los que transitan en este filme para instaurar una premisa inquietante: ¿lo que se hace se paga? De allí que el final inesperado y crispante no suene ha desproporcionado.

El cine de Lumet estuvo marcado por una constante: el dilema moral. Los personajes de sus películas siempre cargaron con culpas o, en su defecto, sacaron a relucir la de la sociedad en sí.

Para Lumet el cine no fue poesía: fue narratología de la estulticia, de las debacles institucionales (la familia, la ley, los medios de comunicación). Quizás como ningún otro director, Lumet dio una mirada a los Estados Unidos de los años setenta con tal acidez que aún en medio de fenómenos como los contenidos en streaming y las redes sociales, sus filmes son acaso respuestas a desajustes en los modos de convivencia de una civilización donde el miedo a liberar sus demonios es directamente proporcional a la carga moral que deviene de ese acto…