Justo hace un año, en los territorios de mayo, se estrenaban en la cartelera de Tampico: John Wick 3 y Nosotros. John Wick 3/ 2019- EUA, dirigida por Chad Stahelski es una alegoría de un mundo subyugado a sendo orden mundial capaz de enmarcar a sus habitantes en reglas y acciones cuasi emanadas de la esfera de 1984, la novela distópica de George Orwell, en donde el exsicario Wick tiene que ser ejecutado por violentar las reglas en territorio “consagrado”
En cambio, Nosotros/ 2019- EUA, con guión impecable y dirección sobria de Jordan Peele nos enfrenta a una despiadada crítica, desde el nombre mismo del filme (Us) alusivo a los Estados Unidos, mediante la invasión del mal sobre la superficie de ese país. Clones se apoderan de habitantes para suplantarlos y, en paradoja, establecer una “unión” fraterna con las manos alrededor de la masa continental del país.John Wick 3 usa tal vez como nunca en el cine violencia explícita de manera efectiva, haciéndose acreedora a la clasificación C.
Keanu Reeves lucha, en encarnizadas batallas salvajes, contra enviados de la Orden Suprema rusa para sobrevivir. Apoyado con un elenco periplo y complementario (Halle Berry, Laurence Fishburne y Anjelica Huston), Reeves explota su histrionismo de manera idónea en un rol donde los diálogos y las complejidades del guión pasan a segundo término. El punto es instalar a Reeves como John Wick en la esfera de héroes ajenos a Marvel o a DC Comics, los dioses del entretenimiento del cine actual.
En Nosotros, Lupita Lupita Nyong'o, madre de dos hijos y un marido bonachón, recae en los recuerdos cuando de niña entró a una casa de espejos y vivió un evento desgarrador y que la marca en el futuro. Los clones de su familia (siniestros, vestidos de rojo y usando tijeras enormes), reclamarán su lugar a toda costa.
El reto del personaje de Nyong'o es no sólo defender a los suyos sino aclarar qué fue lo que pasó realmente en aquella casa de espejos. Aquí el guión de Peele, al igual que su oscarizada historia ¡Huye! / 2017, ofrece varias vueltas de tuercas que resuelven, profundizan y hasta confunden algunos amarres del devenir de la familia de Nyong'o.
Las cintas de Stahelski y Peele esbozan sistemas caducos, irreversibles que ocultan acaso normativas férreas y necesarias para la instauración de un nuevo orden mundial donde el armamentismo o la imposición de la ideología contrincante están al margen, por inverosímil que pueda parecer. Más bien, ambos filmes asumen que el origen de la desintegración como civilización tendrá su origen en el ámbito moral.
