/ sábado 2 de abril de 2022

Gryita.com, Fylosofía en expresión | Un retorno inteligente

Seguir las normas sanitarias pudiera ser considerado una especie de privación de la libertad y puede generar una interpretación del uso de la fuerza o el autoritarismo para dirigir la vida pública.

La pregunta pudiera ser: ¿hasta dónde es posible arriesgar el resultado?

Hasta hoy parece ser que existe una diferencia sectorizada de la conducta.

Zonas en donde fue mejor vista la necesidad del recogimiento aún doloroso por la mezcla de la movilidad como factor preponderante del logro de recursos básicos y otras en donde ni siquiera esa era la razón, sino más bien una rebeldía beligerante que se muestra en una población que se interpreta agredida por la situación y reacciona en un tono infantiloide con un derroche de inmadurez no relacionada con la edad sino más bien con la costumbre de la desobediencia.

Pero, ¿es conveniente dejar al tiempo y a la evolución el desarrollo de la madurez de esta fracción del colectivo aun a costa de la vida de inocentes?

Algunos ni siquiera sabrán que su muerte se debió a tan injustificada causa como el berrinche de una sociedad malcriada, que corre, a cambio de pequeños momentos de placer, el riesgo de perder la vida.

He tenido oportunidad en estos días de hablar con personas quienes ellos, familiares o amigos están pasando por momentos de desesperación y angustia.

El temor generado por el problema, objetivamente hablando, la cuarentena y sus detalles, sumado a la falsa información, están haciendo su efecto.

Para algunas personas el aislamiento resulta más fácil que para otras, pero para otras, sobre todo aquellas que tienen problemas emocionales, esto puede volverse un serio conflicto de salud mental.

Aquí propongo algunos puntos sencillos que pudieran ayudar a esas personas que no la están pasando bien y con las que cualquiera puede contribuir.

Siempre dejando en claro que ante una crisis lo mejor es buscar ayuda profesional.

Si notas que alguien da señales de no estar logrando salir de esto, puede ayudar.

Mantener la comunicación: Hoy tenemos muchas formas de comunicarnos, una llamada a tiempo puede ser la diferencia.

Auxilio en conexión: Algunas personas creen que no le importan a nadie, aún hay quien no sabe las opciones que existen, podemos enseñar a distancia cómo usar WhatsApp, Messenger o videoconferencias.

Otros no desean hablar, así que al menos podemos mostrarnos "disponibles" por si él o ella lo requieren.

Promueve la apertura: Algunos necesitamos un empujoncito para poder externar lo que realmente sentimos, el aislamiento pudo ser un caldo de cultivo para las emociones negativas.

Escucha: Algunos de nosotros no lo sabemos hacer, hablamos para ayudar y nunca dejamos hablar al otro.

Seamos positivos: si logramos escuchar sus emociones, podemos ayudar a conectar con lo que hay bueno en su vida, recuerda: todas las vidas tienen algo bueno.

Compasión, el gran ingrediente de la pandemia: Comprende que cada quien vive el problema desde su percepción, no critiques, comprende y trata de hacerle ver que tal vez existe otra forma de ver lo que le sucede.

Busca la conexión espiritual: Cada persona tiene un camino diferente, no trates de imponer tu camino, tal vez puedes promover el acercamiento a sus creencias, caminos como el yoga, la meditación o la autoayuda pueden ser favorables, busquen juntos opciones.

Ayúdalo a construir una agenda saludable: Hacer un programa de actividades del día, promover actividades creativas, de aprendizaje y que promuevan la tranquilidad, pequeñas tareas fáciles de cumplir, incluir diversión o algún tipo de relax.

Proponle hacer algunas llamadas de apoyo: Dejar de pensar en nosotros para dedicar un tiempo a los demás puede ayudar mucho, el sentirnos cerca de otras personas aumenta la esperanza y ayuda a disminuir el sufrimiento.

Es un tiempo difícil, pero todos podemos apoyarnos.

Fuerza México.

Escríbeme.

  • gryitafuerte@gmail.com
  • Facebook: Gryita Fuerte
  • RE-GENERACIÓN 19

Seguir las normas sanitarias pudiera ser considerado una especie de privación de la libertad y puede generar una interpretación del uso de la fuerza o el autoritarismo para dirigir la vida pública.

La pregunta pudiera ser: ¿hasta dónde es posible arriesgar el resultado?

Hasta hoy parece ser que existe una diferencia sectorizada de la conducta.

Zonas en donde fue mejor vista la necesidad del recogimiento aún doloroso por la mezcla de la movilidad como factor preponderante del logro de recursos básicos y otras en donde ni siquiera esa era la razón, sino más bien una rebeldía beligerante que se muestra en una población que se interpreta agredida por la situación y reacciona en un tono infantiloide con un derroche de inmadurez no relacionada con la edad sino más bien con la costumbre de la desobediencia.

Pero, ¿es conveniente dejar al tiempo y a la evolución el desarrollo de la madurez de esta fracción del colectivo aun a costa de la vida de inocentes?

Algunos ni siquiera sabrán que su muerte se debió a tan injustificada causa como el berrinche de una sociedad malcriada, que corre, a cambio de pequeños momentos de placer, el riesgo de perder la vida.

He tenido oportunidad en estos días de hablar con personas quienes ellos, familiares o amigos están pasando por momentos de desesperación y angustia.

El temor generado por el problema, objetivamente hablando, la cuarentena y sus detalles, sumado a la falsa información, están haciendo su efecto.

Para algunas personas el aislamiento resulta más fácil que para otras, pero para otras, sobre todo aquellas que tienen problemas emocionales, esto puede volverse un serio conflicto de salud mental.

Aquí propongo algunos puntos sencillos que pudieran ayudar a esas personas que no la están pasando bien y con las que cualquiera puede contribuir.

Siempre dejando en claro que ante una crisis lo mejor es buscar ayuda profesional.

Si notas que alguien da señales de no estar logrando salir de esto, puede ayudar.

Mantener la comunicación: Hoy tenemos muchas formas de comunicarnos, una llamada a tiempo puede ser la diferencia.

Auxilio en conexión: Algunas personas creen que no le importan a nadie, aún hay quien no sabe las opciones que existen, podemos enseñar a distancia cómo usar WhatsApp, Messenger o videoconferencias.

Otros no desean hablar, así que al menos podemos mostrarnos "disponibles" por si él o ella lo requieren.

Promueve la apertura: Algunos necesitamos un empujoncito para poder externar lo que realmente sentimos, el aislamiento pudo ser un caldo de cultivo para las emociones negativas.

Escucha: Algunos de nosotros no lo sabemos hacer, hablamos para ayudar y nunca dejamos hablar al otro.

Seamos positivos: si logramos escuchar sus emociones, podemos ayudar a conectar con lo que hay bueno en su vida, recuerda: todas las vidas tienen algo bueno.

Compasión, el gran ingrediente de la pandemia: Comprende que cada quien vive el problema desde su percepción, no critiques, comprende y trata de hacerle ver que tal vez existe otra forma de ver lo que le sucede.

Busca la conexión espiritual: Cada persona tiene un camino diferente, no trates de imponer tu camino, tal vez puedes promover el acercamiento a sus creencias, caminos como el yoga, la meditación o la autoayuda pueden ser favorables, busquen juntos opciones.

Ayúdalo a construir una agenda saludable: Hacer un programa de actividades del día, promover actividades creativas, de aprendizaje y que promuevan la tranquilidad, pequeñas tareas fáciles de cumplir, incluir diversión o algún tipo de relax.

Proponle hacer algunas llamadas de apoyo: Dejar de pensar en nosotros para dedicar un tiempo a los demás puede ayudar mucho, el sentirnos cerca de otras personas aumenta la esperanza y ayuda a disminuir el sufrimiento.

Es un tiempo difícil, pero todos podemos apoyarnos.

Fuerza México.

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