/ sábado 14 de agosto de 2021

Gryta.com, Fylosofía en expresión | Las cartas sobre la mesa

Los números de casos de contagios alcanzan cifras récord.

No aceptar estar en una tercera ola, fase o un nuevo pico de la primera si es que consideramos que en realidad nunca ha llegado a un punto de control total sería una necedad.

Es de sabios cambiar de opinión y de humanos equivocarse, lo cual en este caso debido a la novedad del asunto, la inexperiencia, a la carencia de recursos hospitalarios y preventivos, pues tendría muchas disculpas.

Me parece que la estrategia de seguir el juego a las voluntades comerciales, tal vez con la buena intención de dar respiros a la economía y generar intermitencia en el ir y venir de las restricciones sanitarias hizo más mal que bien, ahora cada reactivación tiene menos actores, ya que muchos negocios medianos y pequeños no resisten y cada vez es más difícil conminar a los que quedan al cierre temporal.

Lo anterior sumado a la aparente manipulación voluntariosa de los extraños e inútiles semáforos epidemiológicos antipreventivos que solo avisan que un desastre ha ocurrido y no gozan de ningún respaldo que invite a respetarlos, además de la conveniencia de cada quien, esto con toda la mala intención de obtener beneficios electorales, ha desatado un escenario que parece anticipar el peor de los capítulos de la serie pandémica.

Por el lado de la salud los números de casos graves en niños aumentan, la economía se encuentra en pésimas condiciones, una parte de la sociedad que aparenta estar cegada y en un estado silvestre en el que no entiende razones, ni es capaz de autorregularse, mucho peor que al principio ya que pareciera que ahora por el hecho de haber sobrevivido a las primeras oleadas como que se considera inmune "honoris causa” por lo que de forma temeraria ha decidido salir al espacio público, arriesgar a sus hijos, a sus adultos mayores y atenerse a la estadística de la ruleta rusa que ofrece el virus.

La laxitud injustificada en las medidas de distanciamiento social de el efecto “vacuna”, que te protege, pero no te garantiza evitar el contagio, que tampoco te ayuda a no contagiar a otros y que si te contagias de igual manera solo baja la probabilidad, pero no te asegura ni no ser hospitalizado, ni no sufrir secuelas, ni no morir, ya que hay casos en los que ocurre.

Las autoridades que no han logrado a través de la estrategia del convencimiento, el ignorar por completo su función reguladora y no generar una verdadera estrategia de control sanitario y movilidad para contener de forma responsable un fenómeno que parece ser que además de su complejidad científica tuviera algún tipo de “pacto” por lo que se le ha permitido moverse con toda libertad sobre el territorio nacional.

Ahora sumemos a esto la irreflexiva postura de enviar a nuestros pequeños y jóvenes a las escuelas, cosa que no creo que va a ocurrir, ya que por más dureza que los organismos gubernamentales quisieran ahora si, proponer en esto, los padres de familia difícilmente lo permitirán, pero que a pesar de su carácter voluntario, de alguna forma endurece el discurso y no deja de generar incomodidad en la población que ahora, además de con el virus puede sentir que deberá “pelear” figuradamente con la autoridad para defender a sus hijos y bueno esto puede cambiar más desfavorablemente el clima emocional de la comunidad.

El decir que cómo es posible que no quieran que los niños vuelvan a clases en medio de una tercera ola de contagios pero sí pueden ir a viajes, playas y centros comerciales me parece un desafortunado análisis ya que lo que exhibe es que no hay solo una mala acción estratégica sino dos o más.

Creo que es momento de aceptar que algunas cosas no se han hecho bien, que debemos cambiar el curso, que se pueden encontrar mejores alternativas y que no hay nada de malo en cambiar de opinión.

Las cosas en este tema no están muy bien, pero podrían estar peor.

El decir que cómo es posible que no quieran que los niños vuelvan a clases en medio de una tercera ola de contagios pero sí pueden ir a viajes, playas y centros comerciales me parece un desafortunado análisis ya que lo que exhibe es que no hay solo una mala acción estratégica sino dos o más.

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RE-GENERACIÓN 19