/ sábado 31 de octubre de 2020

Hablemos de Tecnología | Opus Postumum

El Opus Postumum fue el último trabajo del filósofo alemán Immanuel Kant, quien murió en 1804, sin poder verlo nunca publicado. Escritores como Emily Dickinson o pintores como Vincent van Gogh crearon obras que hoy se cotizan en cientos de millones de dólares, sin embargo; en vida nunca recibieron reconocimiento por sus trabajos y vivieron en la más absoluta miseria, que curiosa es la muerte, que no solo arrebata la vida, sino también se lleva consigo todos los secretos… hasta hoy.

Seguramente amigo lector, dentro de su listado de amigos en Facebook®, u otras redes sociales, pudiera tener agregado algún perfil de un familiar o buena amistad que ya no está entre nosotros, su cuenta parece que se quedó congelada, y de vez en vez, cada año en el aniversario de su natalicio o de su muerte, se llena de nuevos mensajes de aquellos que le apreciaron en vida.

Situación similar vivimos muchos en esta u otra red social, pero alguna vez se preguntó, ¿Qué ocurre con mis redes sociales si llegara a morir? Bien, hoy traigo para usted una breve investigación que le dará luz a esta interrogante con las principales redes y servicios, comencemos:

Facebook®, cuando la plataforma más grande de social media se dio cuenta que sus usuarios estaban comenzando a morir –según datos revelados por “la gran F”, alrededor de 30 millones de personas con una cuenta de Facebook® han fallecido en los últimos 10 años– decidieron tomar cartas en el asunto. Ahora cuentan con diversas opciones para que cada persona tome la decisión que más le convenga.

La primera opción, es notificar a la página que, en caso de su deceso, su perfil sea convertido en uno “conmemorativo”. Para lograr esto debe activar en sus preferencias la opción, y si muere, alguno de sus amigos o familiares deberá notificar a esta red para que eventualmente cambie la configuración de la misma. Esta opción permite que sus amigos sigan publicando en su perfil que se convierte en un mural de celebración a su vida.

También puede indicar que, en caso de muerte, su cuenta sea borrada permanentemente. Para esto necesitará un contacto de legado o alguien que demuestre que tiene acceso a todas sus cosas de manera legal. Es una misión importante, así que piense bien en quién podría ser ese contacto. Si acaso se lo pregunta, sí, va a poder leer todos sus inbox.

Es importante decir que, si no se cumplen con los requisitos legales para que la persona de legado sea la responsable de la cuenta o la cierre, la cuenta permanecerá abierta de manera indefinida, pero con el riesgo de ser borrada por inactividad en un momento en el futuro.

En el caso de su “filial” Instragram®, tiene una política similar a Facebook® porque también puede “memorializar” su cuenta. Para hacerlo un familiar suyo o su representante legal tiene que reportar a la empresa sobre su muerte y hacer la solicitud de convertir su perfil en un “in memoriam”. También pueden pedir que se cierre la cuenta. La solicitud será válida si presentan la documentación pertinente que incluye certificado de nacimiento, defunción y un comprobante de que la persona que hace la solicitud es el representante legal de la persona difunta.

En cuanto a la red del canario azul, las cosas son distintas, porque Twitter tiene una política muy estricta respecto a la muerte de sus usuarios: nadie puede entrar a una cuenta después de que el fundador de la misma haya muerto –claro mientras nadie tenga disponibles las contraseñas de la misma–. Lo único que puede hacer es solicitar que cierren el perfil, pero solo un familiar directo del dueño puede hacerlo presentando una copia de una identificación y una copia del certificado de defunción.

En el caso de los correos electrónicos, casi todas las empresas respetan mucho al usuario y es difícil obtener los contenidos de la misma –más si se trata de una empresa de correos como Gmail–. Usted puede tachar la opción en su configuración para que nadie obtenga esa información. Por otro lado, puede dejar dicho, a través de un formulario que alguien maneje su cuenta después de su muerte o su familia o representante legal puede solicitar el acceso. Recuerde que teniendo su Gmail técnicamente podrían tener todo.

Aquí la mayor vulnerabilidad de todas, quien se quede con su teléfono celular, muy seguramente se va a quedar con todos sus secretos, hasta bancarios. Dato tenebroso: Por si tenía duda, las huellas digitales “siguen funcionales” en un cadáver hasta por tres días.

La realidad amigos lectores, es que todos vamos a morir, pero también es cierto que nadie sabe cuándo, así que siempre será mejor prevenir, que darse de topes en el cielo, ¿o será el caso en el infierno?

Quédate en Casa.

Facebook:

www.facebook.com/soylalodelatorre

Twitter:

@lalodelatorreg

Correo:

tecnologia@lalodelatorre.com

El Opus Postumum fue el último trabajo del filósofo alemán Immanuel Kant, quien murió en 1804, sin poder verlo nunca publicado. Escritores como Emily Dickinson o pintores como Vincent van Gogh crearon obras que hoy se cotizan en cientos de millones de dólares, sin embargo; en vida nunca recibieron reconocimiento por sus trabajos y vivieron en la más absoluta miseria, que curiosa es la muerte, que no solo arrebata la vida, sino también se lleva consigo todos los secretos… hasta hoy.

Seguramente amigo lector, dentro de su listado de amigos en Facebook®, u otras redes sociales, pudiera tener agregado algún perfil de un familiar o buena amistad que ya no está entre nosotros, su cuenta parece que se quedó congelada, y de vez en vez, cada año en el aniversario de su natalicio o de su muerte, se llena de nuevos mensajes de aquellos que le apreciaron en vida.

Situación similar vivimos muchos en esta u otra red social, pero alguna vez se preguntó, ¿Qué ocurre con mis redes sociales si llegara a morir? Bien, hoy traigo para usted una breve investigación que le dará luz a esta interrogante con las principales redes y servicios, comencemos:

Facebook®, cuando la plataforma más grande de social media se dio cuenta que sus usuarios estaban comenzando a morir –según datos revelados por “la gran F”, alrededor de 30 millones de personas con una cuenta de Facebook® han fallecido en los últimos 10 años– decidieron tomar cartas en el asunto. Ahora cuentan con diversas opciones para que cada persona tome la decisión que más le convenga.

La primera opción, es notificar a la página que, en caso de su deceso, su perfil sea convertido en uno “conmemorativo”. Para lograr esto debe activar en sus preferencias la opción, y si muere, alguno de sus amigos o familiares deberá notificar a esta red para que eventualmente cambie la configuración de la misma. Esta opción permite que sus amigos sigan publicando en su perfil que se convierte en un mural de celebración a su vida.

También puede indicar que, en caso de muerte, su cuenta sea borrada permanentemente. Para esto necesitará un contacto de legado o alguien que demuestre que tiene acceso a todas sus cosas de manera legal. Es una misión importante, así que piense bien en quién podría ser ese contacto. Si acaso se lo pregunta, sí, va a poder leer todos sus inbox.

Es importante decir que, si no se cumplen con los requisitos legales para que la persona de legado sea la responsable de la cuenta o la cierre, la cuenta permanecerá abierta de manera indefinida, pero con el riesgo de ser borrada por inactividad en un momento en el futuro.

En el caso de su “filial” Instragram®, tiene una política similar a Facebook® porque también puede “memorializar” su cuenta. Para hacerlo un familiar suyo o su representante legal tiene que reportar a la empresa sobre su muerte y hacer la solicitud de convertir su perfil en un “in memoriam”. También pueden pedir que se cierre la cuenta. La solicitud será válida si presentan la documentación pertinente que incluye certificado de nacimiento, defunción y un comprobante de que la persona que hace la solicitud es el representante legal de la persona difunta.

En cuanto a la red del canario azul, las cosas son distintas, porque Twitter tiene una política muy estricta respecto a la muerte de sus usuarios: nadie puede entrar a una cuenta después de que el fundador de la misma haya muerto –claro mientras nadie tenga disponibles las contraseñas de la misma–. Lo único que puede hacer es solicitar que cierren el perfil, pero solo un familiar directo del dueño puede hacerlo presentando una copia de una identificación y una copia del certificado de defunción.

En el caso de los correos electrónicos, casi todas las empresas respetan mucho al usuario y es difícil obtener los contenidos de la misma –más si se trata de una empresa de correos como Gmail–. Usted puede tachar la opción en su configuración para que nadie obtenga esa información. Por otro lado, puede dejar dicho, a través de un formulario que alguien maneje su cuenta después de su muerte o su familia o representante legal puede solicitar el acceso. Recuerde que teniendo su Gmail técnicamente podrían tener todo.

Aquí la mayor vulnerabilidad de todas, quien se quede con su teléfono celular, muy seguramente se va a quedar con todos sus secretos, hasta bancarios. Dato tenebroso: Por si tenía duda, las huellas digitales “siguen funcionales” en un cadáver hasta por tres días.

La realidad amigos lectores, es que todos vamos a morir, pero también es cierto que nadie sabe cuándo, así que siempre será mejor prevenir, que darse de topes en el cielo, ¿o será el caso en el infierno?

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