/ viernes 16 de agosto de 2019

Lo que pinta este pincel ni el tiempo lo ha de borrar, no pinta el que tiene ganas, pinta el que sabe pintar

Bien y de buenas, nuestros futbolistas en Europa (los dos que actuaron ayer) Irving Lozano y Raúl Jiménez, cooperaron para que sus equipos triunfaran.

El Wolverhampton Wanderers de Raúl Jiménez venció por 4-0 al débil equipo Armenio FC Pyunik, jugando el mexicano solamente 20 minutos, pues su entrenador no consideró necesario hacerlo jugar, ya que viene convaleciendo de una lesión en su antebrazo izquierdo, viendo acción al minuto 70, cuando ya el marcador lucía abultado por los goles de Neto en el minuto 54, Morgan Gibbs en el 58 y Rubén Vinagre en el 64, entrando junto con su compañero Diogo Jota, con quien ha desarrollado una comunicación excelente, que hoy sirvió para el último gol del juego, con asistencia precisamente de Raúl Jiménez, que no falla, o anota, o asiste. En Holanda, con mayor facilidad, el PSV Eindhoven masacró 6 a 0 al FC Emmen, para mantenerse en el liderato.

La jornada 5 arranca hoy con los siguientes partidos, viernes 16 a las 19 horas, en el estadio Cuauhtémoc, Puebla vs. Pachuca... a las 21 horas, en el estadio Jalisco Atlas vs. Cruz azul... Sabado 17 en el estadio Alfonso Lastras, Atlético San Luis vs. Tigres... en el estadio León a las 17:08, el León recibe al Guadalajara... a las 17:08 en el Bancomer, Monterrey vs. Toluca, a las 21:05 en el estadio Azteca: América vs. Monarcas Morelia... Domingo 18, 12:00 horas en el estdio Olímpico de CU, Pumas vs. Tiburones rojos de Veracruz... A las 18:08 en el estadio Victoria, el Necaxa recibe a los líderes del torneo, el Santos.

El futbol tiene ciertas acciones difíciles de explicar. El talento es una de ellas. El toque privilegiado de Pelé, Maradona y Messi, mas eso a lo que llamamos feeling, una precisión que implica calcular la velocidad y curva que ha de imprimirse al balón que ha de llegar a su receptor, del que hemos de calcular tambien la velocidad a que ha de desplazarse para hacer posible la intersección. O la lectura del juego, arte en el que fueron maestros Joaquín del Olmo y Alex Aguinaga, pero ninguno como Beckenbauer, que corrían hacia el punto al que iría el balón antes de que fuera pateado. Todo esto es el futbol invisible, el futbol inexplicable. También podemos usar como ejemplo el sazón; he visto a expertos de la cocina tener junto a él a un alumno realizando los mismos pasos para elaborar un platillo, sin que el alumno pueda igualar lo que hace su maestro. Para mí, la subjetividad es una fuerza tan poderosa como la electricidad, que invisible, está presente y, es mejor no tratar de comprobarlo sin un equipo adecuado.

Miramos una y otra vez aquel gol de Roberto Carlos a Francia, donde libra con mucho a la barrera, realizando una comba imposible, que sólo los que lo vimos podemos creerlo. Pelé lo había hecho igual en el Mundial Inglaterra-66 siendo la víctima Bulgaria. Muchas veces sólo el ejecutante sabe que se propuso hacer lo que hizo y, se lo calla temiendo no ser creído. Eso que alguna vez hice, para mí, ha sido el más placentero de los recuerdos que tengo de mi experiencia en el futbol y, hoy les comentaré de esos hechos invisibles que ocurren en este hermoso deporte.

Si no te has dado cuenta, si conduces el balón, en el momento de entrar al área dejas de respirar, el esfuerzo que era aeróbico, pasa a ser anaeróbico. Como Eduardo Galeano, el valiente periodista y escritor uruguayo, autor del libro “Las venas abiertas de América Latina”, quien confesó ser un ladrón de palabras, les brindaré unas cuantas de mi botín... Más allá de cobrar el cheque de cada quincena, la ebullición que provoca un balón en las redes, es algo que el dinero no puede satisfacer y mucho menos las leyes físicas explicar. Anotar un gol es algo que da felicidad tanto al que lo hace como al que lo ve.

Mucho hemos escuchado que el dinero no da felicidad, pero miren qué curioso, la felicidad que produce un gol le da dinero a su anotador, si no pregúntenselo a Pelé, Hugo, Ronaldo, Cristiano Ronaldo, Raúl o a Levandowski. De Pelé, todo era comprensible, era el más fácil de explicar, todo lo que hacía nos parecía posible, lo que lo distinguía de los demás es que él lo hacía y los otros no, de ahí sus 1284 goles, marca a la que Romario es quien más se le ha acercado con 1000. Pero tenemos también a los “subjetivos” como Hugo y Cristiano, que increíblemente siempre están en el lugar a donde va el balón, el caso de Raúl González y el de Messi también es muy explicable, uno mira cómo igual que en el caso de Pelé, la idea del gol se fue plasmando en una bella imagen que todos sabíamos en qué terminaría, mientras que Hugo y Cristiano de pronto se encontraron con un balón que increíblemente coló a medio mundo hasta llegar a ellos, que siempre tuvieron la seguridad de que así ocurriría, razón por la que nunca fueron sorprendidos. Y esa fuerza misteriosa aparece en todo lo relacionado con nuestra vida, eso logré plasmarlo para definir cierta depresión que padecí hace tiempo... “Subjetividad, ¡qué sólidas son tus rejas! Y todas tus puertas conducen hacia otras cuatro paredes y un techo”.

Hasta pronto amigo.

Bien y de buenas, nuestros futbolistas en Europa (los dos que actuaron ayer) Irving Lozano y Raúl Jiménez, cooperaron para que sus equipos triunfaran.

El Wolverhampton Wanderers de Raúl Jiménez venció por 4-0 al débil equipo Armenio FC Pyunik, jugando el mexicano solamente 20 minutos, pues su entrenador no consideró necesario hacerlo jugar, ya que viene convaleciendo de una lesión en su antebrazo izquierdo, viendo acción al minuto 70, cuando ya el marcador lucía abultado por los goles de Neto en el minuto 54, Morgan Gibbs en el 58 y Rubén Vinagre en el 64, entrando junto con su compañero Diogo Jota, con quien ha desarrollado una comunicación excelente, que hoy sirvió para el último gol del juego, con asistencia precisamente de Raúl Jiménez, que no falla, o anota, o asiste. En Holanda, con mayor facilidad, el PSV Eindhoven masacró 6 a 0 al FC Emmen, para mantenerse en el liderato.

La jornada 5 arranca hoy con los siguientes partidos, viernes 16 a las 19 horas, en el estadio Cuauhtémoc, Puebla vs. Pachuca... a las 21 horas, en el estadio Jalisco Atlas vs. Cruz azul... Sabado 17 en el estadio Alfonso Lastras, Atlético San Luis vs. Tigres... en el estadio León a las 17:08, el León recibe al Guadalajara... a las 17:08 en el Bancomer, Monterrey vs. Toluca, a las 21:05 en el estadio Azteca: América vs. Monarcas Morelia... Domingo 18, 12:00 horas en el estdio Olímpico de CU, Pumas vs. Tiburones rojos de Veracruz... A las 18:08 en el estadio Victoria, el Necaxa recibe a los líderes del torneo, el Santos.

El futbol tiene ciertas acciones difíciles de explicar. El talento es una de ellas. El toque privilegiado de Pelé, Maradona y Messi, mas eso a lo que llamamos feeling, una precisión que implica calcular la velocidad y curva que ha de imprimirse al balón que ha de llegar a su receptor, del que hemos de calcular tambien la velocidad a que ha de desplazarse para hacer posible la intersección. O la lectura del juego, arte en el que fueron maestros Joaquín del Olmo y Alex Aguinaga, pero ninguno como Beckenbauer, que corrían hacia el punto al que iría el balón antes de que fuera pateado. Todo esto es el futbol invisible, el futbol inexplicable. También podemos usar como ejemplo el sazón; he visto a expertos de la cocina tener junto a él a un alumno realizando los mismos pasos para elaborar un platillo, sin que el alumno pueda igualar lo que hace su maestro. Para mí, la subjetividad es una fuerza tan poderosa como la electricidad, que invisible, está presente y, es mejor no tratar de comprobarlo sin un equipo adecuado.

Miramos una y otra vez aquel gol de Roberto Carlos a Francia, donde libra con mucho a la barrera, realizando una comba imposible, que sólo los que lo vimos podemos creerlo. Pelé lo había hecho igual en el Mundial Inglaterra-66 siendo la víctima Bulgaria. Muchas veces sólo el ejecutante sabe que se propuso hacer lo que hizo y, se lo calla temiendo no ser creído. Eso que alguna vez hice, para mí, ha sido el más placentero de los recuerdos que tengo de mi experiencia en el futbol y, hoy les comentaré de esos hechos invisibles que ocurren en este hermoso deporte.

Si no te has dado cuenta, si conduces el balón, en el momento de entrar al área dejas de respirar, el esfuerzo que era aeróbico, pasa a ser anaeróbico. Como Eduardo Galeano, el valiente periodista y escritor uruguayo, autor del libro “Las venas abiertas de América Latina”, quien confesó ser un ladrón de palabras, les brindaré unas cuantas de mi botín... Más allá de cobrar el cheque de cada quincena, la ebullición que provoca un balón en las redes, es algo que el dinero no puede satisfacer y mucho menos las leyes físicas explicar. Anotar un gol es algo que da felicidad tanto al que lo hace como al que lo ve.

Mucho hemos escuchado que el dinero no da felicidad, pero miren qué curioso, la felicidad que produce un gol le da dinero a su anotador, si no pregúntenselo a Pelé, Hugo, Ronaldo, Cristiano Ronaldo, Raúl o a Levandowski. De Pelé, todo era comprensible, era el más fácil de explicar, todo lo que hacía nos parecía posible, lo que lo distinguía de los demás es que él lo hacía y los otros no, de ahí sus 1284 goles, marca a la que Romario es quien más se le ha acercado con 1000. Pero tenemos también a los “subjetivos” como Hugo y Cristiano, que increíblemente siempre están en el lugar a donde va el balón, el caso de Raúl González y el de Messi también es muy explicable, uno mira cómo igual que en el caso de Pelé, la idea del gol se fue plasmando en una bella imagen que todos sabíamos en qué terminaría, mientras que Hugo y Cristiano de pronto se encontraron con un balón que increíblemente coló a medio mundo hasta llegar a ellos, que siempre tuvieron la seguridad de que así ocurriría, razón por la que nunca fueron sorprendidos. Y esa fuerza misteriosa aparece en todo lo relacionado con nuestra vida, eso logré plasmarlo para definir cierta depresión que padecí hace tiempo... “Subjetividad, ¡qué sólidas son tus rejas! Y todas tus puertas conducen hacia otras cuatro paredes y un techo”.

Hasta pronto amigo.