/ sábado 13 de abril de 2024

Cantos del poder / Miscelánea sabatina

El allanamiento de la Embajada de México en Ecuador por parte de la policía nos reafirma que la diplomacia no es solo cosa de hombres y mujeres que se mueven en un mundo de glamour, en elegantes y finos escenarios, que beben champagne, comen caviar y asisten a reuniones pomadosas.

Existen situaciones en que la relevancia de las políticas del Servicio Exterior Mexicano son palpables, cuyos diferentes y muy importantes ángulos resultan indetectables aun para el ojo bien entrenado, por lo que es indispensable el concurso de embajadores capacitados, de carrera, nombrados para desempeñar sus cargos por su patriotismo, experiencia y capacidad comprobada. Elementos que aun expuestos a los avatares de la ley del más fuerte y el “sálvese quien pueda” que priva en el mundo, sepan desempeñarse con gallardía al momento de defender el orgullo nacional y nuestros derechos en los foros internacionales al momento de las discusiones, con argumentos e ideas razonables y valientes.

Dicho lo anterior, “lo mejor de ganar es que no hay que buscar excusas”. Esta es una frase a la medida a la candidata a la presidencia de la república, X. Gálvez, quien trata de justificar su inocua actuación en el primer debate de una serie de tres organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE).

En el debate en mención, producido a la manera de un programa de concurso por televisión, la abanderada del PAN-PRI-PRD se mostró nerviosa, dubitativa; sinónimo de falta de preparación o peor aún, de falta de convicción. Y si un candidato no encuentra razones para defender aquello que representa, ¿Como va a persuadir a grandes sectores de la población? Pero ¿Su inquietud obedece a que teme disgustar a los poderosos o porque trata de ocultar sus intenciones? La señora Gálvez recientemente actuó en consonancia a sus verdaderas creencias. En un mitin político soltó un gazapo, al decir que “si a los sesenta no tienes un patrimonio, eres bien wey”, frase propia del pensamiento neoliberal, lo que en un país con problemas de injusticia y desigualdad es como nombrar la soga en casa del ahorcado. Pero se percibe que hay algo que no embona en las palabras y promesas de campaña de la candidata en referencia, y la responsable no es solo ella, porque se supone que dispone de un equipo de asesores y abundantes recursos, solo que las palabras y frases huecas que parece recitar ya no bastan para seducir a millones de nuevos mexicanos que están en su derecho de olvidar las prácticas viciadas del pasado.

Y ya entrados en gastos, estimado lector, me voy a permitir de la manera más respetuosa que se pueda, evaluar el desempeño de los directos protagonistas del reciente debate público, y hacerlo por intermedio de los hexágonos negros inscritos en la etiqueta de los productos alimenticios que aparecen en los estantes del supermercado, según las normas del Tratado de libre comercio. Mi propósito no es otro que alertar al público acerca de los daños a la salud pública que el consumo indiscriminado de estos productos pueden causar. Los hexágonos identifican sustancias pesadas, indigestas, (por el azúcar añadido) y altas en grasas saturadas y trans, que son un gancho al hígado y elevan la bilirrubina y el colesterol.

Reitero: el contenido “nutrimental” de los directos protagonistas del susodicho debate pretende alertar al público sobre el consumo de aquello que es chatarra, pero que se nos presenta con una imagen falsa y cuyo consumo al poco tiempo redunda en daños de los que es complicado recuperarse por completo.

Echemos una ojeada: Jorge Álvarez Máynez: sonrisa, 20,000%; oportunismo 40,000, caguamas ¿?. Xóchitl Gálvez: lenguaje florido 1,500%; propuestas 0.0000%; chicles y gelatinas, 150,000%; trastupijes inmobiliarios 400,000%. Claudia Sheinbaum: aguante político 100%; oportunidad 500%; astucia 500,000%.

El allanamiento de la Embajada de México en Ecuador por parte de la policía nos reafirma que la diplomacia no es solo cosa de hombres y mujeres que se mueven en un mundo de glamour, en elegantes y finos escenarios, que beben champagne, comen caviar y asisten a reuniones pomadosas.

Existen situaciones en que la relevancia de las políticas del Servicio Exterior Mexicano son palpables, cuyos diferentes y muy importantes ángulos resultan indetectables aun para el ojo bien entrenado, por lo que es indispensable el concurso de embajadores capacitados, de carrera, nombrados para desempeñar sus cargos por su patriotismo, experiencia y capacidad comprobada. Elementos que aun expuestos a los avatares de la ley del más fuerte y el “sálvese quien pueda” que priva en el mundo, sepan desempeñarse con gallardía al momento de defender el orgullo nacional y nuestros derechos en los foros internacionales al momento de las discusiones, con argumentos e ideas razonables y valientes.

Dicho lo anterior, “lo mejor de ganar es que no hay que buscar excusas”. Esta es una frase a la medida a la candidata a la presidencia de la república, X. Gálvez, quien trata de justificar su inocua actuación en el primer debate de una serie de tres organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE).

En el debate en mención, producido a la manera de un programa de concurso por televisión, la abanderada del PAN-PRI-PRD se mostró nerviosa, dubitativa; sinónimo de falta de preparación o peor aún, de falta de convicción. Y si un candidato no encuentra razones para defender aquello que representa, ¿Como va a persuadir a grandes sectores de la población? Pero ¿Su inquietud obedece a que teme disgustar a los poderosos o porque trata de ocultar sus intenciones? La señora Gálvez recientemente actuó en consonancia a sus verdaderas creencias. En un mitin político soltó un gazapo, al decir que “si a los sesenta no tienes un patrimonio, eres bien wey”, frase propia del pensamiento neoliberal, lo que en un país con problemas de injusticia y desigualdad es como nombrar la soga en casa del ahorcado. Pero se percibe que hay algo que no embona en las palabras y promesas de campaña de la candidata en referencia, y la responsable no es solo ella, porque se supone que dispone de un equipo de asesores y abundantes recursos, solo que las palabras y frases huecas que parece recitar ya no bastan para seducir a millones de nuevos mexicanos que están en su derecho de olvidar las prácticas viciadas del pasado.

Y ya entrados en gastos, estimado lector, me voy a permitir de la manera más respetuosa que se pueda, evaluar el desempeño de los directos protagonistas del reciente debate público, y hacerlo por intermedio de los hexágonos negros inscritos en la etiqueta de los productos alimenticios que aparecen en los estantes del supermercado, según las normas del Tratado de libre comercio. Mi propósito no es otro que alertar al público acerca de los daños a la salud pública que el consumo indiscriminado de estos productos pueden causar. Los hexágonos identifican sustancias pesadas, indigestas, (por el azúcar añadido) y altas en grasas saturadas y trans, que son un gancho al hígado y elevan la bilirrubina y el colesterol.

Reitero: el contenido “nutrimental” de los directos protagonistas del susodicho debate pretende alertar al público sobre el consumo de aquello que es chatarra, pero que se nos presenta con una imagen falsa y cuyo consumo al poco tiempo redunda en daños de los que es complicado recuperarse por completo.

Echemos una ojeada: Jorge Álvarez Máynez: sonrisa, 20,000%; oportunismo 40,000, caguamas ¿?. Xóchitl Gálvez: lenguaje florido 1,500%; propuestas 0.0000%; chicles y gelatinas, 150,000%; trastupijes inmobiliarios 400,000%. Claudia Sheinbaum: aguante político 100%; oportunidad 500%; astucia 500,000%.