/ martes 6 de abril de 2021

Economía para todos | Economía de dona

A lo largo de los últimos años, economistas se han planteado la idea de si el modelo económico vigente está obsoleto, sin embargo, ¿cuál sería una nueva propuesta?

Durante años, la comunidad académica —principalmente— ha venido mostrando su cuestionamiento e interés en la implementación de modelos económicos alternativos para reemplazar el modelo que actualmente nos rige de manera voraz que, si bien, ha generado beneficios a la población mundial, también ha traído situaciones contraproducentes que nos ha hecho replantear la manera en que se pudiera producir, distribuir y satisfacer las necesidades de la población en un futuro.

Una de esas propuestas es el modelo de economía rosquilla o economía dona —doughnut economics, en inglés— esbozado por la economista Kate Raworth en su libro “Doughnut Economics” escrito en el año 2017, donde la premisa principal es sencilla y muy similar a la economía circular —de reciclaje—, siendo el objetivo de la actividad económica el satisfacer las necesidades básicas de cada individuo y hacerlo en equilibrio con el planeta.

Raworth utiliza una dona para la elaboración de una estructura que sirva como guía en donde existen dos anillos concéntricos; el interno, está representado por la base social, es decir, el garantizar la satisfacción de las necesidades básicas para toda la población; mientras que el externo, está representado por un techo ecológico para garantizar que la humanidad no sobrepase los límites naturales del planeta. De esta forma, existe un espacio entre estos dos límites que forman una rosquilla donde es socialmente justo y ecológicamente seguro, que, según Raworth, es el espacio en que la humanidad puede prosperar mediante una economía regenerativa y distributiva, no como la actual en donde la economía es en parte degenerativa por la voracidad del sistema industrial al tomar, hacer, gastar y perder los recursos naturales que es lo que está provocando que ya estemos sobrepasando los límites naturales que tiene nuestro planeta; y en parte desigual debido a la alta concentración de la riqueza en un puñado de personas que, con la actual crisis económica y sanitaria, acrecentaron aun más su fortuna, haciendo notoriamente cada vez más la desigualdad entre la población mundial.

Este tipo de modelo económico se está empezando a implementar en algunas ciudades alrededor del mundo, como Ámsterdam.

Por otra parte, este tipo de modelo económico se está empezando a implementar en algunas ciudades alrededor del mundo, como Ámsterdam, donde se están adaptando ciertos suburbios con la construcción de edificios con materiales recuperados como madera o aluminio y paredes que no están pegadas o cementadas, sino que están atornilladas de manera que se puedan armar y desarmar en caso de que algunas partes necesiten reparación.

Además, este modelo puede ser adaptado por el sector privado en donde pueden adoptar políticas internas en donde incluyan una visión económica más distributiva mediante la asignación de salarios dignos y/o establecer prácticas éticas a lo largo y ancho de la cadena de producción; así como cumplir con sus compromisos fiscales, es decir, el pago justo de la cantidad de impuestos que se deban pagar, todo ello durante el momento correcto, no como actualmente sucede con la consumación de esfuerzo y recursos para no cumplir con sus obligaciones fiscales.

Por lo que viendo el detrimento de nuestro planeta hoy en día, aunado a un modelo económico que ya no da para más, es forzosamente necesario empezar a voltear a ver si algunas de las alternativas ya implementadas en otros países o el surgimiento de otras tantas, puedan llevar a realizarnos como humanidad una prosperidad en donde exista un balance entre lo justo para la sociedad y lo sustentable para el planeta. Cuídese mucho.

  • Regeneración 19

A lo largo de los últimos años, economistas se han planteado la idea de si el modelo económico vigente está obsoleto, sin embargo, ¿cuál sería una nueva propuesta?

Durante años, la comunidad académica —principalmente— ha venido mostrando su cuestionamiento e interés en la implementación de modelos económicos alternativos para reemplazar el modelo que actualmente nos rige de manera voraz que, si bien, ha generado beneficios a la población mundial, también ha traído situaciones contraproducentes que nos ha hecho replantear la manera en que se pudiera producir, distribuir y satisfacer las necesidades de la población en un futuro.

Una de esas propuestas es el modelo de economía rosquilla o economía dona —doughnut economics, en inglés— esbozado por la economista Kate Raworth en su libro “Doughnut Economics” escrito en el año 2017, donde la premisa principal es sencilla y muy similar a la economía circular —de reciclaje—, siendo el objetivo de la actividad económica el satisfacer las necesidades básicas de cada individuo y hacerlo en equilibrio con el planeta.

Raworth utiliza una dona para la elaboración de una estructura que sirva como guía en donde existen dos anillos concéntricos; el interno, está representado por la base social, es decir, el garantizar la satisfacción de las necesidades básicas para toda la población; mientras que el externo, está representado por un techo ecológico para garantizar que la humanidad no sobrepase los límites naturales del planeta. De esta forma, existe un espacio entre estos dos límites que forman una rosquilla donde es socialmente justo y ecológicamente seguro, que, según Raworth, es el espacio en que la humanidad puede prosperar mediante una economía regenerativa y distributiva, no como la actual en donde la economía es en parte degenerativa por la voracidad del sistema industrial al tomar, hacer, gastar y perder los recursos naturales que es lo que está provocando que ya estemos sobrepasando los límites naturales que tiene nuestro planeta; y en parte desigual debido a la alta concentración de la riqueza en un puñado de personas que, con la actual crisis económica y sanitaria, acrecentaron aun más su fortuna, haciendo notoriamente cada vez más la desigualdad entre la población mundial.

Este tipo de modelo económico se está empezando a implementar en algunas ciudades alrededor del mundo, como Ámsterdam.

Por otra parte, este tipo de modelo económico se está empezando a implementar en algunas ciudades alrededor del mundo, como Ámsterdam, donde se están adaptando ciertos suburbios con la construcción de edificios con materiales recuperados como madera o aluminio y paredes que no están pegadas o cementadas, sino que están atornilladas de manera que se puedan armar y desarmar en caso de que algunas partes necesiten reparación.

Además, este modelo puede ser adaptado por el sector privado en donde pueden adoptar políticas internas en donde incluyan una visión económica más distributiva mediante la asignación de salarios dignos y/o establecer prácticas éticas a lo largo y ancho de la cadena de producción; así como cumplir con sus compromisos fiscales, es decir, el pago justo de la cantidad de impuestos que se deban pagar, todo ello durante el momento correcto, no como actualmente sucede con la consumación de esfuerzo y recursos para no cumplir con sus obligaciones fiscales.

Por lo que viendo el detrimento de nuestro planeta hoy en día, aunado a un modelo económico que ya no da para más, es forzosamente necesario empezar a voltear a ver si algunas de las alternativas ya implementadas en otros países o el surgimiento de otras tantas, puedan llevar a realizarnos como humanidad una prosperidad en donde exista un balance entre lo justo para la sociedad y lo sustentable para el planeta. Cuídese mucho.

  • Regeneración 19