/ martes 5 de octubre de 2021

Economía para todos | Lloviendo sobre mojado

Durante el último día de septiembre, la Junta de Gobierno de Banco de México decidió por mayoría (4-1) incrementar la tasa de interés objetivo, yaciendo en 4.75 por ciento; sin embargo, lo alarmante es que se espera que la inflación siga en niveles altos hasta dos años más.

Estas últimas semanas en la zona sur de Tamaulipas hemos presenciando lluvias intensas acompañadas de apagones y encharcamientos que, para los amantes de la lluvia, han sido días placenteros; mientras que, para las personas poco tolerantes a las precipitaciones, han sido días caóticos y llenos de incertidumbre.

¿Cuántas veces no hemos empleado la frase “nos llueve sobre mojado” para referirnos a una situación adversa que continúa con otra? Bueno, de esa misma forma es que la inflación se ha comportado al permanecer en niveles altos desde que se aligeraron las medidas sanitarias y se impulsó la reapertura de la economía en una “nueva normalidad” con apoyo de las campañas de vacunación que, si bien, han incrementado las perspectivas de crecimiento económico para este año para rondar el 6%.

También ha creado choques entre la oferta y la demanda que han hecho que los precios de algunos bienes y servicios se acrecentaran de manera exponencial.

Utilizando la inflación quincenal se puede relatar y relacionar un poco los acontecimientos que han marcado el camino inflacionario que han ocurrido desde el comienzo de la pandemia hasta la primera quincena del mes de septiembre que acaba de concluir.

Empezando con la declaratoria de emergencia sanitaria ocurrida en marzo de 2020 por parte de la Organización Mundial de la Salud en donde se informó que estaríamos enfrentando una pandemia y que para nuestro país se reportara el inicio de una cuarentena que tumbó a la inflación por debajo del nivel objetivo que tiene Banco de México, yaciendo en los 2.79 por ciento anual para la segunda quincena de marzo del año pasado.

Posteriormente, en la primera quincena de abril, cuando la mayoría de personas permanecían en sus hogares, se informó por parte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que la inflación había sido de 2.08 por ciento anual, esto principalmente generado por el cierre de la economía tanto nacional como mundial.

Así como la caída en los precios internacionales de los energéticos derivado de una contracción en la demanda de los mismos, por lo que fue la cifra inflacionaria quincenal más baja registrada desde la primera quincena de diciembre de 2015, cuando estuvo en 2 por ciento anual.

A partir de ahí, la inflación ha ido al alza paulatinamente, mostrando incrementos derivados de las reaperturas graduales de nuestra economía, así como caídas reiteradas por el incremento de contagios en nuestro país, haciendo que se colocara entre 3.08 y 4.11 por ciento anual durante los meses de junio a diciembre del año pasado.

Ya en este año, la primera quincena de enero empezó el año con una tasa de inflación anual de 3.33 por ciento que ha ido incrementándose hasta su máximo en este año de 6.12 en la segunda quincena de abril y que poco a poco nuestro Banco Central ha ido tratando de sufragar los estragos que han hecho estas tasas altas de inflación mediante el uso de política monetaria al estar incrementando la tasa de interés de referencia durante las últimas tres sesiones.

Cabe resaltar que estas tasas altas de inflación son derivadas por múltiples factores que inciden fuertemente en el nivel de precios, como i) la comparación entre una caída importante en los precios del año pasado por una demanda débil y el efecto rebote que ha creado la reapertura gradual o acelerada por las campañas de vacunación; ii) el efecto de base de comparación en la medición de la inflación y; iii) la excesiva demanda de algunos bienes que todavía no logran llegar a su nivel de producción previo a la pandemia, por mencionar algunos.

Por otra parte, si bien, la inflación estuvo disminuyendo desde su máximo en el año de 6.12 por ciento anual en la segunda quincena de abril hasta los 5.74 por ciento en la segunda quincena de junio; desde entonces ha ido aumentando para colocarse en los 5.87 por ciento anual durante la primera quincena de septiembre, llevando a la Junta de Gobierno del Banco de México a que nuevamente suba su tasa de interés en 25 puntos base por tercera vez consecutiva, para colocarla en los 4.75 por ciento.

En tanto, respecto a la recuperación de la economía mexicana, Banxico espera que se mantenga durante el tercer trimestre, así como en lo que resta del año y durante el 2022. Mientras que, para la inflación, la Junta de Gobierno de Banxico pronostica que se logre alcanzar el objetivo de 3 por ciento para el primer trimestre de 2023.

Por lo que todavía nos llevará un tiempo para volver a tener tasas inflacionarias idóneas y que no logren afectar en demasía nuestro poder adquisitivo; de tal manera que habrá que sacar nuestro paraguas o impermeable porque todavía nos seguirá lloviendo sobre mojado durante casi un par de años. Cuídese mucho.

Regeneración 19

Durante el último día de septiembre, la Junta de Gobierno de Banco de México decidió por mayoría (4-1) incrementar la tasa de interés objetivo, yaciendo en 4.75 por ciento; sin embargo, lo alarmante es que se espera que la inflación siga en niveles altos hasta dos años más.

Estas últimas semanas en la zona sur de Tamaulipas hemos presenciando lluvias intensas acompañadas de apagones y encharcamientos que, para los amantes de la lluvia, han sido días placenteros; mientras que, para las personas poco tolerantes a las precipitaciones, han sido días caóticos y llenos de incertidumbre.

¿Cuántas veces no hemos empleado la frase “nos llueve sobre mojado” para referirnos a una situación adversa que continúa con otra? Bueno, de esa misma forma es que la inflación se ha comportado al permanecer en niveles altos desde que se aligeraron las medidas sanitarias y se impulsó la reapertura de la economía en una “nueva normalidad” con apoyo de las campañas de vacunación que, si bien, han incrementado las perspectivas de crecimiento económico para este año para rondar el 6%.

También ha creado choques entre la oferta y la demanda que han hecho que los precios de algunos bienes y servicios se acrecentaran de manera exponencial.

Utilizando la inflación quincenal se puede relatar y relacionar un poco los acontecimientos que han marcado el camino inflacionario que han ocurrido desde el comienzo de la pandemia hasta la primera quincena del mes de septiembre que acaba de concluir.

Empezando con la declaratoria de emergencia sanitaria ocurrida en marzo de 2020 por parte de la Organización Mundial de la Salud en donde se informó que estaríamos enfrentando una pandemia y que para nuestro país se reportara el inicio de una cuarentena que tumbó a la inflación por debajo del nivel objetivo que tiene Banco de México, yaciendo en los 2.79 por ciento anual para la segunda quincena de marzo del año pasado.

Posteriormente, en la primera quincena de abril, cuando la mayoría de personas permanecían en sus hogares, se informó por parte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que la inflación había sido de 2.08 por ciento anual, esto principalmente generado por el cierre de la economía tanto nacional como mundial.

Así como la caída en los precios internacionales de los energéticos derivado de una contracción en la demanda de los mismos, por lo que fue la cifra inflacionaria quincenal más baja registrada desde la primera quincena de diciembre de 2015, cuando estuvo en 2 por ciento anual.

A partir de ahí, la inflación ha ido al alza paulatinamente, mostrando incrementos derivados de las reaperturas graduales de nuestra economía, así como caídas reiteradas por el incremento de contagios en nuestro país, haciendo que se colocara entre 3.08 y 4.11 por ciento anual durante los meses de junio a diciembre del año pasado.

Ya en este año, la primera quincena de enero empezó el año con una tasa de inflación anual de 3.33 por ciento que ha ido incrementándose hasta su máximo en este año de 6.12 en la segunda quincena de abril y que poco a poco nuestro Banco Central ha ido tratando de sufragar los estragos que han hecho estas tasas altas de inflación mediante el uso de política monetaria al estar incrementando la tasa de interés de referencia durante las últimas tres sesiones.

Cabe resaltar que estas tasas altas de inflación son derivadas por múltiples factores que inciden fuertemente en el nivel de precios, como i) la comparación entre una caída importante en los precios del año pasado por una demanda débil y el efecto rebote que ha creado la reapertura gradual o acelerada por las campañas de vacunación; ii) el efecto de base de comparación en la medición de la inflación y; iii) la excesiva demanda de algunos bienes que todavía no logran llegar a su nivel de producción previo a la pandemia, por mencionar algunos.

Por otra parte, si bien, la inflación estuvo disminuyendo desde su máximo en el año de 6.12 por ciento anual en la segunda quincena de abril hasta los 5.74 por ciento en la segunda quincena de junio; desde entonces ha ido aumentando para colocarse en los 5.87 por ciento anual durante la primera quincena de septiembre, llevando a la Junta de Gobierno del Banco de México a que nuevamente suba su tasa de interés en 25 puntos base por tercera vez consecutiva, para colocarla en los 4.75 por ciento.

En tanto, respecto a la recuperación de la economía mexicana, Banxico espera que se mantenga durante el tercer trimestre, así como en lo que resta del año y durante el 2022. Mientras que, para la inflación, la Junta de Gobierno de Banxico pronostica que se logre alcanzar el objetivo de 3 por ciento para el primer trimestre de 2023.

Por lo que todavía nos llevará un tiempo para volver a tener tasas inflacionarias idóneas y que no logren afectar en demasía nuestro poder adquisitivo; de tal manera que habrá que sacar nuestro paraguas o impermeable porque todavía nos seguirá lloviendo sobre mojado durante casi un par de años. Cuídese mucho.

Regeneración 19