/ martes 15 de marzo de 2022

Economía para todos | Sin tregua

Con la coyuntura global que impera hoy en día, hay situaciones que no dejan de qué hablar, y uno de esos casos, es la inflación.

Mucho se ha platicado acerca de la situación bélica entre Rusia y Ucrania, la intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en esa disyuntiva en Europa del Este, las sanciones que han impuesto los gobiernos y empresas en su mayoría de occidente más lo que todo ello conlleva; y no cabe duda que cada día que pasa sentimos de manera indirecta los estragos de aquellas decisiones que se toman en otras latitudes.

Cabe resaltar que a pesar de que la Secretaría de Relaciones Exteriores ha mostrado una postura en contra al uso de la fuerza militar, también hay que resaltar que el Gobierno Federal se ha mantenido neutral y sin sanciones económicas hacia Rusia.

Por otra parte, si bien es cierto, que las decisiones de unos cuántos líderes han afectado en su mayoría al resto de los países, cabe destacar que la globalización es la razón principal de esto; sin embargo, eso no quiere decir que sea mala y tengamos que volver al México proteccionista donde existía el contrabando de productos importados “por debajo del agua” del país vecino.

Al contrario, la globalización ha hecho que conectemos con distintas naciones y podamos obtener —teóricamente— lo mejor de ellas, y ellas, lo mejor de nosotros. De esta forma, podemos vender nuestros productos más allá del mercado nacional con la posibilidad de obtener productos que no cuenten con producción o disponibilidad nacional. Es por ello que las posturas que han implementado distintas naciones de Occidente hacia el país euroasiático ruso ha provocado una escalada de precios en distintas materias primas como el trigo, el gas natural, pero sobre todo, el barril de petróleo.

A pesar de que el precio del barril de petróleo ha visto una disminución gradual desde los picos más altos registrados en estos últimos días, el precio sigue siendo sustancialmente elevado al posicionarse poco más de los 100 dólares por barril.

Esta situación mantendrá los precios de los productos en una tendencia alcista que se sumará a los ya de por sí altos precios provenientes de las secuelas de la pandemia, como la reapertura económica y los choques de oferta y demanda en distintos sectores.

Aunado a ello, distintas empresas han mostrado su postura en prohibir sus ventas, distribución y producción dentro de territorio ruso, lo que también generaría un posible desequilibrio en las cadenas de valor y por ende, en la oferta de bienes y servicios.

En tanto, la semana pasada se publicaron las cifras del Índice Nacional de Precios al Consumidor, donde a pesar de haber presenciado una ligera disminución en enero, para febrero se registró nuevamente cifras similares a las mostradas a finales del año pasado para colocarse en 7.28 por ciento de manera anual. Esto con la mayor incidencia del precio del gas LP, carnes como el pollo y la res, la gasolina de bajo octanaje, la vivienda y ciertos productos en específico como los automóviles, la tortilla de maíz, el limón y el aguacate.

A su vez, el Gobierno Federal por parte de la Secretaría de Hacienda publicó el viernes los estímulos fiscales sobre el Impuesto Especial sobre la Producción y Servicios que regirán durante la semana del 12 al 18 de marzo de 2022, ello con el fin de mitigar un tanto el incremento desmesurado en el precio de los combustibles que se miden sobre la base del precio internacional del barril de petróleo; no obstante, la contraparte que aquí existe es que estos recursos dejarán de ingresar a las arcas del Gobierno Federal. Es más, el Gobierno Federal está desembolsando de su bolsillo estímulos complementarios para que no sea tan elevado el precio de la gasolina y por ende, afecte en demasía a la inflación durante estos tiempos.

Sin embargo, es dinero que se dejará de percibir y que se está abonando por un efecto exógeno a la coyuntura interna del país, tarde o temprano repercutirá en las finanzas públicas que difícilmente podrán solucionar los excedentes petroleros debido a que mantenemos un déficit petrolero en la balanza comercial. Cuídese mucho.

Regeneración 19

Con la coyuntura global que impera hoy en día, hay situaciones que no dejan de qué hablar, y uno de esos casos, es la inflación.

Mucho se ha platicado acerca de la situación bélica entre Rusia y Ucrania, la intervención de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en esa disyuntiva en Europa del Este, las sanciones que han impuesto los gobiernos y empresas en su mayoría de occidente más lo que todo ello conlleva; y no cabe duda que cada día que pasa sentimos de manera indirecta los estragos de aquellas decisiones que se toman en otras latitudes.

Cabe resaltar que a pesar de que la Secretaría de Relaciones Exteriores ha mostrado una postura en contra al uso de la fuerza militar, también hay que resaltar que el Gobierno Federal se ha mantenido neutral y sin sanciones económicas hacia Rusia.

Por otra parte, si bien es cierto, que las decisiones de unos cuántos líderes han afectado en su mayoría al resto de los países, cabe destacar que la globalización es la razón principal de esto; sin embargo, eso no quiere decir que sea mala y tengamos que volver al México proteccionista donde existía el contrabando de productos importados “por debajo del agua” del país vecino.

Al contrario, la globalización ha hecho que conectemos con distintas naciones y podamos obtener —teóricamente— lo mejor de ellas, y ellas, lo mejor de nosotros. De esta forma, podemos vender nuestros productos más allá del mercado nacional con la posibilidad de obtener productos que no cuenten con producción o disponibilidad nacional. Es por ello que las posturas que han implementado distintas naciones de Occidente hacia el país euroasiático ruso ha provocado una escalada de precios en distintas materias primas como el trigo, el gas natural, pero sobre todo, el barril de petróleo.

A pesar de que el precio del barril de petróleo ha visto una disminución gradual desde los picos más altos registrados en estos últimos días, el precio sigue siendo sustancialmente elevado al posicionarse poco más de los 100 dólares por barril.

Esta situación mantendrá los precios de los productos en una tendencia alcista que se sumará a los ya de por sí altos precios provenientes de las secuelas de la pandemia, como la reapertura económica y los choques de oferta y demanda en distintos sectores.

Aunado a ello, distintas empresas han mostrado su postura en prohibir sus ventas, distribución y producción dentro de territorio ruso, lo que también generaría un posible desequilibrio en las cadenas de valor y por ende, en la oferta de bienes y servicios.

En tanto, la semana pasada se publicaron las cifras del Índice Nacional de Precios al Consumidor, donde a pesar de haber presenciado una ligera disminución en enero, para febrero se registró nuevamente cifras similares a las mostradas a finales del año pasado para colocarse en 7.28 por ciento de manera anual. Esto con la mayor incidencia del precio del gas LP, carnes como el pollo y la res, la gasolina de bajo octanaje, la vivienda y ciertos productos en específico como los automóviles, la tortilla de maíz, el limón y el aguacate.

A su vez, el Gobierno Federal por parte de la Secretaría de Hacienda publicó el viernes los estímulos fiscales sobre el Impuesto Especial sobre la Producción y Servicios que regirán durante la semana del 12 al 18 de marzo de 2022, ello con el fin de mitigar un tanto el incremento desmesurado en el precio de los combustibles que se miden sobre la base del precio internacional del barril de petróleo; no obstante, la contraparte que aquí existe es que estos recursos dejarán de ingresar a las arcas del Gobierno Federal. Es más, el Gobierno Federal está desembolsando de su bolsillo estímulos complementarios para que no sea tan elevado el precio de la gasolina y por ende, afecte en demasía a la inflación durante estos tiempos.

Sin embargo, es dinero que se dejará de percibir y que se está abonando por un efecto exógeno a la coyuntura interna del país, tarde o temprano repercutirá en las finanzas públicas que difícilmente podrán solucionar los excedentes petroleros debido a que mantenemos un déficit petrolero en la balanza comercial. Cuídese mucho.

Regeneración 19