/ jueves 2 de septiembre de 2021

Economía y bienestar | La balanza comercial de julio

Durante mucho tiempo el pensamiento económico de la escuela clásica perduró en la lógica económica de muchos intelectuales que han contribuido en la construcción de las políticas públicas, por ejemplo, en materia del equilibrio general, Adam Smith siempre afirmó la existencia de un orden natural, en el que no se requiere de la intervención de un agente regulador o bien que intervenga en caso de alguna contingencia, por el contrario, siempre la respuesta se centró en definir la existencia de un equilibrio espontáneo dependiendo de quiénes y cómo participan en el mercado, tanto oferentes como demandantes.

En este sentido, Smith vio en el comercio exterior el mismo orden inherente que gobierna los actos más sencillos de trueque, es por ello que, en las diferentes ramas del comercio exterior está vigente el principio de que el orden surge espontáneamente, por lo que cualquier interferencia planteada por algún actor ajeno a las transacciones llámese gobierno o cualquier otro actor, solo traerá una disminución de los beneficios de quienes participan de la actividad comercial de manera libre. La idea se fortalece cuando se explica sobre el propósito de tratar de producir con altos costos localmente, cuando sale más barato comprarlo en el exterior, por ello, durante mucho tiempo se privilegió la importación de mercancías como una política de estado.

Bajo tal argumento es que se diseñaron acciones de cambio de modelo desde el inicio de los años ochenta del siglo pasado en nuestro país, donde la tendencia a la privatización de empresas públicas fue una constante, bajo el argumento que producirlo a través de empresas paraestatales generaba distorsiones en el mercado, lo que traería mayores costos a los consumidores; asimismo se implementaron acciones cuyo objetivo se centraron en fortalecer las importaciones que fomentar las actividades económicas que lograran detonar los sectores económicos locales. Lo que a largo plazo generó un abandono de muchas actividades con potencialidades claras de desarrollo, con ello, se fue tendiendo a que nuestra economía dependiera significativamente de lo más sustancial e importante para un desarrollo autónomo, la gran dependencia de materiales y suministros, así como de energéticos, fueron el resultado de largo plazo que ha deteriorado significativamente el desarrollo económico del país. Tan es así que el tratar de corregir la fuerte dependencia, se ha convertido en una tarea muy difícil de revertir.

Por ello es importante poner atención a los resultados de la balanza comercial, que muestra el saldo entre las importaciones y exportaciones. Al respecto el Inegi da a conocer en su comunicado de prensa núm. 502/21 del 27 de agosto del año en curso, el saldo de la balanza comercial de mercancías durante julio de 2021, registró un déficit de 4, 063 millones de dólares, llegando con lo anterior a un déficit en los primeros siete meses del año por 2 mil 968 millones de dólares. Lo anterior genera fuertes presiones para mantener tanto los niveles inflacionarios, como el tipo de cambio del peso respecto al dólar.

De las importaciones más importantes que se reportaron fueron las no petroleras, las que alcanzaron un total de 32 mil millones de dólares, estas regularmente son insumos para la producción que requiere la industria nacional, por lo que sería importante el diseño de acciones en materia de fomento a la producción una vez identificadas aquellas importaciones de productos o insumos que bien pudieran producirse en el país, dicha política de fomento, además de generar fuentes de empleo tan necesario actualmente, pudiera generar procesos de acumulación de capital de manera local, con ello se estaría iniciando un círculo virtuoso entre inversión, empleo, generación de riqueza y desde luego de autonomía, lo que perfilaría una estrategia clara de mediano y largo plazo para el desarrollo económico local. Por ello resulta preocupante el déficit que se reporta actualmente en la balanza comercial, por lo que habrá que buscar revertir la fuerte dependencia de nuestra economía que mucho deteriora la estabilidad económica nacional.

Durante mucho tiempo el pensamiento económico de la escuela clásica perduró en la lógica económica de muchos intelectuales que han contribuido en la construcción de las políticas públicas, por ejemplo, en materia del equilibrio general, Adam Smith siempre afirmó la existencia de un orden natural, en el que no se requiere de la intervención de un agente regulador o bien que intervenga en caso de alguna contingencia, por el contrario, siempre la respuesta se centró en definir la existencia de un equilibrio espontáneo dependiendo de quiénes y cómo participan en el mercado, tanto oferentes como demandantes.

En este sentido, Smith vio en el comercio exterior el mismo orden inherente que gobierna los actos más sencillos de trueque, es por ello que, en las diferentes ramas del comercio exterior está vigente el principio de que el orden surge espontáneamente, por lo que cualquier interferencia planteada por algún actor ajeno a las transacciones llámese gobierno o cualquier otro actor, solo traerá una disminución de los beneficios de quienes participan de la actividad comercial de manera libre. La idea se fortalece cuando se explica sobre el propósito de tratar de producir con altos costos localmente, cuando sale más barato comprarlo en el exterior, por ello, durante mucho tiempo se privilegió la importación de mercancías como una política de estado.

Bajo tal argumento es que se diseñaron acciones de cambio de modelo desde el inicio de los años ochenta del siglo pasado en nuestro país, donde la tendencia a la privatización de empresas públicas fue una constante, bajo el argumento que producirlo a través de empresas paraestatales generaba distorsiones en el mercado, lo que traería mayores costos a los consumidores; asimismo se implementaron acciones cuyo objetivo se centraron en fortalecer las importaciones que fomentar las actividades económicas que lograran detonar los sectores económicos locales. Lo que a largo plazo generó un abandono de muchas actividades con potencialidades claras de desarrollo, con ello, se fue tendiendo a que nuestra economía dependiera significativamente de lo más sustancial e importante para un desarrollo autónomo, la gran dependencia de materiales y suministros, así como de energéticos, fueron el resultado de largo plazo que ha deteriorado significativamente el desarrollo económico del país. Tan es así que el tratar de corregir la fuerte dependencia, se ha convertido en una tarea muy difícil de revertir.

Por ello es importante poner atención a los resultados de la balanza comercial, que muestra el saldo entre las importaciones y exportaciones. Al respecto el Inegi da a conocer en su comunicado de prensa núm. 502/21 del 27 de agosto del año en curso, el saldo de la balanza comercial de mercancías durante julio de 2021, registró un déficit de 4, 063 millones de dólares, llegando con lo anterior a un déficit en los primeros siete meses del año por 2 mil 968 millones de dólares. Lo anterior genera fuertes presiones para mantener tanto los niveles inflacionarios, como el tipo de cambio del peso respecto al dólar.

De las importaciones más importantes que se reportaron fueron las no petroleras, las que alcanzaron un total de 32 mil millones de dólares, estas regularmente son insumos para la producción que requiere la industria nacional, por lo que sería importante el diseño de acciones en materia de fomento a la producción una vez identificadas aquellas importaciones de productos o insumos que bien pudieran producirse en el país, dicha política de fomento, además de generar fuentes de empleo tan necesario actualmente, pudiera generar procesos de acumulación de capital de manera local, con ello se estaría iniciando un círculo virtuoso entre inversión, empleo, generación de riqueza y desde luego de autonomía, lo que perfilaría una estrategia clara de mediano y largo plazo para el desarrollo económico local. Por ello resulta preocupante el déficit que se reporta actualmente en la balanza comercial, por lo que habrá que buscar revertir la fuerte dependencia de nuestra economía que mucho deteriora la estabilidad económica nacional.