/ martes 28 de diciembre de 2021

Economía y bienestar | Pronóstico económico para el 2022

Este año que está por terminar, sin lugar a duda nos deja muchos temas para reflexionar respecto a los efectos generados por diferentes fenómenos, casi todos asociados a la pandemia que ha seguido azotando al mundo.

Lo anterior ha evidenciado la fragilidad, así como las desigualdades económicas y sociales en materia de acceso a la salud, y en el caso de México, la dependencia del exterior ha sido un lastre; por citar un ejemplo, todavía durante los años ochenta del siglo pasado, nuestro país no solo tenía el liderazgo en la producción de vacunas, sino que exportaba a 15 países diversos biológicos que se producían localmente, de esta forma se era autosuficiente en la producción, control, almacenamiento y distribución de vacunas. Lamentablemente con los procesos de privatización bajo el argumento de la eficiencia, ahora en épocas de crisis, se deja ver lo peligroso que es depender del exterior en cuestiones esenciales para la vida de los mexicanos.

En materia económica, los efectos nocivos en la salud pública derivados de la pandemia también han generado problemas importantes de empleo, ya que se llegó a perder una cifra considerable de puestos de trabajo, siendo las más vulnerables las asociadas al esparcimiento y en general del sector terciario de la economía; por otro lado, lo más preocupante es que muchos establecimientos se vieron en la necesidad de cerrar sus operaciones, generando una ruptura en la cadena de productiva, impactando al sector productivo de manera significativa ya que no hay garantía en el suministro de materias primas, lo que ha puesto en riesgo diversas actividades productivas y ha propiciado una mayor especulación y sus repercusiones en los niveles de inversión, tasa de interés e inflación.

Aun con lo anterior, algunos organismos tanto nacionales como internacionales han pronosticado que este año que está por cerrar, el Producto Interno Bruto (PIB), estará por el orden del 6 por ciento, cifra muy positiva si se consideran las condiciones contextuales que imperan tanto en México como en el mundo. Asimismo, el Banco de México (Banxico) estima que el PIB para el año 2022 rondará por el orden del 3 por ciento, y algunos otros organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevén un crecimiento del orden del 4 por ciento. Lo anterior muestra que aun con los daños generados por la pandemia, en el caso de nuestro país se registrará un incremento importante en la producción nacional que no se observaba desde hace ya algunos años. En otro orden de ideas, uno de los indicadores más importantes para el próximo año es el tipo de cambio, que de acuerdo al Banxico espera que este ronde ligeramente arriba de los 21 pesos por dólar; lo anterior es muestra de una fortaleza que tiene la economía y que está registrado en la Balanza de Pagos, la cual reporta un saldo en las reservas internacionales de 202 mil millones de dólares al 17 de diciembre del año en curso. Dichas reservas representan un soporte importante para el tipo de cambio del peso frente al dólar.

Uno de los datos preocupantes es el repunte del índice inflacionario, que aunque este es un problema a nivel internacional, también la economía mexicana seguirá con fuertes presiones, por lo que se espera que la banca central continúe con una política de incrementos en la tasa de interés, con la finalidad de bajar presiones especulativas que pudieran repercutir en la inflación.

Incluso con los datos anteriores, se espera una cuesta de enero complicada, por lo que la recomendación para las familias en general es que seamos cuidadosos con la forma como gastamos nuestro dinero, ya que a diferencia de otros años, se estima una cuesta muy fuerte que puede llegar hasta el primer trimestre del año, debido a las fuertes presiones especulativas, ya que la nueva variante del Covid-19 sigue amenazando de nueva cuenta el cierre de actividades, por consiguiente, la recomendación es ser precavidos con la forma como gastamos nuestros activos, por ello más vale prever escenarios que puedan afectar nuestra economía familiar.

Por ser esta mi última columna del 2021, aprovecho para desearles que el próximo 2022 esté lleno de paz, salud y prosperidad en cada uno de sus hogares.

Regeneración 19

Este año que está por terminar, sin lugar a duda nos deja muchos temas para reflexionar respecto a los efectos generados por diferentes fenómenos, casi todos asociados a la pandemia que ha seguido azotando al mundo.

Lo anterior ha evidenciado la fragilidad, así como las desigualdades económicas y sociales en materia de acceso a la salud, y en el caso de México, la dependencia del exterior ha sido un lastre; por citar un ejemplo, todavía durante los años ochenta del siglo pasado, nuestro país no solo tenía el liderazgo en la producción de vacunas, sino que exportaba a 15 países diversos biológicos que se producían localmente, de esta forma se era autosuficiente en la producción, control, almacenamiento y distribución de vacunas. Lamentablemente con los procesos de privatización bajo el argumento de la eficiencia, ahora en épocas de crisis, se deja ver lo peligroso que es depender del exterior en cuestiones esenciales para la vida de los mexicanos.

En materia económica, los efectos nocivos en la salud pública derivados de la pandemia también han generado problemas importantes de empleo, ya que se llegó a perder una cifra considerable de puestos de trabajo, siendo las más vulnerables las asociadas al esparcimiento y en general del sector terciario de la economía; por otro lado, lo más preocupante es que muchos establecimientos se vieron en la necesidad de cerrar sus operaciones, generando una ruptura en la cadena de productiva, impactando al sector productivo de manera significativa ya que no hay garantía en el suministro de materias primas, lo que ha puesto en riesgo diversas actividades productivas y ha propiciado una mayor especulación y sus repercusiones en los niveles de inversión, tasa de interés e inflación.

Aun con lo anterior, algunos organismos tanto nacionales como internacionales han pronosticado que este año que está por cerrar, el Producto Interno Bruto (PIB), estará por el orden del 6 por ciento, cifra muy positiva si se consideran las condiciones contextuales que imperan tanto en México como en el mundo. Asimismo, el Banco de México (Banxico) estima que el PIB para el año 2022 rondará por el orden del 3 por ciento, y algunos otros organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevén un crecimiento del orden del 4 por ciento. Lo anterior muestra que aun con los daños generados por la pandemia, en el caso de nuestro país se registrará un incremento importante en la producción nacional que no se observaba desde hace ya algunos años. En otro orden de ideas, uno de los indicadores más importantes para el próximo año es el tipo de cambio, que de acuerdo al Banxico espera que este ronde ligeramente arriba de los 21 pesos por dólar; lo anterior es muestra de una fortaleza que tiene la economía y que está registrado en la Balanza de Pagos, la cual reporta un saldo en las reservas internacionales de 202 mil millones de dólares al 17 de diciembre del año en curso. Dichas reservas representan un soporte importante para el tipo de cambio del peso frente al dólar.

Uno de los datos preocupantes es el repunte del índice inflacionario, que aunque este es un problema a nivel internacional, también la economía mexicana seguirá con fuertes presiones, por lo que se espera que la banca central continúe con una política de incrementos en la tasa de interés, con la finalidad de bajar presiones especulativas que pudieran repercutir en la inflación.

Incluso con los datos anteriores, se espera una cuesta de enero complicada, por lo que la recomendación para las familias en general es que seamos cuidadosos con la forma como gastamos nuestro dinero, ya que a diferencia de otros años, se estima una cuesta muy fuerte que puede llegar hasta el primer trimestre del año, debido a las fuertes presiones especulativas, ya que la nueva variante del Covid-19 sigue amenazando de nueva cuenta el cierre de actividades, por consiguiente, la recomendación es ser precavidos con la forma como gastamos nuestros activos, por ello más vale prever escenarios que puedan afectar nuestra economía familiar.

Por ser esta mi última columna del 2021, aprovecho para desearles que el próximo 2022 esté lleno de paz, salud y prosperidad en cada uno de sus hogares.

Regeneración 19