/ sábado 15 de agosto de 2020

Gryita.com, fyilosofía en expresión | La vacuna latinoamericana

Una humanidad sumida en la preocupación. Los diferentes frentes se encuentran seriamente afectados.

Un país que se retuerce a causa de sus diferentes males.

La economía enfrenta una situación muy complicada, la pugna política entre los varios actores genera un especial estado de inseguridad, la desinformación causa estragos al interior de la sociedad además de generar confusión en la forma de tratar al fenómeno que nos aqueja.

Comercios que tienen que cerrar sus puertas definitivamente, personas perdiendo como consecuencia sus medios para ganarse la vida, problemas sociales y de convivencia, un sistema educativo teniendo que sacarse de la manga formas y formatos para buscar continuar acercando la educación a quien corresponde, el sistema hospitalario haciendo malabares, problemas por todas partes.

Las noticias del avance en la lucha contra la corrupción que exhibe información que, aunque sujeta aún a comprobación como parte de un proceso, ventila de forma penosa la historia pública de la tragedia de este país, que así con tintes que parecieran parte de una ingeniosa ficción cinematográfica nos escupe a la cara nuestra funesta realidad y nos mantiene por momentos ocupados, pero de ninguna forma aporta una solución al problema que hoy nos tiene a todos privados de una vida en libertad.

El barrunte de los procesos electorales genera una especial tensión y el amarre de los tendederos empieza a hacer su aparición para el oreo de los trapos sucios de cada bando y de alguna manera el golpeteo está también incluyendo al virus en la agenda.

Algunos caminan sin protección por la necesidad de buscar el sustento, pero también por la desesperación de no sentirse malheridos, rebelarse de algún modo a aceptar la idea de poner la vida en riesgo solamente por acercarse sin máscara a un semejante.

Hay quien incluso en forma temeraria ha puesto en juego su vida y la de sus seres queridos ejerciendo en forma por demás necia la libertad de reunión y firmar la sentencia de muerte al soplar las velas de un pastel en la celebración de la existencia sin considerar que podría ser la última a causa de tan aventurado proceder.

Historias van y vienen, un grupo sigue sin creerlo, otro se muere de miedo, empezamos a oír casos de los que sufren por estados críticos de ansiedad, las autoridades bandean en sus decisiones, caminan y a ratos lucen desorientados, pero el número de fallecimientos incrementa.

De pronto la nota de la vacuna suena como la campana que salva al peleador que está a punto de caer a la lona apaleado por su adversario.

Un sorbo de agua fresca en medio de esta ruinosa realidad.

México vuelve a acertar, parece ser que no es como algunos pretenden hacernos creer, que todo va mal, que las decisiones son incorrectas, que vamos directo al fracaso.

Hoy volvemos a estar en el aparador del mundo, pero no porque tenemos altos índices de corrupción, ni porque somos los amos del bullying, de la obesidad infantil y de otras calamidades, ni porque tenemos altos índices de deserción escolar o números alarmantes en cuanto a feminicidios y otros delitos de índole mayúscula.

Esta vez porque somos protagonistas de la solución del problema, porque nuestras asociaciones y el reflejo de la amistad con los pueblos nos ha llevado a establecer alianzas virtuosas, porque la conducción humanista, generosa y compasiva de nuestro pueblo nos permite convertirnos en benefactor de Latinoamérica y en un bálsamo que alivie el sufrimiento de todos, no solamente de los más desprotegidos al recibir, no la ayuda, sino lo justo a través de la puesta a disposición de la vida y la salud de los capitales y las intenciones de aquellos que de los mismos bolsillos de quienes hoy salvan, han recibido la bondad de lo que hoy tienen.

No hacen un favor, más bien es un acto de justicia, aunque definitivamente podrían no hacerlo y eso finalmente para no caer en un acto vil como el que menciono no se padece, se debe agradecer de cualquier forma.

Gracias a esta suma de voluntades, de cualidades negociadoras de un cuerpo diplomático capaz y generador de contenidos de amistad, igualdad y fraternidad es que se ha logrado que no seamos parte de un tercer mundo que hace fila para esperar que la caridad y las sobras de los países desarrollados nos salven la vida, porque definitivamente el atraso del que somos víctimas es un reflejo y un resultado de malos manejos políticos y económicos pero al menos hoy opera a nuestro favor, que como efecto secundario favorable nuestro pueblo es pobre, pero nuestros millonarios son de primer mundo.

No todo está perdido, aún podemos hacer un esfuerzo para resistir, buscar mecanismos que nos permitan avanzar en el tiempo salvando a todos los que podamos, vestirnos de esperanza al ver que nuestra patria no está vencida, que no nos han robado todo y que todavía podemos brillar y no solamente sobrevivir sino ser benefactores de nuestro lado del mundo.

“Una vacuna producida en México, hecha en México, por México, para México, para los mexicanos y para América Latina”, fueron las palabras de Sylvia Lorena Varela Ramón, presidenta y directora general de AstraZeneca.

Bien por México.

  • hey@gryita.com
  • Fb: Gryita.com

REGENERACIÓN 19

Una humanidad sumida en la preocupación. Los diferentes frentes se encuentran seriamente afectados.

Un país que se retuerce a causa de sus diferentes males.

La economía enfrenta una situación muy complicada, la pugna política entre los varios actores genera un especial estado de inseguridad, la desinformación causa estragos al interior de la sociedad además de generar confusión en la forma de tratar al fenómeno que nos aqueja.

Comercios que tienen que cerrar sus puertas definitivamente, personas perdiendo como consecuencia sus medios para ganarse la vida, problemas sociales y de convivencia, un sistema educativo teniendo que sacarse de la manga formas y formatos para buscar continuar acercando la educación a quien corresponde, el sistema hospitalario haciendo malabares, problemas por todas partes.

Las noticias del avance en la lucha contra la corrupción que exhibe información que, aunque sujeta aún a comprobación como parte de un proceso, ventila de forma penosa la historia pública de la tragedia de este país, que así con tintes que parecieran parte de una ingeniosa ficción cinematográfica nos escupe a la cara nuestra funesta realidad y nos mantiene por momentos ocupados, pero de ninguna forma aporta una solución al problema que hoy nos tiene a todos privados de una vida en libertad.

El barrunte de los procesos electorales genera una especial tensión y el amarre de los tendederos empieza a hacer su aparición para el oreo de los trapos sucios de cada bando y de alguna manera el golpeteo está también incluyendo al virus en la agenda.

Algunos caminan sin protección por la necesidad de buscar el sustento, pero también por la desesperación de no sentirse malheridos, rebelarse de algún modo a aceptar la idea de poner la vida en riesgo solamente por acercarse sin máscara a un semejante.

Hay quien incluso en forma temeraria ha puesto en juego su vida y la de sus seres queridos ejerciendo en forma por demás necia la libertad de reunión y firmar la sentencia de muerte al soplar las velas de un pastel en la celebración de la existencia sin considerar que podría ser la última a causa de tan aventurado proceder.

Historias van y vienen, un grupo sigue sin creerlo, otro se muere de miedo, empezamos a oír casos de los que sufren por estados críticos de ansiedad, las autoridades bandean en sus decisiones, caminan y a ratos lucen desorientados, pero el número de fallecimientos incrementa.

De pronto la nota de la vacuna suena como la campana que salva al peleador que está a punto de caer a la lona apaleado por su adversario.

Un sorbo de agua fresca en medio de esta ruinosa realidad.

México vuelve a acertar, parece ser que no es como algunos pretenden hacernos creer, que todo va mal, que las decisiones son incorrectas, que vamos directo al fracaso.

Hoy volvemos a estar en el aparador del mundo, pero no porque tenemos altos índices de corrupción, ni porque somos los amos del bullying, de la obesidad infantil y de otras calamidades, ni porque tenemos altos índices de deserción escolar o números alarmantes en cuanto a feminicidios y otros delitos de índole mayúscula.

Esta vez porque somos protagonistas de la solución del problema, porque nuestras asociaciones y el reflejo de la amistad con los pueblos nos ha llevado a establecer alianzas virtuosas, porque la conducción humanista, generosa y compasiva de nuestro pueblo nos permite convertirnos en benefactor de Latinoamérica y en un bálsamo que alivie el sufrimiento de todos, no solamente de los más desprotegidos al recibir, no la ayuda, sino lo justo a través de la puesta a disposición de la vida y la salud de los capitales y las intenciones de aquellos que de los mismos bolsillos de quienes hoy salvan, han recibido la bondad de lo que hoy tienen.

No hacen un favor, más bien es un acto de justicia, aunque definitivamente podrían no hacerlo y eso finalmente para no caer en un acto vil como el que menciono no se padece, se debe agradecer de cualquier forma.

Gracias a esta suma de voluntades, de cualidades negociadoras de un cuerpo diplomático capaz y generador de contenidos de amistad, igualdad y fraternidad es que se ha logrado que no seamos parte de un tercer mundo que hace fila para esperar que la caridad y las sobras de los países desarrollados nos salven la vida, porque definitivamente el atraso del que somos víctimas es un reflejo y un resultado de malos manejos políticos y económicos pero al menos hoy opera a nuestro favor, que como efecto secundario favorable nuestro pueblo es pobre, pero nuestros millonarios son de primer mundo.

No todo está perdido, aún podemos hacer un esfuerzo para resistir, buscar mecanismos que nos permitan avanzar en el tiempo salvando a todos los que podamos, vestirnos de esperanza al ver que nuestra patria no está vencida, que no nos han robado todo y que todavía podemos brillar y no solamente sobrevivir sino ser benefactores de nuestro lado del mundo.

“Una vacuna producida en México, hecha en México, por México, para México, para los mexicanos y para América Latina”, fueron las palabras de Sylvia Lorena Varela Ramón, presidenta y directora general de AstraZeneca.

Bien por México.

  • hey@gryita.com
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REGENERACIÓN 19