/ sábado 16 de julio de 2022

Gryita.com, Fylosofía en expresión | Ama a tu prójimo como a ti mismo

La frase nos lleva de inmediato a uno de los renglones más famosos de la corriente religiosa judeo cristiana y aunque no pienso hablarte hoy de religión quiero utilizar esta filosofía como marco para tratar este importante tema.

Texto trillado, hoy se usa para cualquier conversación barata en la que se pretende pensar aunque sea un poco en los demás, pero en la práctica creo que se encuentra más devaluado que nunca.

No siendo necesario acudir a ejemplos catastróficos y dolorosísimos como las guerras o la pobreza, ni tampoco aquellos no menos horribles pero sí más sutiles como la permisividad social, política y gubernamental que existe en favor de la comida chatarra y su misión secundaria de envenenar la tierra y a la humanidad, podemos hablar de cosas muy cercanas, muy evidentes y además cotidianas en las que parece que hemos olvidado el célebre renglón.

Estamos ignorando sin darnos cuenta la enorme necesidad que tenemos los unos de los otros para sobrevivir y lograr evolucionar, para adaptarnos a los cambios que se están presentando en el planeta, parece ser que "amar al prójimo" se está volviendo una instrucción vital, una necesidad imperiosa, un asunto prioritario, mas que solamente un llamado a la cordura y a la salud emocional.

Pero no podemos dar lo que no tenemos.

Ciertamente el amor no es la palabra amor y muy lejos de ser ese sentimiento que según nosotros ocurre "fuera” por decirlo así, es una elevada virtud que reside en el más poderoso razonamiento humano y nos lleva a tomar una postura que puede acercarnos a la condición de lo que a nuestro entender como "divinidad" hemos construido, al menos conceptualmente hablando.

Concentrar nuestra atención en algo ajeno a nosotros para favorecerlo, es decir, en aquel ser animado o inanimado, real o imaginario, etéreo o no, para ponerlo momentáneamente en un sitio prioritario, incluso a nosotros mismos.

Dicha condición nos lleva a someter nuestra voluntad y a dejar de actuar como depredadores y de esta forma totalmente intencional actuar en favor del otro.

Es desde ahí que podemos compartir nuestro tiempo, nuestras ventajas, nuestro dinero, nuestras opciones con otra u otras personas.

Con esa decisión podemos buscar la manera de que el otro se encuentre bien o mejor, aun a costa de nosotros tener que privarnos de algo.

El amor es mucho más que aquellas cosas con lo que nosotros lo hemos relacionado, mucho más que el sexo, las conveniencias y los contratos.

Bien, debemos empezar por entender que la forma de amor fundamental, que se convierte en la raíz de todas nuestras posibilidades amatorias es en definitiva el amor propio.

Hablemos ahora del punto más importante ¿de qué manera en la actualidad podemos expresar o ejercer el amor al prójimo y de qué forma esto puede beneficiarnos?

Cada vez más podemos ver que aquello que hacemos o dejamos de hacer con los demás repercute en nuestra vida.

La tensión social aumenta a través del estrés, la depresión, el bullying, los feminicidios, la desinformación, las adicciones o el maltrato, por mencionar algunos fenómenos.

¿Cómo podemos ayudar y ayudarnos?

El ser amables con los demás en nuestro trato cotidiano.

Saludar, pedir por favor y dar las gracias, ceder el paso, ayudar a otro en mala situación, compartir un poco de lo que tenemos.

El que tiene más puede ayudar al que tiene menos y el que tiene menos puede ayudar al que no tiene nada.

No todo es material, también podemos hablar de una palabra de aliento, tiempo, ánimo o ser compasivos al conducir.

Ahora, con la pandemia, cuidar de nosotros y de los demás podría salvarnos la vida.

Cumplir las normas, si te sientes mal no te acerques a los demás, sigue los protocolos, respeta la sana distancia.

Pero sobre todo entiende que esto aún no termina y que depende de todos la salud de todos y eso también es amarte a ti y amar al prójimo.

Piensa, ama y vive.

Escríbeme.

  • Correo: gryitafuerte@gmail.com
  • Facebook: Gryita Fuerte
  • RE-GENERACIÓN 19


La frase nos lleva de inmediato a uno de los renglones más famosos de la corriente religiosa judeo cristiana y aunque no pienso hablarte hoy de religión quiero utilizar esta filosofía como marco para tratar este importante tema.

Texto trillado, hoy se usa para cualquier conversación barata en la que se pretende pensar aunque sea un poco en los demás, pero en la práctica creo que se encuentra más devaluado que nunca.

No siendo necesario acudir a ejemplos catastróficos y dolorosísimos como las guerras o la pobreza, ni tampoco aquellos no menos horribles pero sí más sutiles como la permisividad social, política y gubernamental que existe en favor de la comida chatarra y su misión secundaria de envenenar la tierra y a la humanidad, podemos hablar de cosas muy cercanas, muy evidentes y además cotidianas en las que parece que hemos olvidado el célebre renglón.

Estamos ignorando sin darnos cuenta la enorme necesidad que tenemos los unos de los otros para sobrevivir y lograr evolucionar, para adaptarnos a los cambios que se están presentando en el planeta, parece ser que "amar al prójimo" se está volviendo una instrucción vital, una necesidad imperiosa, un asunto prioritario, mas que solamente un llamado a la cordura y a la salud emocional.

Pero no podemos dar lo que no tenemos.

Ciertamente el amor no es la palabra amor y muy lejos de ser ese sentimiento que según nosotros ocurre "fuera” por decirlo así, es una elevada virtud que reside en el más poderoso razonamiento humano y nos lleva a tomar una postura que puede acercarnos a la condición de lo que a nuestro entender como "divinidad" hemos construido, al menos conceptualmente hablando.

Concentrar nuestra atención en algo ajeno a nosotros para favorecerlo, es decir, en aquel ser animado o inanimado, real o imaginario, etéreo o no, para ponerlo momentáneamente en un sitio prioritario, incluso a nosotros mismos.

Dicha condición nos lleva a someter nuestra voluntad y a dejar de actuar como depredadores y de esta forma totalmente intencional actuar en favor del otro.

Es desde ahí que podemos compartir nuestro tiempo, nuestras ventajas, nuestro dinero, nuestras opciones con otra u otras personas.

Con esa decisión podemos buscar la manera de que el otro se encuentre bien o mejor, aun a costa de nosotros tener que privarnos de algo.

El amor es mucho más que aquellas cosas con lo que nosotros lo hemos relacionado, mucho más que el sexo, las conveniencias y los contratos.

Bien, debemos empezar por entender que la forma de amor fundamental, que se convierte en la raíz de todas nuestras posibilidades amatorias es en definitiva el amor propio.

Hablemos ahora del punto más importante ¿de qué manera en la actualidad podemos expresar o ejercer el amor al prójimo y de qué forma esto puede beneficiarnos?

Cada vez más podemos ver que aquello que hacemos o dejamos de hacer con los demás repercute en nuestra vida.

La tensión social aumenta a través del estrés, la depresión, el bullying, los feminicidios, la desinformación, las adicciones o el maltrato, por mencionar algunos fenómenos.

¿Cómo podemos ayudar y ayudarnos?

El ser amables con los demás en nuestro trato cotidiano.

Saludar, pedir por favor y dar las gracias, ceder el paso, ayudar a otro en mala situación, compartir un poco de lo que tenemos.

El que tiene más puede ayudar al que tiene menos y el que tiene menos puede ayudar al que no tiene nada.

No todo es material, también podemos hablar de una palabra de aliento, tiempo, ánimo o ser compasivos al conducir.

Ahora, con la pandemia, cuidar de nosotros y de los demás podría salvarnos la vida.

Cumplir las normas, si te sientes mal no te acerques a los demás, sigue los protocolos, respeta la sana distancia.

Pero sobre todo entiende que esto aún no termina y que depende de todos la salud de todos y eso también es amarte a ti y amar al prójimo.

Piensa, ama y vive.

Escríbeme.

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