/ sábado 27 de noviembre de 2021

Gryita.com, Fylosofía en expresión | La deuda de México con la mujer

El pasado 25 de Noviembre fue el Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra la Mujer.

Pero ¿qué es la violencia en contra de la mujer?

Palabras más, palabras menos, la ley mexicana dice que son aquellas acciones u omisiones que basadas en su género le causen daño o sufrimiento de cualquier índole hasta llegar al extremo de causarle la muerte, incluyendo los ámbitos públicos y privados.

En todo el mundo el daño es ancestral y tiene raíces que inician en los hogares y están enquistadas en la cultura de los pueblos.

Bromas, miradas, celos, posiciones laborales, hasta agresiones, mutilación y la muerte, forman el espectro de este monstruo que al mundo le está costando mucho trabajo, primero admitir para después atenderlo.

Aquí cabe mencionar, que se encuentran claramente citadas en nuestras leyes, las agresiones psicológicas, físicas, patrimoniales, económicas, sexuales y la muerte.

Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública los hombres son víctimas de más delitos, pero la diferencia en el tipo de violencia que enfrentan las mujeres es notable.

Los delitos sexuales cometidos en contra de la mujer son el cuarto delito más frecuente del cual es víctima.

La intimidación sexual, incluye los piropos groseros, las fotos o publicaciones molestas, los mensajes no deseados, insultos, temas sexuales o amenazas que se dan a través de los medios electrónicos.

El abuso sexual incluye mostrarles las partes íntimas, hacerse frente a ellas tocamientos, incomodarlas con imágenes sexuales, manoseos o acercamientos físicos que violen su espacio personal.

El acoso incluye aquellas propuestas o intercambios de regalos, favores o beneficios a cambio de acciones sexuales.

Una vez más tenemos que aceptar que en nuestro país las cosas no han cambiado mucho.

El número de posibles feminicidios se ha incrementado, lo cual podemos revisar a través de la tasa bruta de defunciones de mujeres en donde se presume homicidio por cada cien mil habitantes.

Tristemente más del 23% de los homicidios de mujeres ocurren en sus viviendas.

Los números aumentan en lo referente a violencia familiar, violación, llamadas al 911 o desapariciones de acuerdo con el Inegi y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Las quejas de los organismos en pro de la defensa a los derechos de la mujer sobre la dificultad para lograr la tipificación de feminicidio en las diferentes instancias de procuración de justicia y la forma en que en éstas se “encharcan” debido a los muchos vicios aún imperantes.

Ciertamente algunas leyes se han endurecido y hay más mujeres en cargos públicos, pero no es suficiente, parece ser que en este punto al menos no podemos pensar que existe una verdadera transformación.

Los gobiernos municipales, estatales y federales, están lejos de un verdadero involucramiento que incluya además de la impartición correcta de la justicia, mecanismos serios de prevención que provoquen un cambio real en esta forma de pensar que tanto daño ha causado.

El tema ocupa un lugar en el debate y se ha convertido vergonzosamente en bandera electoral y de fines políticos de los diferentes actores, pero solo en eso, aún no toca los hogares, las calles, las oficinas y en general la vida del país, que defiende a la mujer solo conceptualmente.

Como lo dije en una conferencia después de ser agredido por una mujer que me decía que era mejor que me callara, que yo no debía defenderlas porque soy un hombre, creo que éste es un problema de todos.

Por hoy se fue otro año sin lograr nada significativo, así que sugiero al gobierno de México en todos sus niveles, para que ninguno se quiera salir de esta funesta ecuación, que en lugar de ofrecer abrigo y solidaridad, mejor intenten ofrecer resultados.

Este año vuelvo a nombre de los que de mi género estén de acuerdo a ofrecer disculpas a la mujer.

  • gryitafuerte@gmail.com

El pasado 25 de Noviembre fue el Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra la Mujer.

Pero ¿qué es la violencia en contra de la mujer?

Palabras más, palabras menos, la ley mexicana dice que son aquellas acciones u omisiones que basadas en su género le causen daño o sufrimiento de cualquier índole hasta llegar al extremo de causarle la muerte, incluyendo los ámbitos públicos y privados.

En todo el mundo el daño es ancestral y tiene raíces que inician en los hogares y están enquistadas en la cultura de los pueblos.

Bromas, miradas, celos, posiciones laborales, hasta agresiones, mutilación y la muerte, forman el espectro de este monstruo que al mundo le está costando mucho trabajo, primero admitir para después atenderlo.

Aquí cabe mencionar, que se encuentran claramente citadas en nuestras leyes, las agresiones psicológicas, físicas, patrimoniales, económicas, sexuales y la muerte.

Según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública los hombres son víctimas de más delitos, pero la diferencia en el tipo de violencia que enfrentan las mujeres es notable.

Los delitos sexuales cometidos en contra de la mujer son el cuarto delito más frecuente del cual es víctima.

La intimidación sexual, incluye los piropos groseros, las fotos o publicaciones molestas, los mensajes no deseados, insultos, temas sexuales o amenazas que se dan a través de los medios electrónicos.

El abuso sexual incluye mostrarles las partes íntimas, hacerse frente a ellas tocamientos, incomodarlas con imágenes sexuales, manoseos o acercamientos físicos que violen su espacio personal.

El acoso incluye aquellas propuestas o intercambios de regalos, favores o beneficios a cambio de acciones sexuales.

Una vez más tenemos que aceptar que en nuestro país las cosas no han cambiado mucho.

El número de posibles feminicidios se ha incrementado, lo cual podemos revisar a través de la tasa bruta de defunciones de mujeres en donde se presume homicidio por cada cien mil habitantes.

Tristemente más del 23% de los homicidios de mujeres ocurren en sus viviendas.

Los números aumentan en lo referente a violencia familiar, violación, llamadas al 911 o desapariciones de acuerdo con el Inegi y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Las quejas de los organismos en pro de la defensa a los derechos de la mujer sobre la dificultad para lograr la tipificación de feminicidio en las diferentes instancias de procuración de justicia y la forma en que en éstas se “encharcan” debido a los muchos vicios aún imperantes.

Ciertamente algunas leyes se han endurecido y hay más mujeres en cargos públicos, pero no es suficiente, parece ser que en este punto al menos no podemos pensar que existe una verdadera transformación.

Los gobiernos municipales, estatales y federales, están lejos de un verdadero involucramiento que incluya además de la impartición correcta de la justicia, mecanismos serios de prevención que provoquen un cambio real en esta forma de pensar que tanto daño ha causado.

El tema ocupa un lugar en el debate y se ha convertido vergonzosamente en bandera electoral y de fines políticos de los diferentes actores, pero solo en eso, aún no toca los hogares, las calles, las oficinas y en general la vida del país, que defiende a la mujer solo conceptualmente.

Como lo dije en una conferencia después de ser agredido por una mujer que me decía que era mejor que me callara, que yo no debía defenderlas porque soy un hombre, creo que éste es un problema de todos.

Por hoy se fue otro año sin lograr nada significativo, así que sugiero al gobierno de México en todos sus niveles, para que ninguno se quiera salir de esta funesta ecuación, que en lugar de ofrecer abrigo y solidaridad, mejor intenten ofrecer resultados.

Este año vuelvo a nombre de los que de mi género estén de acuerdo a ofrecer disculpas a la mujer.

  • gryitafuerte@gmail.com