/ sábado 23 de julio de 2022

Gryita.com, Fylosofía en expresión | Niñas de oro

Hoy por la tarde recibí un mensaje de una figura internacional del deporte mexicano para agradecerme una entrevista que durante la semana le realicé en mi Podcast en redes sociales.

Estoy hablando de la entrenadora de gimnasia Citlaly Quintá Álvarez, quien en su carrera como atleta cosechó innumerables éxitos, ganando decenas de medallas, reconocimientos y quien recientemente ha vuelto junto con su equipo de atletas después de tener una destacada participación en Brasil.

Este glorioso equipo nacional integrado por nuestras compatriotas que a su corta edad y comandadas por su maestra ya son calificadas como "niñas maravilla" o "niñas históricas" debido a que sus resultados y participaciones han coincidido con importantes particularidades sobre este deporte a nivel mundial, ganaron para nuestra patria la plata en el Campeonato Panamericano de Gimnasia Rítmica Brasil 2022.

Cabe mencionar aquí un dato muy importante, también ganaron dos medallas de oro y una de plata el año pasado en el mes de diciembre en los Juegos Panamericanos Juveniles realizados en Cali, Colombia.

¿Cuál fue la reacción del Gobierno mexicano ante semejantes resultados?

Ninguna.

Antes de irse no hubo, como se acostumbra en estos eventos deportivos, un abanderamiento para ellas, no fueron recibidas con una comitiva oficial en el Aeropuerto de la CdMx, tampoco fueron invitadas al Palacio de Gobierno, ni recibieron un reconocimiento por parte del Presidente de la República.

Tal parece que la idiosincrasia mexicana tiene incluidas aún estas conductas ilógicas y por demás incongruentes.

Algunos deportes espectáculo, llámese negocio, como por ejemplo el futbol, gozan de un foco mucho mayor sin necesidad de ofrecer resultado alguno, parece ser que son reconocidos sólo por existir.

Creo que este es un buen momento para hacer una reflexión al respecto.

Opino que tenemos que superar de una vez por todas esa cultura mediocre y egoísta que hasta hoy no nos está dejando más que ser los tristes protagonistas en la parábola popular de "los cangrejos de la cubeta", que nos hacen saber la famosa postura del "si yo no puedo, tú tampoco".

Esto me hace recordar los días de mi infancia cuando veía cómo algunos niños después de ver que su papalote fabricado con papel de china, engrudo y carrizo se quedaba atorado en algún poste, árbol o lugar alto, lo apedreaban hasta destruirlo para así evitar que algunos más hábiles pudieran bajarlo y así beneficiarse con él.

La cultura de la colaboración se ha vuelto en el mundo un mecanismo de crecimiento incontenible, figuras de la comunicación y el arte por ejemplo, han entendido que juntos somos más y podemos ir más lejos.

Cada vez podemos ver más asociaciones de talentos, estilos, especialidades que generan un resultado en cuanto a la creación misma se refiere y logran de esta forma que sus contenidos lleguen a más personas y, por supuesto, que sus ingresos y resultados se multipliquen.

Esto puede ayudar en todos los ámbitos, como la cultura, el deporte, el comercio y en general el desarrollo de nuestro pueblo.

Alguien debe empezar.

Lo que sucedió con estas niñas nos puede hacer pensar que podemos iniciar por reconocernos entre nosotros, apoyar nuestras cualidades, impulsarnos hacia el logro de objetivos y así buscar crecer todos.

Por ahora yo reconozco a mis paisanas y les hago saber desde aquí lo orgulloso que me siento por sus resultados y que en realidad el agradecido soy yo por haber podido conocer y entrevistar a su maestra, que además de ser una gran atleta es un excelente ser humano.

A la entrenadora Citlaly Quintá Álvarez, a las niñas Naomi Osorio, Idalia Lecuona, Pamela Burguete, Anette Luna, Lili de León, Ivana Rodríguez y Johan Hernández, quienes han puesto a México en la agenda de la gimnasia del mundo, gracias, muchas gracias.

Niñas históricas, niñas maravilla, mexicanas de oro, no como otros.

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