/ sábado 10 de febrero de 2024

Gryta.com, Fylosofía en expresión | El día más raro del mundo

Estamos a unos días del 14 de febrero.

En México celebramos el Día del Amor y la Amistad. ¿Pero es eso en verdad lo que estamos celebrando? El amor no es la palabra amor, lo he dicho muchas veces en diversas entregas.

Es una de las más elevadas virtudes del ser humano y tal vez es solo superada por la compasión. Muchas personas sufren este día más que disfrutarlo.

Algunos porque el amor soñado rechaza su oferta de formalizar una relación, algo que suele suceder más en la población joven, sin excluir a uno que otro adulto soñador.

Otros porque saben que las muestras de supuesto amor como flores, comidas, cenas, serenatas, chocolates, peluches, joyas y algunos otros obsequios, incluso más sofisticados y caros como autos, son solamente "aves de paso" y duran solamente las horas de la mencionada celebración y junto con la falsedad, la hipocresía y el hartazgo, van a terminar en la basura o en algún cajón o a formar parte de la tediosa cotidianeidad.

Al día siguiente la vida desdichada sigue su curso, como si cupido se hubiera simplemente equivocado.

Otros casos más tristes aún, son los de aquellos que se saben engañados y que sus parejas inventarán cualquier pretexto para "desaparecer" para "navegar en otros mares" y en el mejor de los casos hacer una llamada furtiva para buscar un mejor momento.

Las amistades ni se diga, cada llamada, cada mensaje, cada publicación de Facebook, vendrá acompañada de una felicitación que reitere el cariño en tan importante día, aunque detrás de ella se encuentre la envidia, el chisme, la calumnia y la crítica destructiva.

Las redes sociales nos harán sangrar los ojos y volvernos pegajosos a causa de la melcocha de todo tipo de mensajes, fotografías de los seres amados, poemas viejos y memes con dedicatoria que harán saber al mundo virtual quiénes son “los dueños del más grande amor”, aunque no siempre es verdad.

Aquí el punto no es que no exista quién lo pueda celebrar y sea verdad sino que no veo la razón, además de los objetivos comerciales, de poner un día para enmarcarlo.

Le propongo lo siguiente:

Admitir que vivimos en un mundo convulso, confundido y decadente, donde cada día se pierde un valor y el contenido poco a poco se vuelve desechable.

Hacer consciencia de que el amor empieza en uno y no te lo encuentras, ni te encuentra, ni te lo dan, ni lo das, ni hay que sufrir para tenerlo, ni está en el aire.

Iniciar por amarte a ti puede ser un buen principio.

Cuidar tu cuerpo, tu mente y tu espíritu.

Salir del sistema de consumo para como un fugitivo entregarte a ti y a los tuyos las formas más simples y cotidianas pero poderosas de éste que es, el combustible de la vida.

Cambiar nuestro lenguaje, nuestras bromas, nuestra crítica, evitar la violencia en todas sus formas.

Aceptar, incluir y respetar a los demás.

Inculcar el amor al prójimo y la vida saludable a los menores y tratar de concientizarnos a los mayores de que cualquier día es bueno para hacer cambios y cuidar de nosotros.

Respetar toda forma de vida, incluyendo los gallos, los perros, los gatos, los toros de lidia y en general a todos los seres vivos.

Ayudarnos los unos a los otros y no “pasar sobre los otros”.

Ser más honestos en nuestras relaciones para no hacer perder el tiempo a nadie y que todos tengan oportunidad de conocer el verdadero amor en esta vida.

Amarnos los unos a los otros, pero no el catorce, ni el quince sino todos los días.

Y tú que me lees y el próximo 14 de febrero estarás solo o sola, debes saber que eso es mentira, este mundo está lleno de personas y jamás estaremos solos, además de que seguramente existe alguien para quien tú eres muy importante.

Es más, yo desde hoy te ofrezco mi respeto y también mi amistad.

Feliz día de un día que es igual a cualquier otro día.

El amor no cabe en un solo día, ni en una sola vida, ni en una sola canción y por supuesto ni en una columna como ésta.


contacto: gryitafuerte@gmail.com

Facebook: Gryita Fuerte

RE-GENERACIÓN 19

Estamos a unos días del 14 de febrero.

En México celebramos el Día del Amor y la Amistad. ¿Pero es eso en verdad lo que estamos celebrando? El amor no es la palabra amor, lo he dicho muchas veces en diversas entregas.

Es una de las más elevadas virtudes del ser humano y tal vez es solo superada por la compasión. Muchas personas sufren este día más que disfrutarlo.

Algunos porque el amor soñado rechaza su oferta de formalizar una relación, algo que suele suceder más en la población joven, sin excluir a uno que otro adulto soñador.

Otros porque saben que las muestras de supuesto amor como flores, comidas, cenas, serenatas, chocolates, peluches, joyas y algunos otros obsequios, incluso más sofisticados y caros como autos, son solamente "aves de paso" y duran solamente las horas de la mencionada celebración y junto con la falsedad, la hipocresía y el hartazgo, van a terminar en la basura o en algún cajón o a formar parte de la tediosa cotidianeidad.

Al día siguiente la vida desdichada sigue su curso, como si cupido se hubiera simplemente equivocado.

Otros casos más tristes aún, son los de aquellos que se saben engañados y que sus parejas inventarán cualquier pretexto para "desaparecer" para "navegar en otros mares" y en el mejor de los casos hacer una llamada furtiva para buscar un mejor momento.

Las amistades ni se diga, cada llamada, cada mensaje, cada publicación de Facebook, vendrá acompañada de una felicitación que reitere el cariño en tan importante día, aunque detrás de ella se encuentre la envidia, el chisme, la calumnia y la crítica destructiva.

Las redes sociales nos harán sangrar los ojos y volvernos pegajosos a causa de la melcocha de todo tipo de mensajes, fotografías de los seres amados, poemas viejos y memes con dedicatoria que harán saber al mundo virtual quiénes son “los dueños del más grande amor”, aunque no siempre es verdad.

Aquí el punto no es que no exista quién lo pueda celebrar y sea verdad sino que no veo la razón, además de los objetivos comerciales, de poner un día para enmarcarlo.

Le propongo lo siguiente:

Admitir que vivimos en un mundo convulso, confundido y decadente, donde cada día se pierde un valor y el contenido poco a poco se vuelve desechable.

Hacer consciencia de que el amor empieza en uno y no te lo encuentras, ni te encuentra, ni te lo dan, ni lo das, ni hay que sufrir para tenerlo, ni está en el aire.

Iniciar por amarte a ti puede ser un buen principio.

Cuidar tu cuerpo, tu mente y tu espíritu.

Salir del sistema de consumo para como un fugitivo entregarte a ti y a los tuyos las formas más simples y cotidianas pero poderosas de éste que es, el combustible de la vida.

Cambiar nuestro lenguaje, nuestras bromas, nuestra crítica, evitar la violencia en todas sus formas.

Aceptar, incluir y respetar a los demás.

Inculcar el amor al prójimo y la vida saludable a los menores y tratar de concientizarnos a los mayores de que cualquier día es bueno para hacer cambios y cuidar de nosotros.

Respetar toda forma de vida, incluyendo los gallos, los perros, los gatos, los toros de lidia y en general a todos los seres vivos.

Ayudarnos los unos a los otros y no “pasar sobre los otros”.

Ser más honestos en nuestras relaciones para no hacer perder el tiempo a nadie y que todos tengan oportunidad de conocer el verdadero amor en esta vida.

Amarnos los unos a los otros, pero no el catorce, ni el quince sino todos los días.

Y tú que me lees y el próximo 14 de febrero estarás solo o sola, debes saber que eso es mentira, este mundo está lleno de personas y jamás estaremos solos, además de que seguramente existe alguien para quien tú eres muy importante.

Es más, yo desde hoy te ofrezco mi respeto y también mi amistad.

Feliz día de un día que es igual a cualquier otro día.

El amor no cabe en un solo día, ni en una sola vida, ni en una sola canción y por supuesto ni en una columna como ésta.


contacto: gryitafuerte@gmail.com

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RE-GENERACIÓN 19