/ miércoles 28 de agosto de 2019

Los hijos de la revolución

No sé qué pensarán o dirán los adversarios de Andrés Manuel López Obrador-más bien sí sé-...

Pero creo que el Presidente de la República está cumpliendo con sus promesas de campaña, básicamente aquella que señalaba “Primero los pobres”.

El hombre de Macuspana siempre lo dijo, que en su Gobierno primero se llevarían a cabo los programas que tienen que ver con la atención a las familias más desprotegidas económicamente hablando y, por supuesto, que lo ha hecho.

Tomando como apoyos torales en su proyecto la guerra contra la corrupción y la impunidad, así como la adopción de un régimen de austeridad republicana, AMLO ha llevado beneficios directos a millones de mexicanos en condiciones de dificultad económica, para sacar de la pobreza extrema a unos y apoyarlos esfuerzos de otros.

La prueba es contundente: Los subsidios a los adultos mayores, a las madres solteras, a los jóvenes sin trabajo y sin estudios, a los alumnos de todos los niveles educativos, a los niños delas estancias infantiles, a los discapacitados, a los deportistas y a muchos miles y miles más de mexicanos.

El Presidente lo ha dicho ya en varias “mañaneras”; ahora viene la etapa de la recuperación económica como parte de su Cuarta Transformación, a pesar de los terribles lastres políticos que sus adversarios le tratan de atar para sujetarlo a la inacción ya la debacle financiera sin lograrlo.

Como ejemplo claro de que las cosas le van bien al Presidente, ayer en la conferencia de prensa matutina le acompañaron doce de los más poderosos representantes del mundo empresarial y financiero del país, encabezados por el multitrillonario Carlos Slim, quienes con su presencia y discurso le dieron un claro espaldarazo al hombre que hoy ocupa el más alto peldaño del poder político mexicano.

Entonces, si otros piensan diferente, está bien, pero no creo que épocas pasadas de corrupción política, de saqueo criminal de los bienes de la Nación sean mejores que la actual, al menos que estemos pensando en venderle al poderoso vecino lo que nos dejó de territorio, o endeudara México de tal manera que perdamos nuestra soberanía como País y nos convirtamos en extranjeros en nuestro propio territorio.

Porque nunca debemos olvidar que gobiernos emanados de otros partidos estuvieron a punto de acabar con el país, poco les faltó para vender el Palacio Nacional y como ya ni el himno nacional nos pertenece, pues qué importa lo demás.

Luego pues, AMLO está cumpliendo al pie de la letra con su compromiso principal de campaña de “Primero los pobres” y vapor lo demás, es decir, todo lo que tiene que ver con la Cuarta Transformación, el cambio de sistema político y de ética social, como filosofía moral del nuevo mexicano, el cambio de actitud que nos mueva al verdadero patriotismo, a amar nuestra tierra para defenderla de los malos gobiernos. Porque como estábamos antes, con muy pocas pero honrosas excepciones, los verdaderos enemigos de México no eran extranjeros, eran los propios hijos de la Revolución.

P.D.- Los Judas de México no pudieron venderlo todo, pero qué arrastrada nos dieron junto con el país.

No sé qué pensarán o dirán los adversarios de Andrés Manuel López Obrador-más bien sí sé-...

Pero creo que el Presidente de la República está cumpliendo con sus promesas de campaña, básicamente aquella que señalaba “Primero los pobres”.

El hombre de Macuspana siempre lo dijo, que en su Gobierno primero se llevarían a cabo los programas que tienen que ver con la atención a las familias más desprotegidas económicamente hablando y, por supuesto, que lo ha hecho.

Tomando como apoyos torales en su proyecto la guerra contra la corrupción y la impunidad, así como la adopción de un régimen de austeridad republicana, AMLO ha llevado beneficios directos a millones de mexicanos en condiciones de dificultad económica, para sacar de la pobreza extrema a unos y apoyarlos esfuerzos de otros.

La prueba es contundente: Los subsidios a los adultos mayores, a las madres solteras, a los jóvenes sin trabajo y sin estudios, a los alumnos de todos los niveles educativos, a los niños delas estancias infantiles, a los discapacitados, a los deportistas y a muchos miles y miles más de mexicanos.

El Presidente lo ha dicho ya en varias “mañaneras”; ahora viene la etapa de la recuperación económica como parte de su Cuarta Transformación, a pesar de los terribles lastres políticos que sus adversarios le tratan de atar para sujetarlo a la inacción ya la debacle financiera sin lograrlo.

Como ejemplo claro de que las cosas le van bien al Presidente, ayer en la conferencia de prensa matutina le acompañaron doce de los más poderosos representantes del mundo empresarial y financiero del país, encabezados por el multitrillonario Carlos Slim, quienes con su presencia y discurso le dieron un claro espaldarazo al hombre que hoy ocupa el más alto peldaño del poder político mexicano.

Entonces, si otros piensan diferente, está bien, pero no creo que épocas pasadas de corrupción política, de saqueo criminal de los bienes de la Nación sean mejores que la actual, al menos que estemos pensando en venderle al poderoso vecino lo que nos dejó de territorio, o endeudara México de tal manera que perdamos nuestra soberanía como País y nos convirtamos en extranjeros en nuestro propio territorio.

Porque nunca debemos olvidar que gobiernos emanados de otros partidos estuvieron a punto de acabar con el país, poco les faltó para vender el Palacio Nacional y como ya ni el himno nacional nos pertenece, pues qué importa lo demás.

Luego pues, AMLO está cumpliendo al pie de la letra con su compromiso principal de campaña de “Primero los pobres” y vapor lo demás, es decir, todo lo que tiene que ver con la Cuarta Transformación, el cambio de sistema político y de ética social, como filosofía moral del nuevo mexicano, el cambio de actitud que nos mueva al verdadero patriotismo, a amar nuestra tierra para defenderla de los malos gobiernos. Porque como estábamos antes, con muy pocas pero honrosas excepciones, los verdaderos enemigos de México no eran extranjeros, eran los propios hijos de la Revolución.

P.D.- Los Judas de México no pudieron venderlo todo, pero qué arrastrada nos dieron junto con el país.