Con un poco menos de la espectacularidad a la que nos tienen acostumbrados, las Amazonas de la UANL y las Rayadas de Monterrey nos han brindado un muy emocionante juego de ida. La baja en espectacularidad es debido a que este tenía que ser un partido en el que predominara la táctica, un juego pensante en el que los dos equipos obedecían a un proyecto de juego con un solo objetivo, ¡Ganar!
Así, la espectacularidad que en cada partido nos regala Desirée Monsiváis hoy fue interrumpida por el férreo marcaje que le dedicó Cristina Ferral, quien no le permitió siquiera respirar un minuto, mientras que Rebeca Bernal (Beckenbauer) se colocó justo frente a sus dos defensas centrales, abortando cuanto ataque frontal intentaron las Amazonas.
Si ustedes han puesto atención al juego de Desirée Monsiváis, habrán notado que se trata tal vez de la jugadora mexicana más completa, su estatura, su fuerza, la potencia de su disparo, agregados a su gran habilidad y resistencia, avalada por la experiencia internacional adquirida en su paso por el futbol de distintas partes del mundo, en donde ha brillado igual que aquí, entonces, ustedes podrán valorar el trabajo realizado por Ferral, quien no pudo evitar que Santiago, su compañera portera, le impidiera saltar para que le estorbara a Desirée al rematar a gol, cosa que consiguió para que recentrara y una compañera solitaria empujara el balón a bocajarro.
Muy rápido la fortuna marcó su favoritismo, cuando un fuerte remate sobre gol encontró a Cristina en contrapié imposibilitando la corrección, para que mal orientada y a un metro de gol, diera al balón dirección al fondo de la portería. Pero estos amargos trances no son suficientes para vencer la recia voluntad que le sobra a la maderense, quien sin hablar de penas volvió a la lucha para nulificar a Desirée Monsiváis, la goleadora histórica del futbol femenil mexicano. Entonces el orgullo nos invade cada vez que el narrador grita, ¡La maderense!, refiriéndose a Cristina y luego, ¡la tampiqueña!, cuando aparece Rebeca... Sí, sin embargo, ¿a cuál le voy?, y, es entonces cuando recuerdo la propuesta de Miguel Gila, ¿Por qué no se reglamenta que ganen las dos?
Vean ustedes la injusticia. Todo mundo habla de Alicia Cervantes (campeona de goleo), o de Desirée Monsiváis y Stephany Mayor, las máximas goleadoras de la Liga, sin embargo, Ferral solo es mencionada cuando como hoy, tiene la desgracia de incurrir en autogol. Sin embargo, vean lo que es la unidad de estas amazonas, como si se lo hubiera propuesto, Greta Espinosa, la hermosa futbolista de Tijuana, que quienes la conozcan, al verla con su exquisita y frágil figura, no se expliquen que sea conocida como "La Dama de Hierro" que comparte la defensa central con Cristina, se agregó al ataque para anotar el gol del empate para Tigres. Greta es la defensa central de Tigres que con 10, es la que más goles ha anotado.
Caso distinto es Rebeca Bernal, a quien le acomoda a la perfección, la comparación con Franz Beckenbauer, ya que la encuentra uno por todas partes, si el balón está en su área es una férrea guardiana imposible de pasar. Sin embargo una vez que se posesiona del balón, sale de su área, altiva, con la elegancia de un cisne y, cuidado cuando aparece en el área contraria en donde cuál fantasma, sorprende a todo mundo con sus certeros remates, especialmente con la cabeza. ¡No sé!, quizás Bernal en alemán se dice Beckenbauer.
¿Quién ganará?, ¡pues nosotros!, los mirones, porque independientemente del marcador resultante, tanto Amazonas como Rayadas se han ganado nuestra admiración y, estoy seguro de que hablo en nombre de todos los que amamos el buen futbol, así que cuando todas se encuentren con su familia, disfrutando de las festividades de fin de año, ganadoras y ganadoras (porque Dios ha escuchado el justo reclamo de Miguel Gila, para que en este juego de vuelta, no haya perdedoras). Así que tú también, estimado lector, disfruta tranquilo con tu familia, ya que Tigres y Rayadas son campeonas del futbol femenil mexicano.
El futbol moderno en nuestro país nos trae novedades, algunas de ellas que no entendemos. Por ejemplo, el amplio campo de acción que tienen los directores deportivos, uno de ellos, el de Chivas, en donde Ricardo Peláez ha sido el protagonista del año. Primero, compran a Uriel Antuna en la nada despreciable cantidad de 11 millones de dólares, que para mucha gente, fue una sobrevaloración para un jugador que aún no ha alcanzado su realización, que ha encontrado en el TRI su mayor apoyo, respondiendo con muy buenas actuaciones, siendo eso lo que atrajo la atención de Chivas.
Pero, al no resultar ser lo que se esperaba, de inmediato han decidido deshacerse de él, cuando de pronto, todo lo que huele a chiva, se ha depreciado, siéndoles imposible convencer a alguien que se los compren. El muchacho es un buen jugador, sin embargo, el único que se interesa por él es el Tata Martino, quien claro no desembolsará un solo cinco por tenerlo en sus filas. Y, el Cruz Azul, que ya perdió a Orbelín Pineda y a Jonathan Rodríguez, cree que con la contratación de Tabó ya cubrió el hueco dejado y, a mí se me ocurre que no y, para colmo, pone a la venta a Roberto Alvarado, jugador también del gusto de Martino, quien en mala racha, ha salvado con sus goles a la Máquina de varias derrotas y, ¿Qué creen?, nadie lo quiere comprado... Estos son los procedimientos de los directores deportivos que aún no entiendo... No ascenso, no descenso, un VAR incomprensible y un extraño manejo de transacciones hacen de nuestro futbol un laberinto.
Hasta pronto amigo.
