/ martes 6 de febrero de 2024

Pre-textos del caimán | Mujer Araña

Mis obras son una reconstrucción del pasado. En ellas el pasado se ha vuelto tangible; pero al mismo tiempo están creadas con el fin de olvidar el pasado, para derrotarlo, para revivirlo en la memoria y posibilitar su olvido”.

Hija de Louis Burgeoise y Joséphine Fauriaux, Louise nació el 25 de noviembre de 1911. Vivían en Boulevard Saint Germain, en donde tenían un negocio de antigüedades. En 1919 la familia compró una propiedad en Antony, en los suburbios de París, además incluía un taller para la restauración de tapices. Fueron años difíciles, la madre enfermó de la gripe española, de la que nunca se recuperó por completo.

En 1922, Sadie Gordon Richmond ingresó a la familia para enseñar inglés a los niños. Sadie vivió por cerca de diez años con ellos y se hizo amante de Louis. Esta situación de vida habría de encontrar una forma de expresión a través de su arte. En 1932, Louise ingresó a la Sorbona para estudiar matemáticas, pero la depresión por la muerte de su madre la llevó a dedicarse al arte. Asistió a varias academias y talleres, tomó clases en la Académie de la Grande-Chaumiere, la École des Beaux-Arts y la École du Louvre.

En 1938 contrajo matrimonio con el historiador de arte estadounidense Robert Goldwater y se mudó a la ciudad de Nueva York, en donde criaron a sus tres hijos. Pronto se inscribió en la Art Students League, en donde comenzó a realizar grabados. Su primera exposición de pintura se llevó a cabo en 1945, en la Bertha Schaefer Gallery. Con madera encontrada en el techo de su edificio comenzó a crear formas escultóricas, en 1940 presentó por primera vez una exposición individual, “Recent Work 1947-1949: Seventeen Standing Figures in Wood”, en la Peridot Gallery, de Nueva York. Luego (1951) en el prestigiado Museo de Arte Moderno, con la obra titulada “Sleeping Figure”.

Entre los años cuarenta y cincuenta, Louise vivió una etapa muy creativa, se presentó con artistas del expresionismo abstracto, como Jackson Pollock; mantuvo contacto con Marcel Duchamp. André Breton y Joan Miró. Uno de sus proyectos más destacados es el titulado “He Disappeared Into Complete Silence”, de 1947, son nueve grabados, acompañados de sus parábolas con tema claramente arquitectónico.

La muerte de su padre, ocurrida en 1951, la llevó a otro estado depresivo y se trató con el médico Henry Lowenfeld. Ya en 1964, después de once años sin actividad artística, presentó su nuevo trabajo, realizado en yeso y látex. Su esposo falleció en 1973. Al año siguiente creó “The destruction of the Father”. A Jerry Gorovoy lo conoció en 1980. Él la incluyó en una muestra colectiva que se presentó en la Galería Max Hutchinson. Gorovoy se convirtió en su asistente de tiempo completo y permanecio de manera constante por el resto de su vida.

“Louise Bougeois: Retrospective” se inauguró en el Museo de Arte Moderno en 1982, la primera retrospectiva que el MoMA dedica a una artista femenina. En 1989 se iauguró una retrospectiva de su obra en Europa, organizada por Peter Weiermair, presentada en el Frankfurter Kunstverein, en esta década también comienza a trabajar con obras cada vez más grandes. El primero de esos trabajos se tituló “Cells”, para el Carnegie International Hall en Pittsburgh.

En 1993 representó al Pabellón de los Estados Unidos en la 45 Bienal de Venecia, al año siguiente instaló su primer “Spider” a gran escala en el museo de Brooklyn. En el año 2000, luego de una década de exposiciones y premios internacionales, la Tate Gallery of Modern Art encargó a Bourgeois la instalación inaugural de la nueva ubicación del museo. Ahí presentó una araña de acero y mármol de diez metros, titulada “Maman” y concibió tres torres arquitectónicas de acero tituladas “I Do, I undo, I redo”.

Durante los siguientes años, Louise fue objeto de varias exposiciones importantes, incluida la primera muestra de una artista estadounidense viva en el Museo Estatal del Hermitage en San Petersburgo, en 2001, curada por Julie Sylvester, luego siguieron otras retrospectivas como las del Tate Modern y el Centro Pompidou. Su obra se presentó en el Museo Solomon R. Guggenheim de Nueva York, en el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles y en el Museo y Jardín de Esculturas Hirshhorn de Washington, D. C.

Como puedes apreciar, se trata de una mujer excepcional que, en su caso y como pocas, ha sido justamente reconocida. Fue nombrada “Oficial de la Orden de las Artes y las Letras” por el ministro de cultura francés en 1983; Obtuvo en 1991 el “Gran Premio Nacional de Escultura” del gobierno francés; la Medalla Nacional de las Artes, entregada por el presidente Bill Clinton, en 1997; el primer premio a la trayectoria por el Centro Internacional de Escultura en Washington, D. C.; y fue electa como miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias. En 2008, el presidente Nicolás Sarkozy le entregó la medalla de la Legión de Honor en su propia casa, en Chelsea.

Bourgeois supo transformar sus experiencias de vida en un lenguaje visual muy personal a través de imágenes arquetípicas y mitológicas. Adoptó objetos como jaulas, espirales, arañas, herramientas médicas y apéndices, para simbolizar el pensamiento femenino, la belleza y el trauma psicológico. Consideraba su trabajo y sus escenarios de instalación como “células” o contenedores de memoria, en un oxímoron mental de olvido-recuerdo.

Bourgeois utilizó formas abstractas y una amplia variedad de medios para abordar las nociones de equilibrio universal, para ello yuxtaponía materiales estereotipados como masculinos o femeninos. Utilizaba materiales ásperos o duros, normalmente considerados como masculinos, para esculpir formas biomórficas “suaves” que sugirieran feminidad.

Su obra se considera totalmente biográfica, en ella se encuentran temas muy personales, es un reflejo del inconsciente, del deseo sexual, los celos, el miedo, la ansiedad, la depresión, la traición, el cuerpo y la soledad. Son a fin de cuentas, un espejo de los eventos acaecidos en su infancia, con los que consideraba hacer del arte un proceso catártico y de sanación.

La obra de Bourgeois contribuyó a visibilizar el floreciente trabajo de inspiración feminista e influyó fuertemente en el arte de instalación. Murió en 2010. Aquí una de sus frases memorables: “En todos los lugares del mundo moderno hay abandono, la necesidad de ser reconocidos, que no está satisfecha. El arte es una forma de reconocerse a uno mismo, razón por la cual, siempre será moderno”.


contacto: ernesto.jimher@gmail.com

X: @OsirisJimenez

Mis obras son una reconstrucción del pasado. En ellas el pasado se ha vuelto tangible; pero al mismo tiempo están creadas con el fin de olvidar el pasado, para derrotarlo, para revivirlo en la memoria y posibilitar su olvido”.

Hija de Louis Burgeoise y Joséphine Fauriaux, Louise nació el 25 de noviembre de 1911. Vivían en Boulevard Saint Germain, en donde tenían un negocio de antigüedades. En 1919 la familia compró una propiedad en Antony, en los suburbios de París, además incluía un taller para la restauración de tapices. Fueron años difíciles, la madre enfermó de la gripe española, de la que nunca se recuperó por completo.

En 1922, Sadie Gordon Richmond ingresó a la familia para enseñar inglés a los niños. Sadie vivió por cerca de diez años con ellos y se hizo amante de Louis. Esta situación de vida habría de encontrar una forma de expresión a través de su arte. En 1932, Louise ingresó a la Sorbona para estudiar matemáticas, pero la depresión por la muerte de su madre la llevó a dedicarse al arte. Asistió a varias academias y talleres, tomó clases en la Académie de la Grande-Chaumiere, la École des Beaux-Arts y la École du Louvre.

En 1938 contrajo matrimonio con el historiador de arte estadounidense Robert Goldwater y se mudó a la ciudad de Nueva York, en donde criaron a sus tres hijos. Pronto se inscribió en la Art Students League, en donde comenzó a realizar grabados. Su primera exposición de pintura se llevó a cabo en 1945, en la Bertha Schaefer Gallery. Con madera encontrada en el techo de su edificio comenzó a crear formas escultóricas, en 1940 presentó por primera vez una exposición individual, “Recent Work 1947-1949: Seventeen Standing Figures in Wood”, en la Peridot Gallery, de Nueva York. Luego (1951) en el prestigiado Museo de Arte Moderno, con la obra titulada “Sleeping Figure”.

Entre los años cuarenta y cincuenta, Louise vivió una etapa muy creativa, se presentó con artistas del expresionismo abstracto, como Jackson Pollock; mantuvo contacto con Marcel Duchamp. André Breton y Joan Miró. Uno de sus proyectos más destacados es el titulado “He Disappeared Into Complete Silence”, de 1947, son nueve grabados, acompañados de sus parábolas con tema claramente arquitectónico.

La muerte de su padre, ocurrida en 1951, la llevó a otro estado depresivo y se trató con el médico Henry Lowenfeld. Ya en 1964, después de once años sin actividad artística, presentó su nuevo trabajo, realizado en yeso y látex. Su esposo falleció en 1973. Al año siguiente creó “The destruction of the Father”. A Jerry Gorovoy lo conoció en 1980. Él la incluyó en una muestra colectiva que se presentó en la Galería Max Hutchinson. Gorovoy se convirtió en su asistente de tiempo completo y permanecio de manera constante por el resto de su vida.

“Louise Bougeois: Retrospective” se inauguró en el Museo de Arte Moderno en 1982, la primera retrospectiva que el MoMA dedica a una artista femenina. En 1989 se iauguró una retrospectiva de su obra en Europa, organizada por Peter Weiermair, presentada en el Frankfurter Kunstverein, en esta década también comienza a trabajar con obras cada vez más grandes. El primero de esos trabajos se tituló “Cells”, para el Carnegie International Hall en Pittsburgh.

En 1993 representó al Pabellón de los Estados Unidos en la 45 Bienal de Venecia, al año siguiente instaló su primer “Spider” a gran escala en el museo de Brooklyn. En el año 2000, luego de una década de exposiciones y premios internacionales, la Tate Gallery of Modern Art encargó a Bourgeois la instalación inaugural de la nueva ubicación del museo. Ahí presentó una araña de acero y mármol de diez metros, titulada “Maman” y concibió tres torres arquitectónicas de acero tituladas “I Do, I undo, I redo”.

Durante los siguientes años, Louise fue objeto de varias exposiciones importantes, incluida la primera muestra de una artista estadounidense viva en el Museo Estatal del Hermitage en San Petersburgo, en 2001, curada por Julie Sylvester, luego siguieron otras retrospectivas como las del Tate Modern y el Centro Pompidou. Su obra se presentó en el Museo Solomon R. Guggenheim de Nueva York, en el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles y en el Museo y Jardín de Esculturas Hirshhorn de Washington, D. C.

Como puedes apreciar, se trata de una mujer excepcional que, en su caso y como pocas, ha sido justamente reconocida. Fue nombrada “Oficial de la Orden de las Artes y las Letras” por el ministro de cultura francés en 1983; Obtuvo en 1991 el “Gran Premio Nacional de Escultura” del gobierno francés; la Medalla Nacional de las Artes, entregada por el presidente Bill Clinton, en 1997; el primer premio a la trayectoria por el Centro Internacional de Escultura en Washington, D. C.; y fue electa como miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias. En 2008, el presidente Nicolás Sarkozy le entregó la medalla de la Legión de Honor en su propia casa, en Chelsea.

Bourgeois supo transformar sus experiencias de vida en un lenguaje visual muy personal a través de imágenes arquetípicas y mitológicas. Adoptó objetos como jaulas, espirales, arañas, herramientas médicas y apéndices, para simbolizar el pensamiento femenino, la belleza y el trauma psicológico. Consideraba su trabajo y sus escenarios de instalación como “células” o contenedores de memoria, en un oxímoron mental de olvido-recuerdo.

Bourgeois utilizó formas abstractas y una amplia variedad de medios para abordar las nociones de equilibrio universal, para ello yuxtaponía materiales estereotipados como masculinos o femeninos. Utilizaba materiales ásperos o duros, normalmente considerados como masculinos, para esculpir formas biomórficas “suaves” que sugirieran feminidad.

Su obra se considera totalmente biográfica, en ella se encuentran temas muy personales, es un reflejo del inconsciente, del deseo sexual, los celos, el miedo, la ansiedad, la depresión, la traición, el cuerpo y la soledad. Son a fin de cuentas, un espejo de los eventos acaecidos en su infancia, con los que consideraba hacer del arte un proceso catártico y de sanación.

La obra de Bourgeois contribuyó a visibilizar el floreciente trabajo de inspiración feminista e influyó fuertemente en el arte de instalación. Murió en 2010. Aquí una de sus frases memorables: “En todos los lugares del mundo moderno hay abandono, la necesidad de ser reconocidos, que no está satisfecha. El arte es una forma de reconocerse a uno mismo, razón por la cual, siempre será moderno”.


contacto: ernesto.jimher@gmail.com

X: @OsirisJimenez