/ lunes 15 de abril de 2019

Abril y el mundo extraordinario

A diferencia de Watchmen/2009, Abril y el mundo extraordinario/Francia-Bélgica-Canadá-2015...

Truca la historia en aras no de una recreación apocalíptica o desesperanzadora sino de una revisión de la civilización occidental en términos del conocimiento y el progreso. La adolescente Abril buscará a sus padres, científicos, en compañía de un gato y un chico.

El mundo alterno propuesto en el filme –apoyado de manera magistral y bella por los dibujos del novelista gráfico Jacques Tardi- funciona como la metáfora del desarrollo técnico en detrimento de los valores del hombre.

Una París impulsada con vapor y carbón vegetal, con dos torres Eiffel gemelas, en los años 1931-1941, conectada a Berlín por tren de un solo riel es la atmósfera de la película dirigida por Franck Ekinci y Christian Desmares donde lo extraordinario es la patética actualidad que guarda con las políticas de los Estados Unidos por querer aplastar el desarrollo tecnológico en aras de un reduccionismo nacionalista. En el filme el prurito es que han de-saparecido los científicos (Einstein, Pasteur, Hertz, Marconi, Nobel, etc.) y el progreso se ha detenido debido a una fuerza oscura que impide el avance de la humanidad.

La animación es de un lirismo digno del mejor Hergé o Hayao Miyazaki. El preciosismo se somete al vaivén de las aventuras de la pequeña Abril y su parlante gato con un ritmo agradable, en medio de ambientes góticos y personajes en busca de sueros que perpetúen sus vidas.

Si bien el París está detenido en el tiempo, como en los años napoleónicos, hay un submundo -vislumbrado por Fritz Lang en Metrópolis/1926- que siempre tendrá la esperanza de la unión y el progreso arrebatado, de allí que el final del filme sea irónico y lleno de una amarga rebeldía contra los factores que impiden el ¿avance? de la sociedad.

Abril y el mundo maravilloso es un alegato puntual sobre el desarrollo no sólo tecnológico. Es la hipotética manera de asomarnos a un mundo que si se derrumba o se extermina no es por culpa de factores de la naturaleza, es por la estulticia y la obstinada ambición del hombre de no entender que existe una dialéctica pura, obvia e ininterrumpida de ciclos vitales y que alterarlos sólo acorta el camino al exterminio…

Abril y el mundo maravilloso es un alegato puntual sobre el desarrollo no sólo tecnológico

A diferencia de Watchmen/2009, Abril y el mundo extraordinario/Francia-Bélgica-Canadá-2015...

Truca la historia en aras no de una recreación apocalíptica o desesperanzadora sino de una revisión de la civilización occidental en términos del conocimiento y el progreso. La adolescente Abril buscará a sus padres, científicos, en compañía de un gato y un chico.

El mundo alterno propuesto en el filme –apoyado de manera magistral y bella por los dibujos del novelista gráfico Jacques Tardi- funciona como la metáfora del desarrollo técnico en detrimento de los valores del hombre.

Una París impulsada con vapor y carbón vegetal, con dos torres Eiffel gemelas, en los años 1931-1941, conectada a Berlín por tren de un solo riel es la atmósfera de la película dirigida por Franck Ekinci y Christian Desmares donde lo extraordinario es la patética actualidad que guarda con las políticas de los Estados Unidos por querer aplastar el desarrollo tecnológico en aras de un reduccionismo nacionalista. En el filme el prurito es que han de-saparecido los científicos (Einstein, Pasteur, Hertz, Marconi, Nobel, etc.) y el progreso se ha detenido debido a una fuerza oscura que impide el avance de la humanidad.

La animación es de un lirismo digno del mejor Hergé o Hayao Miyazaki. El preciosismo se somete al vaivén de las aventuras de la pequeña Abril y su parlante gato con un ritmo agradable, en medio de ambientes góticos y personajes en busca de sueros que perpetúen sus vidas.

Si bien el París está detenido en el tiempo, como en los años napoleónicos, hay un submundo -vislumbrado por Fritz Lang en Metrópolis/1926- que siempre tendrá la esperanza de la unión y el progreso arrebatado, de allí que el final del filme sea irónico y lleno de una amarga rebeldía contra los factores que impiden el ¿avance? de la sociedad.

Abril y el mundo maravilloso es un alegato puntual sobre el desarrollo no sólo tecnológico. Es la hipotética manera de asomarnos a un mundo que si se derrumba o se extermina no es por culpa de factores de la naturaleza, es por la estulticia y la obstinada ambición del hombre de no entender que existe una dialéctica pura, obvia e ininterrumpida de ciclos vitales y que alterarlos sólo acorta el camino al exterminio…

Abril y el mundo maravilloso es un alegato puntual sobre el desarrollo no sólo tecnológico