/ miércoles 12 de diciembre de 2018

Actuar con cuidado y actuar a tiempo

La pregunta es por qué cada día que pasa los ricos son más ricos y los pobres más pobres, y la manera de cerrar esta brecha.

En 2017, el 82 por ciento de la riqueza mundial se fue al saco de los más ricos. Por más ricos, nos referimos al 1 por ciento que recibió esa riqueza, y a que el 50 por ciento de la población más pobre (3,700 millones de personas), no tuvo un aumento en su riqueza ni en sus salarios.

Desde el año de 2010 el caudal de los ricos ha aumentado un 13 por ciento, o sea, seis veces más rápido que los salarios de los trabajadores normales, los cuales crecieron un magro 2 por ciento anual. Esta tendencia se refleja en el salario promedio mensual de los mexicanos que viven en Estados Unidos, nuestro socio comercial del TLCAN, que en 2016 llegó a mil ochocientos setenta dólares mensuales, seis veces más de lo que reciben quienes viven en México, que ganan sólo 291 dólares en promedio al mes.

Bajo el orden financiero y económico actual, los ricos ganan mucho; una familia de la clase media es muy difícil que aumente su salario medio y poder vivir de una manera mejor; y los pobres son cada vez más pobres. El cerrar la brecha salarial requiere un mayor nivel de desarrollo, capacitación, productividad e inclusión social.

Los que no pueden quejarse son los bancos que tan sólo el año pasado registraron jugosas ganancias. En primer sitio está BBV-Bancomer, que tuvo 39 mil 143 millones de pesos en utilidades, y un crecimiento anual del 17.5 por ciento, en el mismo período. Banorte ocupa el segundo lugar (que era de City Banamex), con 18 mil 339 millones de pesos en ganancias y un alza anual de 22 por ciento.

Banco Santander se ubica en tercer sitio con la nada despreciable cantidad de 17 mil 644 millones. Un 12 por ciento mas que en 2016.

City Banamex tuvo 16 mil 630 millones de ganancias y un crecimiento de 57 por ciento. Finalmente, Inbursa ganó 12, 944 millones de pesos y tuvo un 65 por ciento de crecimiento más que en el ejercicio de 2016.

Uno se pregunta qué es lo que hay que hacer para conseguir que las grandes ganancias de los bancos y el capital que se maneja se reinvierta y sirva para el desarrollo de áreas prioritarias. Actualmente sólo 8 de cada 10 pesos de financiamiento empresarial corresponde al crédito a grandes empresas y fideicomisos (las micros, pequeñas y medianas empresas concentran el resto).

Quizás sea prudente sugerir que el gobierno actúe con cuidado y actue a tiempo, para interponerse entre el conjunto de ciudadanos y las consecuencias de estas asimetrías financieras, como atañe a toda democracia.

La pregunta es por qué cada día que pasa los ricos son más ricos y los pobres más pobres, y la manera de cerrar esta brecha.

En 2017, el 82 por ciento de la riqueza mundial se fue al saco de los más ricos. Por más ricos, nos referimos al 1 por ciento que recibió esa riqueza, y a que el 50 por ciento de la población más pobre (3,700 millones de personas), no tuvo un aumento en su riqueza ni en sus salarios.

Desde el año de 2010 el caudal de los ricos ha aumentado un 13 por ciento, o sea, seis veces más rápido que los salarios de los trabajadores normales, los cuales crecieron un magro 2 por ciento anual. Esta tendencia se refleja en el salario promedio mensual de los mexicanos que viven en Estados Unidos, nuestro socio comercial del TLCAN, que en 2016 llegó a mil ochocientos setenta dólares mensuales, seis veces más de lo que reciben quienes viven en México, que ganan sólo 291 dólares en promedio al mes.

Bajo el orden financiero y económico actual, los ricos ganan mucho; una familia de la clase media es muy difícil que aumente su salario medio y poder vivir de una manera mejor; y los pobres son cada vez más pobres. El cerrar la brecha salarial requiere un mayor nivel de desarrollo, capacitación, productividad e inclusión social.

Los que no pueden quejarse son los bancos que tan sólo el año pasado registraron jugosas ganancias. En primer sitio está BBV-Bancomer, que tuvo 39 mil 143 millones de pesos en utilidades, y un crecimiento anual del 17.5 por ciento, en el mismo período. Banorte ocupa el segundo lugar (que era de City Banamex), con 18 mil 339 millones de pesos en ganancias y un alza anual de 22 por ciento.

Banco Santander se ubica en tercer sitio con la nada despreciable cantidad de 17 mil 644 millones. Un 12 por ciento mas que en 2016.

City Banamex tuvo 16 mil 630 millones de ganancias y un crecimiento de 57 por ciento. Finalmente, Inbursa ganó 12, 944 millones de pesos y tuvo un 65 por ciento de crecimiento más que en el ejercicio de 2016.

Uno se pregunta qué es lo que hay que hacer para conseguir que las grandes ganancias de los bancos y el capital que se maneja se reinvierta y sirva para el desarrollo de áreas prioritarias. Actualmente sólo 8 de cada 10 pesos de financiamiento empresarial corresponde al crédito a grandes empresas y fideicomisos (las micros, pequeñas y medianas empresas concentran el resto).

Quizás sea prudente sugerir que el gobierno actúe con cuidado y actue a tiempo, para interponerse entre el conjunto de ciudadanos y las consecuencias de estas asimetrías financieras, como atañe a toda democracia.