/ viernes 10 de mayo de 2019

Confianza y seguridad

El anuncio de una caída del PIB de 0.2 por ciento, respecto al trimestre previo y un crecimiento magro de 0.2 por ciento comparado con el igual periodo de 2018, de acuerdo con reportes del INEGI, produjo diversos comentarios.

A ello, el jefe de la oficina de la presidencia, Alfonso Romo, declaró que se trata de una “cachetadita” y se revertirá el débil crecimiento. El tiempo hablará, dijo el funcionario, también encargado del Consejo para el Fomento de la Inversión, el Empleo y el Crecimiento Económico. Romo sabe que “no se puede jugar a la ruleta” con las finanzas públicas y es mejor no aumentar el déficit presupuestario, porque el objetivo es crear una verdadera confianza en el sistema económico del país. El sabe que es necesario crear confianza en el peso mexicano. Dar certidumbre en la lucha contra la corrupción. Y que esto tenga el poder de interesar un influjo masivo de inversiones de capitales locales y del exterior, como una forma de remediar nuestros males. La solucion no es simple, pero se tiene que cambiar lo que no dio resultado.

Por otra parte, el tiempo apremia, y tampoco es útil “jugar a los dados” con la paciencia y capacidad de aguante de la población, que ve cómo se deja lisiada la vida económica del país y ello repercute en temas como el flujo de emigrantes ilegales hacia la frontera norte y el peligro de dejar hipotecado el petróleo (todavía más), hasta la última gota. Fue el poner la economía por encima de la persona, y ligarla al poder político, lo que empobreció a la sociedad mexicana e hipotecó el futuro de cientos de miles de jóvenes, principalmente, que fueron desatendidos en sus necesidades y demandas. Ahora es indispensable invertir en la gente, distribuir el crecimiento de la forma más equitativa posible, revisar la educación y hacer una verdadera política social de Estado. Ninguna imagen, ningún alto índice de popularidad, ningún gobierno, se consolida o afianza sobre el hambre, la necesidad y la miseria de grandes sectores de la población.

En una comunidad financiera donde las grandes empresas (y los grandes bancos) dictan las políticas de países, las reservas internacionales de que dispone México e hipotéticamente lo protegen del acecho de un puñado de especuladores contra el peso, puede parecer a primera vista una cantidad diabólica de dinero; no obstante, con la infeliz situación a nivel mundial que se vive en donde una chispa puede encender la yesca, este capital puede esfumarse (y malgastarse) fácilmente, en lo que tarda en oprimirse la tecla de un teléfono móvil. Está claro, ante los males que se padecen hay que actuar con agallas, no a medias tintas. En la inteligencia de que la fórmula efectiva para atacar los problemas de inflación y desempleo radica en la creación de un ambiente positivamente óptimo, lo cual depende de múltiples factores.

NOTA DE DÍA La Alianza Centro Bajío que agrupa a los gobernadores de Querétaro, Aguascalientes, San Luis Potosí, Guanajuato y ahora al de Jalisco… ¿eso es la República? Ojalá que el presidente para cuando entregue el poder a su sucesor pueda decir que la República está reunida. Los escollos que hay que vencer no se nos ocultan, y agradecemos la persistencia del mexicanismo, por lo que significa.

El anuncio de una caída del PIB de 0.2 por ciento, respecto al trimestre previo y un crecimiento magro de 0.2 por ciento comparado con el igual periodo de 2018, de acuerdo con reportes del INEGI, produjo diversos comentarios.

A ello, el jefe de la oficina de la presidencia, Alfonso Romo, declaró que se trata de una “cachetadita” y se revertirá el débil crecimiento. El tiempo hablará, dijo el funcionario, también encargado del Consejo para el Fomento de la Inversión, el Empleo y el Crecimiento Económico. Romo sabe que “no se puede jugar a la ruleta” con las finanzas públicas y es mejor no aumentar el déficit presupuestario, porque el objetivo es crear una verdadera confianza en el sistema económico del país. El sabe que es necesario crear confianza en el peso mexicano. Dar certidumbre en la lucha contra la corrupción. Y que esto tenga el poder de interesar un influjo masivo de inversiones de capitales locales y del exterior, como una forma de remediar nuestros males. La solucion no es simple, pero se tiene que cambiar lo que no dio resultado.

Por otra parte, el tiempo apremia, y tampoco es útil “jugar a los dados” con la paciencia y capacidad de aguante de la población, que ve cómo se deja lisiada la vida económica del país y ello repercute en temas como el flujo de emigrantes ilegales hacia la frontera norte y el peligro de dejar hipotecado el petróleo (todavía más), hasta la última gota. Fue el poner la economía por encima de la persona, y ligarla al poder político, lo que empobreció a la sociedad mexicana e hipotecó el futuro de cientos de miles de jóvenes, principalmente, que fueron desatendidos en sus necesidades y demandas. Ahora es indispensable invertir en la gente, distribuir el crecimiento de la forma más equitativa posible, revisar la educación y hacer una verdadera política social de Estado. Ninguna imagen, ningún alto índice de popularidad, ningún gobierno, se consolida o afianza sobre el hambre, la necesidad y la miseria de grandes sectores de la población.

En una comunidad financiera donde las grandes empresas (y los grandes bancos) dictan las políticas de países, las reservas internacionales de que dispone México e hipotéticamente lo protegen del acecho de un puñado de especuladores contra el peso, puede parecer a primera vista una cantidad diabólica de dinero; no obstante, con la infeliz situación a nivel mundial que se vive en donde una chispa puede encender la yesca, este capital puede esfumarse (y malgastarse) fácilmente, en lo que tarda en oprimirse la tecla de un teléfono móvil. Está claro, ante los males que se padecen hay que actuar con agallas, no a medias tintas. En la inteligencia de que la fórmula efectiva para atacar los problemas de inflación y desempleo radica en la creación de un ambiente positivamente óptimo, lo cual depende de múltiples factores.

NOTA DE DÍA La Alianza Centro Bajío que agrupa a los gobernadores de Querétaro, Aguascalientes, San Luis Potosí, Guanajuato y ahora al de Jalisco… ¿eso es la República? Ojalá que el presidente para cuando entregue el poder a su sucesor pueda decir que la República está reunida. Los escollos que hay que vencer no se nos ocultan, y agradecemos la persistencia del mexicanismo, por lo que significa.