/ martes 16 de junio de 2020

Economía y bienestar | El precio justo y la reactivación económica

Uno de los principales retos que estaremos enfrentando próximamente, además de los ya existentes derivados de los problemas de salud pública que padece México y el mundo, ante la pérdida del empleo, la caída de la actividad económica, la creciente fuga de capitales, entre otros, es la reactivación económica, ésta deberá ser gradual y paulatina en cuanto se normalicen las actividades.

Si bien es ciento, la entrada en vigor de una nueva etapa ante la pandemia que se vive, donde se reabren algunas actividades, no quiere decir que la contingencia se haya superado, por el contrario, ante lo agudo de los problemas que se derivan por dejar de producir, así como de las condiciones que prevalecen en el empleo en nuestro país, la opción aparentemente más oportuna fue la apertura de alguna actividades, pero tal medida no garantiza que en materia económica se vuelva a estar como antes, ya que habrá que ver como se conecta tanto la producción como el mercado contraído, por ejemplo en el caso de la actividad industrial, ésta registró una caída real del (-) 25.1% en el mes de abril del presente año respecto al mes anterior, datos según en Inegi, de ahí el reto, lo anterior sugiere una serie de interrogantes entre las que destacan, en primera instancia sí ya estaremos tocando fondo para pensar que viene la recuperación, por otra parte es importante considerar qué medidas impulsará no solo el gobierno federal, sino también los gobiernos estatales e incluso los municipales para hacer frente a esta situación, o bien que harán los otros actores económicos y sociales entre ellos los empresarios y miembros de la sociedad civil, sin lugar a duda el reto es mayor y se requiere de consensos para poder actuar de manera eficiente.

Lo anterior, trae consigo una discusión sumamente intensa que aún prevalece en la economía, y ésta tiene que ver entre la forma cómo se determinan tanto los precios como el valor real de las mercancías, desde luego que hay una robusta literatura al respecto, pero creo importante considerar en primera instancia que en el mercado el precio de una mercancía es una forma como se transfigura el valor, pero no es el valor en sí, los mercantilistas afirmaban que la actividad esencial del hombre era el intercambio de mercancías bajo una fórmula muy sencilla, que era compra barato para luego vender con un mayor precio; otros autores afirmaban que el valor de las mercancías estaba determinado por el tiempo de trabajo que se había utilizado para su producción, lo del precio ocurría en la esfera del mercado y lo determinaba la oferta y la demanda del mismo, desde luego considerando que para su determinación se partía del valor real más los márgenes de ganancia que esperan ganar los dueños del capital después de haber contribuido con el Estado, y en este punto hay que considerar por tanto esta relación entre el valor de los productos y el precio de mercado de los mismo, la utilidad intermedia para que la actividad económica siga siendo atractiva, continúe vigente y en ascenso en el mercado.

Al respecto, es de suma importancia empezar a considerar el denominado “precio justo” este término ya ha sido discutido con mucha anterioridad, ya el mismo filósofo Tomás de Aquino quien desde siglo XIII afirmó que el costo de producción se determinaba por el principio de la justicia, lo que era necesario para la subsistencia del productor y de ahí el precio justo o precio solidario.

De ser así, para la reactivación económica ante la crisis como la que actualmente padecemos, y ante la caída del mercado interno que ha generado que muchas actividades económicas estén casi en el abandono, es necesario por tanto considerar la importancia del establecimiento de un precio justo o precio solidario a fin de que los dueños del capital puedan incidir en el mercado interno y fortalecer a las familias de manera directa en su consumo, pero cómo asumir el precio justo, cuando esto implicaría una nueva relación capital-mercado; una vez asumiendo tanto los costos directos como indirectos propios de la actividad económica, los empresarios puedan asumir un compromiso donde los márgenes de utilidad le permitan mantenerse él y su familia dignamente a la vez poder permanecer vigente y activo en el mercado, por lo anterior habrá que preguntarnos ¿qué tan complicado será encontrar el precio justo que permita la reactivación económica a través del fortalecimiento del mercado interno?

Uno de los principales retos que estaremos enfrentando próximamente, además de los ya existentes derivados de los problemas de salud pública que padece México y el mundo, ante la pérdida del empleo, la caída de la actividad económica, la creciente fuga de capitales, entre otros, es la reactivación económica, ésta deberá ser gradual y paulatina en cuanto se normalicen las actividades.

Si bien es ciento, la entrada en vigor de una nueva etapa ante la pandemia que se vive, donde se reabren algunas actividades, no quiere decir que la contingencia se haya superado, por el contrario, ante lo agudo de los problemas que se derivan por dejar de producir, así como de las condiciones que prevalecen en el empleo en nuestro país, la opción aparentemente más oportuna fue la apertura de alguna actividades, pero tal medida no garantiza que en materia económica se vuelva a estar como antes, ya que habrá que ver como se conecta tanto la producción como el mercado contraído, por ejemplo en el caso de la actividad industrial, ésta registró una caída real del (-) 25.1% en el mes de abril del presente año respecto al mes anterior, datos según en Inegi, de ahí el reto, lo anterior sugiere una serie de interrogantes entre las que destacan, en primera instancia sí ya estaremos tocando fondo para pensar que viene la recuperación, por otra parte es importante considerar qué medidas impulsará no solo el gobierno federal, sino también los gobiernos estatales e incluso los municipales para hacer frente a esta situación, o bien que harán los otros actores económicos y sociales entre ellos los empresarios y miembros de la sociedad civil, sin lugar a duda el reto es mayor y se requiere de consensos para poder actuar de manera eficiente.

Lo anterior, trae consigo una discusión sumamente intensa que aún prevalece en la economía, y ésta tiene que ver entre la forma cómo se determinan tanto los precios como el valor real de las mercancías, desde luego que hay una robusta literatura al respecto, pero creo importante considerar en primera instancia que en el mercado el precio de una mercancía es una forma como se transfigura el valor, pero no es el valor en sí, los mercantilistas afirmaban que la actividad esencial del hombre era el intercambio de mercancías bajo una fórmula muy sencilla, que era compra barato para luego vender con un mayor precio; otros autores afirmaban que el valor de las mercancías estaba determinado por el tiempo de trabajo que se había utilizado para su producción, lo del precio ocurría en la esfera del mercado y lo determinaba la oferta y la demanda del mismo, desde luego considerando que para su determinación se partía del valor real más los márgenes de ganancia que esperan ganar los dueños del capital después de haber contribuido con el Estado, y en este punto hay que considerar por tanto esta relación entre el valor de los productos y el precio de mercado de los mismo, la utilidad intermedia para que la actividad económica siga siendo atractiva, continúe vigente y en ascenso en el mercado.

Al respecto, es de suma importancia empezar a considerar el denominado “precio justo” este término ya ha sido discutido con mucha anterioridad, ya el mismo filósofo Tomás de Aquino quien desde siglo XIII afirmó que el costo de producción se determinaba por el principio de la justicia, lo que era necesario para la subsistencia del productor y de ahí el precio justo o precio solidario.

De ser así, para la reactivación económica ante la crisis como la que actualmente padecemos, y ante la caída del mercado interno que ha generado que muchas actividades económicas estén casi en el abandono, es necesario por tanto considerar la importancia del establecimiento de un precio justo o precio solidario a fin de que los dueños del capital puedan incidir en el mercado interno y fortalecer a las familias de manera directa en su consumo, pero cómo asumir el precio justo, cuando esto implicaría una nueva relación capital-mercado; una vez asumiendo tanto los costos directos como indirectos propios de la actividad económica, los empresarios puedan asumir un compromiso donde los márgenes de utilidad le permitan mantenerse él y su familia dignamente a la vez poder permanecer vigente y activo en el mercado, por lo anterior habrá que preguntarnos ¿qué tan complicado será encontrar el precio justo que permita la reactivación económica a través del fortalecimiento del mercado interno?