/ viernes 30 de septiembre de 2022

Gobernanza y sostenibilidad | La acción partidista y la democracia: una fórmula necesaria para el bien común

La solidez de las instituciones determina la capacidad del Estado de responder a las demandas de la sociedad

Quiénes están cómodamente instalados en las estructuras creadas por ellos para beneficio de los menos, no se preocuparán por cambiarlas

Efraín González Luna

La democracia está íntimamente vinculada a los partidos políticos, cuya naturaleza integra corrientes ideológicas y políticas. En el marco del aniversario luctuoso de Carlos Castillo Peraza, periodista, intelectual y político mexicano y ante la vorágine de acontecimientos que ponen en riesgo la vida democrática de México, es preciso reflexionar en torno a las instituciones y a la importancia de los partidos en la vida democrática del país.

La consolidación de las instituciones, la alternancia y la creación de mecanismos de transparencia en la administración pública son producto de la evolución de la democracia que, aunque “incipiente”, ha posibilitado rutas convenientes para la democratización y la consolidación de las instituciones.

La solidez de las instituciones determina la capacidad del Estado de responder a las demandas de la sociedad, de tal forma que el estado es fuerte en la medida en que pueda satisfacer estas necesidades.

La consolidación de las Instituciones, tiene diversas causas, pero el rol que juegan los partidos políticos, es determinante para la manufactura de estructuras gubernamentales fuertes, básicamente por dos razones, en primer término, generan contrapesos políticos que propician, directa o indirectamente, la mejora de los organismos gubernamentales y en segundo término, fungen como estructuras políticas que desembocan en aparatos administrativos que pueden –o no– dar cohesión a las instituciones.

La vida democrática de los partidos tiene dos facetas. La actividad democrática exógena que está en función de las relaciones con otros actores y la endógena que está íntimamente vinculada a la vida democrática interna y que en esencia es la articuladora de los vínculos exógenos. Lo que los ideólogos de cualquier partido pudieran llamar: el corazón del partido.

Este corazón es la base ideológica, doctrinal y programática de los partidos. Sin una agenda de esta naturaleza, los partidos son simplemente mecanismos propagandísticos concentradores de poder o en el peor de los casos, franquicias que aglutinan intereses privados ajenos totalmente a la sociedad y a los intereses públicos.

Al respecto, Castillo Peraza expone que “una organización sin alma se muere de sí misma, se carcome a sí misma, es una serpiente que se muerde la cola”. Para que los partidos puedan recuperar su esencia, se requieren más ciudadanos comprometidos con su entorno, dispuestos a trabajar por un bien común e integrar sus voluntades a las de otros ciudadanos dentro de la maquinaria de los partidos, se requieren personas dispuestas a ejercer un liderazgo democratizador que pueda fortalecer las instituciones desde los partidos. Si bien es cierto que la participación ciudadana es vital para la democracia y la gobernanza desde cualquier trinchera, también es cierto que los mecanismos de participación democrática tienen una relevancia significativa dentro del sistema de partidos. Consolidar la vida democrática de los partidos es también consolidar la democracia, las instituciones y el porvenir de las Sociedades.

PERSPECTIVAS

Celebro la participación de Charo González en la contienda para la Presidencia del Partido Acción Nacional en Tampico. Al respecto de la vida democrática de los Partidos, considero que su participación y la de su planilla es un elemento democratizador dentro de la vida interna del partido. Su liderazgo ha permitido que en la planilla se conjuguen diversos liderazgos, experiencia, juventud y gente de trabajo que pueden aportar mucho a la militancia.


La solidez de las instituciones determina la capacidad del Estado de responder a las demandas de la sociedad

Quiénes están cómodamente instalados en las estructuras creadas por ellos para beneficio de los menos, no se preocuparán por cambiarlas

Efraín González Luna

La democracia está íntimamente vinculada a los partidos políticos, cuya naturaleza integra corrientes ideológicas y políticas. En el marco del aniversario luctuoso de Carlos Castillo Peraza, periodista, intelectual y político mexicano y ante la vorágine de acontecimientos que ponen en riesgo la vida democrática de México, es preciso reflexionar en torno a las instituciones y a la importancia de los partidos en la vida democrática del país.

La consolidación de las instituciones, la alternancia y la creación de mecanismos de transparencia en la administración pública son producto de la evolución de la democracia que, aunque “incipiente”, ha posibilitado rutas convenientes para la democratización y la consolidación de las instituciones.

La solidez de las instituciones determina la capacidad del Estado de responder a las demandas de la sociedad, de tal forma que el estado es fuerte en la medida en que pueda satisfacer estas necesidades.

La consolidación de las Instituciones, tiene diversas causas, pero el rol que juegan los partidos políticos, es determinante para la manufactura de estructuras gubernamentales fuertes, básicamente por dos razones, en primer término, generan contrapesos políticos que propician, directa o indirectamente, la mejora de los organismos gubernamentales y en segundo término, fungen como estructuras políticas que desembocan en aparatos administrativos que pueden –o no– dar cohesión a las instituciones.

La vida democrática de los partidos tiene dos facetas. La actividad democrática exógena que está en función de las relaciones con otros actores y la endógena que está íntimamente vinculada a la vida democrática interna y que en esencia es la articuladora de los vínculos exógenos. Lo que los ideólogos de cualquier partido pudieran llamar: el corazón del partido.

Este corazón es la base ideológica, doctrinal y programática de los partidos. Sin una agenda de esta naturaleza, los partidos son simplemente mecanismos propagandísticos concentradores de poder o en el peor de los casos, franquicias que aglutinan intereses privados ajenos totalmente a la sociedad y a los intereses públicos.

Al respecto, Castillo Peraza expone que “una organización sin alma se muere de sí misma, se carcome a sí misma, es una serpiente que se muerde la cola”. Para que los partidos puedan recuperar su esencia, se requieren más ciudadanos comprometidos con su entorno, dispuestos a trabajar por un bien común e integrar sus voluntades a las de otros ciudadanos dentro de la maquinaria de los partidos, se requieren personas dispuestas a ejercer un liderazgo democratizador que pueda fortalecer las instituciones desde los partidos. Si bien es cierto que la participación ciudadana es vital para la democracia y la gobernanza desde cualquier trinchera, también es cierto que los mecanismos de participación democrática tienen una relevancia significativa dentro del sistema de partidos. Consolidar la vida democrática de los partidos es también consolidar la democracia, las instituciones y el porvenir de las Sociedades.

PERSPECTIVAS

Celebro la participación de Charo González en la contienda para la Presidencia del Partido Acción Nacional en Tampico. Al respecto de la vida democrática de los Partidos, considero que su participación y la de su planilla es un elemento democratizador dentro de la vida interna del partido. Su liderazgo ha permitido que en la planilla se conjuguen diversos liderazgos, experiencia, juventud y gente de trabajo que pueden aportar mucho a la militancia.


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