/ miércoles 8 de marzo de 2023

Gobernanza y sostenibilidad | La importancia de construir instituciones sólidas para una vida democrática en México

En México, como en cualquier país democrático, es fundamental contar con instituciones sólidas que sean capaces de garantizar la protección de los derechos de los ciudadanos y la estabilidad política y social del país. En los últimos años, México ha enfrentado grandes desafíos en este sentido, y es necesario que los ciudadanos y los líderes políticos trabajen juntos para construir instituciones sólidas y duraderas.

Sin embargo, es nece-sario comprender que la construcción de instituciones sólidas implica más que simplemente crear leyes y reglamentos. Se trata de establecer una cultura institucional sólida, en la que las instituciones sean valoradas y respetadas por todos los actores sociales y por aquellos que ocupan posiciones de liderazgo en el país. Pese a la álgida ruta de la evolución democrática del país, no son pocos los esfuerzos que se han ido construyendo por el fortalecimiento institucional. Algunos de los casos icónicos y evidentemente perfectibles son los siguientes:

La creación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en 1990, que ha sido fundamental para la protección de los derechos humanos; la reforma judicial de 2008, que mejoró el acceso a la justicia y la transparencia en el sistema judicial de México y, por supuesto, la creación del Instituto Nacional Electoral (INE) en 1990, que ha fortalecido el proceso electoral en México y ha garantizado elecciones libres y justas. La alternancia es el ejemplo más contundente de esta evolución.

Es cierto que las instituciones deben ser independientes, transparentes y responsables, y deben estar comprometidas con el bienestar general de la sociedad. Los errores y omisiones en la ruta de las instituciones han generado críticas por parte de la ciudadanía y de los expertos en políticas públicas. La corrupción, la falta de transparencia y la politización de las instituciones han sido algunas de las principales preocupaciones en los últimos años. Al respecto es fundamental señalar que la crítica a las instituciones es en parte, un logro de las mismas instituciones, que aunque deficientes, cuentan en algunas áreas con grados importantes de consolidación.

Es también fundamental recordar que las instituciones solo se pueden fortalecer con la participación de los diversos actores de la sociedad. A mayor participación ciudadana en la dinámica de las instituciones, mayor es la posibilidad de avanzar en el camino a la construcción de una vida democrática. Esto implica tomar medidas concretas para erradicar la corrupción, fortalecer la independencia de las instituciones, promover la transparencia y garantizar la rendición de cuentas de los líderes políticos. Es indispensable que la ciudadanía se involucre en la construcción de instituciones sólidas, fomentando una cultura de participación ciudadana y la gobernanza.

Construir instituciones sólidas no es un proceso fácil ni rápido, pero es fundamental para garantizar la estabilidad y el bienestar de México. La democracia solo puede prosperar en un entorno institucional sólido, en el que todos los ciudadanos tengan la seguridad de que sus derechos están protegidos y de que las instituciones están comprometidas con el bien.

Es también fundamental recordar que las instituciones solo se pueden fortalecer con la participación de los diversos actores de la sociedad


En México, como en cualquier país democrático, es fundamental contar con instituciones sólidas que sean capaces de garantizar la protección de los derechos de los ciudadanos y la estabilidad política y social del país. En los últimos años, México ha enfrentado grandes desafíos en este sentido, y es necesario que los ciudadanos y los líderes políticos trabajen juntos para construir instituciones sólidas y duraderas.

Sin embargo, es nece-sario comprender que la construcción de instituciones sólidas implica más que simplemente crear leyes y reglamentos. Se trata de establecer una cultura institucional sólida, en la que las instituciones sean valoradas y respetadas por todos los actores sociales y por aquellos que ocupan posiciones de liderazgo en el país. Pese a la álgida ruta de la evolución democrática del país, no son pocos los esfuerzos que se han ido construyendo por el fortalecimiento institucional. Algunos de los casos icónicos y evidentemente perfectibles son los siguientes:

La creación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en 1990, que ha sido fundamental para la protección de los derechos humanos; la reforma judicial de 2008, que mejoró el acceso a la justicia y la transparencia en el sistema judicial de México y, por supuesto, la creación del Instituto Nacional Electoral (INE) en 1990, que ha fortalecido el proceso electoral en México y ha garantizado elecciones libres y justas. La alternancia es el ejemplo más contundente de esta evolución.

Es cierto que las instituciones deben ser independientes, transparentes y responsables, y deben estar comprometidas con el bienestar general de la sociedad. Los errores y omisiones en la ruta de las instituciones han generado críticas por parte de la ciudadanía y de los expertos en políticas públicas. La corrupción, la falta de transparencia y la politización de las instituciones han sido algunas de las principales preocupaciones en los últimos años. Al respecto es fundamental señalar que la crítica a las instituciones es en parte, un logro de las mismas instituciones, que aunque deficientes, cuentan en algunas áreas con grados importantes de consolidación.

Es también fundamental recordar que las instituciones solo se pueden fortalecer con la participación de los diversos actores de la sociedad. A mayor participación ciudadana en la dinámica de las instituciones, mayor es la posibilidad de avanzar en el camino a la construcción de una vida democrática. Esto implica tomar medidas concretas para erradicar la corrupción, fortalecer la independencia de las instituciones, promover la transparencia y garantizar la rendición de cuentas de los líderes políticos. Es indispensable que la ciudadanía se involucre en la construcción de instituciones sólidas, fomentando una cultura de participación ciudadana y la gobernanza.

Construir instituciones sólidas no es un proceso fácil ni rápido, pero es fundamental para garantizar la estabilidad y el bienestar de México. La democracia solo puede prosperar en un entorno institucional sólido, en el que todos los ciudadanos tengan la seguridad de que sus derechos están protegidos y de que las instituciones están comprometidas con el bien.

Es también fundamental recordar que las instituciones solo se pueden fortalecer con la participación de los diversos actores de la sociedad


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