/ jueves 24 de mayo de 2018

Golizas aquí y allá

¿Con siete Copas a cuestas qué pasa? A siete Copas del mundo de la FIFA, me refiero.

En siete Copas (casi treinta años), cambian las costumbres, la política, los gobiernos, la manera de divertirse, la ciencia, la tecnología, el transporte, la moda.

AL PASO DE TRES DÉCADAS CUALQUIERA SEMEJA SER OTRO

Hace siete copas el mundo no estaba, pese a todo, loco de atar, como ahora, ni necesitaba la camisa de fuerza que hoy apenas lo sujeta, prenda sin la cual luciría incontrolable y mayormente expuesto a los dictados de la providencia.

Hace siete copas nadie sospechaba la “felicidad de la Copa de Brasil 2014” y los hechos de corrupción que le costaron el puesto a la ex presidenta Dilma Rouseff y cárcel al también ex mandatario, Luiz Inacio da Silva.

Hace siete Copas nadie imaginaba a Joseph Blatter al abandonar contrito su posición de presidente del máximo organismo rector del futbol mundial, expuesto al descrédito y acusaciones de corrupción galopante.

Hace siete copas las mexicanas y mexicanos recibíamos golizas de 7 a cero como la que el seleccionado de Chile propinó al nuestro en la Copa América con sede en Estados Unidos, pero nada tan ofensivo e indigno como el ascenso del neoliberalismo económico a toda vela, doctrina ajena a nuestra manera de ser, de pensar, de sentir, y en la que “muy pocos golean a muchos”.

Después de siete copas, “todo pasa y todo queda”, como dijo Antonio Machado, excepto una pregunta ¿no es esta clase de golizas al pueblo locura propia de este tiempo?

NOTA DEL DIA. Aunque el efecto directo de los debates públicos en el resultado de las elecciones es menor según se aproxima la fecha de la jornada electoral, si influye en las estrategias de campaña y opinión de las elites. Por tanto, es importante saber de qué manera los candidatos se conducirán de ahora en adelante, en esta nueva etapa, bajo el convencimiento de que cualquier error puede convertirse en tema del día en redes sociales, y crecer y replicarse a la velocidad de un virus contagioso. El que los candidatos a la presidencia de la república traten de convencer a los indecisos de que ellos y nada más ellos son los indicados para guiar por buen rumbo al país, y restituir al ciudadano medio la confianza en la nación y sus instituciones, supone la disposición de involucrar a una mayor cantidad de gente en las campañas. Dicha táctica será básica en el tranco final de este Derby. No hay duda.

¿Con siete Copas a cuestas qué pasa? A siete Copas del mundo de la FIFA, me refiero.

En siete Copas (casi treinta años), cambian las costumbres, la política, los gobiernos, la manera de divertirse, la ciencia, la tecnología, el transporte, la moda.

AL PASO DE TRES DÉCADAS CUALQUIERA SEMEJA SER OTRO

Hace siete copas el mundo no estaba, pese a todo, loco de atar, como ahora, ni necesitaba la camisa de fuerza que hoy apenas lo sujeta, prenda sin la cual luciría incontrolable y mayormente expuesto a los dictados de la providencia.

Hace siete copas nadie sospechaba la “felicidad de la Copa de Brasil 2014” y los hechos de corrupción que le costaron el puesto a la ex presidenta Dilma Rouseff y cárcel al también ex mandatario, Luiz Inacio da Silva.

Hace siete Copas nadie imaginaba a Joseph Blatter al abandonar contrito su posición de presidente del máximo organismo rector del futbol mundial, expuesto al descrédito y acusaciones de corrupción galopante.

Hace siete copas las mexicanas y mexicanos recibíamos golizas de 7 a cero como la que el seleccionado de Chile propinó al nuestro en la Copa América con sede en Estados Unidos, pero nada tan ofensivo e indigno como el ascenso del neoliberalismo económico a toda vela, doctrina ajena a nuestra manera de ser, de pensar, de sentir, y en la que “muy pocos golean a muchos”.

Después de siete copas, “todo pasa y todo queda”, como dijo Antonio Machado, excepto una pregunta ¿no es esta clase de golizas al pueblo locura propia de este tiempo?

NOTA DEL DIA. Aunque el efecto directo de los debates públicos en el resultado de las elecciones es menor según se aproxima la fecha de la jornada electoral, si influye en las estrategias de campaña y opinión de las elites. Por tanto, es importante saber de qué manera los candidatos se conducirán de ahora en adelante, en esta nueva etapa, bajo el convencimiento de que cualquier error puede convertirse en tema del día en redes sociales, y crecer y replicarse a la velocidad de un virus contagioso. El que los candidatos a la presidencia de la república traten de convencer a los indecisos de que ellos y nada más ellos son los indicados para guiar por buen rumbo al país, y restituir al ciudadano medio la confianza en la nación y sus instituciones, supone la disposición de involucrar a una mayor cantidad de gente en las campañas. Dicha táctica será básica en el tranco final de este Derby. No hay duda.