/ sábado 13 de agosto de 2022

Gryita.com, Fylosofía en expresión | Héroe cocodrilo

Una nueva desgracia ha ocurrido

Aunque sobrevivió al ataque, una niña fue llevada al interior de una Laguna en las fauces de un feroz cocodrilo, pero en esta ocasión en Altamira, Tamaulipas.

Es necesario dejar aquí algo en claro, aunque aparentemente y esto dicho por autoridades del centro hospitalario que atiende a la menor, las heridas ciertamente son profundas y generaron riesgos infecciosos a causa del tiempo que estuvo dentro del agua y hasta que fue atendida, no han tocado órganos vitales ni han causado grandes daños en tejido sensible, ni fuertes desgarres, falta por evaluar el daño psicológico y las secuelas que de éste pudiera presentar la pequeña y que posiblemente ni el gremio de los cocodrilos, ni las autoridades, ni los ambientalistas, ni nadie se hará cargo, además de su familia con los recursos que de suyo les asistan.

Las opiniones surcan los aires en medios de comunicación tradicionales y las redes sociales, algunas culpando al padre de la menor, por aparente irresponsabilidad de llevar a la niña a pescar con él, lo cual pudiera en muchos sentidos ser discutible, a la misma menor lo cual me parece imposible y otras al saurio, que cuenta con un grupo humano en contra, uno menor a favor y como en encuesta política otro que aparentemente no le interesa en lo mínimo.

Somos en parte un pueblo irresponsable, raro, voluntarioso, caprichoso y desobediente, creo que no hace falta que le dé detalles, la pandemia lo ha dejado claro con las normas sanitarias, pero hay muchos ejemplos más.

En días pasados pudimos observar de forma inaudita personas nadando en lagunas turísticas donde hoy sabemos que habitan estas bestias, como por ejemplo en el Parque Fray Andrés de Olmos en la Laguna del Chairel, las conocidas lanchas que pasean visitantes al interior de la Laguna del Carpintero y por el Canal de la Cortadura, además de otras en donde se sigue pescando sin recato alguno.

¿No es incongruente que se advierta del peligro a causa del gran depredador y al mismo tiempo se permitan estas actividades recreativas?

¿Entonces de quién es el hábitat?

Sigo preguntando, ¿qué es lo que tiene que pasar para que las autoridades reaccionen?

Cierto es que un sector de la población presenta una actitud irresponsable, repito, como dije arriba, pero existe un ente encargado de regular, controlar y conducir sus destinos, protegiéndola incluso de sus propios desatinos.

Si definitivamente han decidido que no van a resolver el problema de raíz reubicando o confinando a estos monstruos pues ¿qué queda por hacer? ¡Ya vimos que los anuncios no sirven!

Tal vez es el momento de enfocar la atención, la razón y el presupuesto para colocar cercas, vigilancia, cámaras, personal de protección civil y policía, multas a quien viole los límites, orden eso falta, orden.

Ahora, si todavía les queda algo de voluntad y tal vez incluso de ambición, porque creo que les queda claro que a quien resuelva este problema le será muy merecido un sitio en la historia de la zona, pudieran analizar y encabezar un verdadero proyecto autosustentable en el que se pueda resguardar y preservar bajo control la especie y aprovechar los beneficios que pudiera generar el consumo humano de la misma.

Esto generaría ganancias, además de la seguridad de la población, como la posibilidad de nuevos paseos, fama internacional, fuentes de empleo, aportaciones en investigaciones, ejemplo de protección animal y promovernos como una zona que atiende la ecología, lo cual además de estar de moda cuenta con el interés mundial del Ecoturismo.

Entiendo que hay grupos que defienden a la fiera y sus derechos, pero ¿los derechos de las personas que han muerto, la niña de la semana pasada y los que diariamente están en riesgo quién los defiende?

Necesitamos que alguien tome las riendas del problema y no dejar al cocodrilo tomar las decisiones.

Un humano capaz, un Héroe cocodrilo.

Escríbeme.

  • Correo: gryitafuerte@gmail.com
  • Facebook: Gryita Fuerte
  • RE-GENERACIÓN 19

Una nueva desgracia ha ocurrido

Aunque sobrevivió al ataque, una niña fue llevada al interior de una Laguna en las fauces de un feroz cocodrilo, pero en esta ocasión en Altamira, Tamaulipas.

Es necesario dejar aquí algo en claro, aunque aparentemente y esto dicho por autoridades del centro hospitalario que atiende a la menor, las heridas ciertamente son profundas y generaron riesgos infecciosos a causa del tiempo que estuvo dentro del agua y hasta que fue atendida, no han tocado órganos vitales ni han causado grandes daños en tejido sensible, ni fuertes desgarres, falta por evaluar el daño psicológico y las secuelas que de éste pudiera presentar la pequeña y que posiblemente ni el gremio de los cocodrilos, ni las autoridades, ni los ambientalistas, ni nadie se hará cargo, además de su familia con los recursos que de suyo les asistan.

Las opiniones surcan los aires en medios de comunicación tradicionales y las redes sociales, algunas culpando al padre de la menor, por aparente irresponsabilidad de llevar a la niña a pescar con él, lo cual pudiera en muchos sentidos ser discutible, a la misma menor lo cual me parece imposible y otras al saurio, que cuenta con un grupo humano en contra, uno menor a favor y como en encuesta política otro que aparentemente no le interesa en lo mínimo.

Somos en parte un pueblo irresponsable, raro, voluntarioso, caprichoso y desobediente, creo que no hace falta que le dé detalles, la pandemia lo ha dejado claro con las normas sanitarias, pero hay muchos ejemplos más.

En días pasados pudimos observar de forma inaudita personas nadando en lagunas turísticas donde hoy sabemos que habitan estas bestias, como por ejemplo en el Parque Fray Andrés de Olmos en la Laguna del Chairel, las conocidas lanchas que pasean visitantes al interior de la Laguna del Carpintero y por el Canal de la Cortadura, además de otras en donde se sigue pescando sin recato alguno.

¿No es incongruente que se advierta del peligro a causa del gran depredador y al mismo tiempo se permitan estas actividades recreativas?

¿Entonces de quién es el hábitat?

Sigo preguntando, ¿qué es lo que tiene que pasar para que las autoridades reaccionen?

Cierto es que un sector de la población presenta una actitud irresponsable, repito, como dije arriba, pero existe un ente encargado de regular, controlar y conducir sus destinos, protegiéndola incluso de sus propios desatinos.

Si definitivamente han decidido que no van a resolver el problema de raíz reubicando o confinando a estos monstruos pues ¿qué queda por hacer? ¡Ya vimos que los anuncios no sirven!

Tal vez es el momento de enfocar la atención, la razón y el presupuesto para colocar cercas, vigilancia, cámaras, personal de protección civil y policía, multas a quien viole los límites, orden eso falta, orden.

Ahora, si todavía les queda algo de voluntad y tal vez incluso de ambición, porque creo que les queda claro que a quien resuelva este problema le será muy merecido un sitio en la historia de la zona, pudieran analizar y encabezar un verdadero proyecto autosustentable en el que se pueda resguardar y preservar bajo control la especie y aprovechar los beneficios que pudiera generar el consumo humano de la misma.

Esto generaría ganancias, además de la seguridad de la población, como la posibilidad de nuevos paseos, fama internacional, fuentes de empleo, aportaciones en investigaciones, ejemplo de protección animal y promovernos como una zona que atiende la ecología, lo cual además de estar de moda cuenta con el interés mundial del Ecoturismo.

Entiendo que hay grupos que defienden a la fiera y sus derechos, pero ¿los derechos de las personas que han muerto, la niña de la semana pasada y los que diariamente están en riesgo quién los defiende?

Necesitamos que alguien tome las riendas del problema y no dejar al cocodrilo tomar las decisiones.

Un humano capaz, un Héroe cocodrilo.

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