/ sábado 12 de marzo de 2022

Gryita.com, Fylosofía en expresión | Un mundo sin futbol

Esta vez batallé bastante para decidir escribir sobre este tema.

Me pareció que ya estaba muy hablado, pero al ver lo que siguió, creo necesario comentar.

Redes sociales, noticieros y editoriales por todas partes hablan y me parece lo correcto sobre estos lamentables hechos.

Lo que parecía ser una reunión familiar inofensiva y agradable, de pronto se convirtió en un campo de batalla y una pesadilla para los asistentes.

Raras escenas en que policías ignoran los hechos, otros que abren portones para dejar pasar a una muchedumbre enardecida, objetos punzocortantes, tubos, cadenas y otros artefactos para infringir daños, además de conductas en verdad reprobables y de una violencia fuera de todo parámetro pueden observarse en los videos.

Teorías sobre un evento planeado, la omisión de las autoridades que durante las siguientes horas no presentaban detenidos, ni claridad en la información sobre la cantidad, estado de salud y posibles pérdidas humanas entre los afectados.

Por último sanciones que por la magnitud de lo sucedido parecen laxas.

De suyo creo que a todos nos queda claro que el futbol es un negocio y en verdad un gran negocio, en el que todos ganan.

El que menos dividendos recibe es como en la mayor parte de estos entes comerciales, pues precisamente es quien paga el precio cuando algo sale mal.

El espectador, quien abarrota el estadio, quien vuelve posible el juego de la publicidad que todo lo convierte en oro y que está presente en los vestuarios, paredes del estadio, avisos comerciales, noticieros, transmisiones, programas especiales y publicaciones en general, además de las apuestas y la venta indiscriminada de alcohol durante el evento.

Este actor estelar, es quien solo recibe a cambio una cuota emocional, que en algunos casos es al menos la exhalación de represiones y alguna que otra contención, al permitir el desfogue natural de la pasión en el ajetreo de la contienda y en algunos casos puede ir de la más explosiva algarabía hasta el más oscuro desánimo dependiendo a quien corresponda el favor de el marcador.

¿Pero si existe una relación cercana entre las partes?

Realmente no.

El futbol profesional es una ocupación muy bien pagada en casi todo el mundo y México no es la excepción, los jugadores rara vez conviven con la hinchada, de hecho su estilo de vida es muy lejano al de la mayor parte de sus admiradores, esto sin requerir que realmente sean grandes ejecutantes de su oficio.

Los directivos, propietarios de los equipos y entrenadores es algo por el estilo, algunos de ellos son verdaderas estrellas del espectáculo y viven como tal, creo que los menos ostentosos podrían ser los integrantes del cuerpo técnico y el personal administrativo.

Aquí el punto es el costo beneficio de contar con este bonito espectáculo que poco construye a la promoción del deporte y que entre más pasa el tiempo, al igual que otras especialidades, adquiere peor fama en lo que a trampas se refiere.

El evento ocurrido en el Estadio Corregidora dejó de manifiesto varias cosas.

Primero que vivimos un momento peligroso en el que la mezcla de la indigencia cultural y cognitiva del pueblo “sabio” con la terrible ruptura del tejido social, presenta un enorme distanciamiento entre los seres y la pérdida casi total de los valores, la compasión y el respeto por la vida.

Segundo, la perversidad de aquellos que sin escrúpulo alguno se interesan en la desestabilización de la paz social.

Y por último los altos riesgos de no contar con sistemas de prevención en casi nada de lo que se refiere a las altas concentraciones humanas.

El precio ha sido demasiado alto y parece ser que a las autoridades les ha parecido mejor, como en otros casos, pensar primero en los negocios que en poner orden con medidas ejemplares.

Creo que podemos perfectamente vivir sin este "espectáculo", sobre todo sin el futbol mexicano, que por cierto, es muy malo.

Escríbeme.

  • gryitafuerte@gmail.com
  • Facebook: Gryita Fuerte
  • RE-GENERACIÓN 19


Esta vez batallé bastante para decidir escribir sobre este tema.

Me pareció que ya estaba muy hablado, pero al ver lo que siguió, creo necesario comentar.

Redes sociales, noticieros y editoriales por todas partes hablan y me parece lo correcto sobre estos lamentables hechos.

Lo que parecía ser una reunión familiar inofensiva y agradable, de pronto se convirtió en un campo de batalla y una pesadilla para los asistentes.

Raras escenas en que policías ignoran los hechos, otros que abren portones para dejar pasar a una muchedumbre enardecida, objetos punzocortantes, tubos, cadenas y otros artefactos para infringir daños, además de conductas en verdad reprobables y de una violencia fuera de todo parámetro pueden observarse en los videos.

Teorías sobre un evento planeado, la omisión de las autoridades que durante las siguientes horas no presentaban detenidos, ni claridad en la información sobre la cantidad, estado de salud y posibles pérdidas humanas entre los afectados.

Por último sanciones que por la magnitud de lo sucedido parecen laxas.

De suyo creo que a todos nos queda claro que el futbol es un negocio y en verdad un gran negocio, en el que todos ganan.

El que menos dividendos recibe es como en la mayor parte de estos entes comerciales, pues precisamente es quien paga el precio cuando algo sale mal.

El espectador, quien abarrota el estadio, quien vuelve posible el juego de la publicidad que todo lo convierte en oro y que está presente en los vestuarios, paredes del estadio, avisos comerciales, noticieros, transmisiones, programas especiales y publicaciones en general, además de las apuestas y la venta indiscriminada de alcohol durante el evento.

Este actor estelar, es quien solo recibe a cambio una cuota emocional, que en algunos casos es al menos la exhalación de represiones y alguna que otra contención, al permitir el desfogue natural de la pasión en el ajetreo de la contienda y en algunos casos puede ir de la más explosiva algarabía hasta el más oscuro desánimo dependiendo a quien corresponda el favor de el marcador.

¿Pero si existe una relación cercana entre las partes?

Realmente no.

El futbol profesional es una ocupación muy bien pagada en casi todo el mundo y México no es la excepción, los jugadores rara vez conviven con la hinchada, de hecho su estilo de vida es muy lejano al de la mayor parte de sus admiradores, esto sin requerir que realmente sean grandes ejecutantes de su oficio.

Los directivos, propietarios de los equipos y entrenadores es algo por el estilo, algunos de ellos son verdaderas estrellas del espectáculo y viven como tal, creo que los menos ostentosos podrían ser los integrantes del cuerpo técnico y el personal administrativo.

Aquí el punto es el costo beneficio de contar con este bonito espectáculo que poco construye a la promoción del deporte y que entre más pasa el tiempo, al igual que otras especialidades, adquiere peor fama en lo que a trampas se refiere.

El evento ocurrido en el Estadio Corregidora dejó de manifiesto varias cosas.

Primero que vivimos un momento peligroso en el que la mezcla de la indigencia cultural y cognitiva del pueblo “sabio” con la terrible ruptura del tejido social, presenta un enorme distanciamiento entre los seres y la pérdida casi total de los valores, la compasión y el respeto por la vida.

Segundo, la perversidad de aquellos que sin escrúpulo alguno se interesan en la desestabilización de la paz social.

Y por último los altos riesgos de no contar con sistemas de prevención en casi nada de lo que se refiere a las altas concentraciones humanas.

El precio ha sido demasiado alto y parece ser que a las autoridades les ha parecido mejor, como en otros casos, pensar primero en los negocios que en poner orden con medidas ejemplares.

Creo que podemos perfectamente vivir sin este "espectáculo", sobre todo sin el futbol mexicano, que por cierto, es muy malo.

Escríbeme.

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