/ sábado 19 de septiembre de 2020

Gryta.com, Fylosofía en expresión | CFE

Hablamos de aproximadamente 74 mil trabajadores activos.

Trabajadores que por cierto no pagan luz como prestación pactada desde el primer Contrato Colectivo de Trabajo, costo de operación millonario que debe salir de alguna parte.

Pero, ¿cuántos hemos experimentado la desgracia de enfrentarnos a un recibo de luz con un costo desmesurado e ilógico incluso?

¿Cuántos hemos llamado angustiados a medianoche a un menú con opciones interminables para después de horas incluso lograr hablar con alguien para explicarle que no tenemos servicio y en casa habitan pequeños o ancianos y requerimos el servicio para su atención más básica e indispensable y escuchamos una respuesta fría que nos ofrece un número de orden y nos da un tiempo probable de reparación del desperfecto?

¿Cuántos hemos recibido una reparación de daños a causa de aparatos o perjuicios e incomodidades sufridos por las afectaciones de una falla en el servicio?

¿Cuántas veces le han otorgado un bono o una reposición por el tiempo que su empresa o domicilio ha estado sin luz?

Sabemos todos que “la fecha de corte” es una realidad y esa si no tiene negociación, ni prórroga posible.

Algo interesante es que esta gran empresa hasta 2018 ocupaba el primer lugar en quejas ante la Profeco, siendo las causas más frecuentes la negativa a corregir errores de cobro, error de cálculo y la cuota extraordinaria.

Ahora, los aparatos que más energía gastan según información extraída de la propia empresa, desde la potencia de los mismos y el uso promedio que de ellos hacemos, son los focos incandescentes, los televisores, los refrigeradores, los aires acondicionados y los abanicos en zonas cálidas.

Aparentemente por algunas noticias sabemos que la empresa atribuye los incrementos en los recibos de la actualidad pandémica a lo que ellos llaman “el confort”, algo así como gustos o lujos innecesarios que no tienen que ver con los servicios básicos.

Pero resulta que éste es el panorama.

Muchos padres de familia se han visto afectados por el flagelo pandémico que los ha enviado a casa sin poder atender sus negocios o actividades productivas y otros han sido despedidos de sus trabajos ya que sus empresas no han resistido las medidas de mitigación ofrecidas por las autoridades pero en general los ingresos de buena parte de la población han bajado.

¿Podemos llamar confort al uso de la televisión, el internet, los refrigeradores, los focos y los aparatos de ventilación, fría o caliente según sea el caso?

Hoy el derecho a la educación de niños y jóvenes mexicanos se ejerce a través de los televisores y el internet, a causa del confinamiento los periodos de uso de focos, ventiladores y calefactores, debe haber aumentado y evidentemente comidas que antes podían hacerse de diferentes modos llevan a un uso mayor de aparatos de refrigeración.

Por lo tanto el auxilio de no aumentar la tarifa es bueno, pero no resuelve la problemática.

Las preguntas aquí serían, al vivir una situación de confinamiento a causa de la pandemia y sus demás afectaciones socioeconómicas, ¿no será que el corte de luz se convierte en una violación de derechos humanos básicos al afectar directa y simultáneamente al de la educación, como al de la alimentación, la seguridad y la salud?

¿No sería el momento en que esta gran empresa de “clase mundial” devolviera a sus usuarios algo de lo mucho recibido favoreciéndolos de manera real con una baja de tarifas o incluso la exención de algunos pagos.

¿No es aquí donde nuestro gobierno debería exhibir su preocupación haciendo algún tipo de aportación o acuerdo buscando el beneficio de los millones de usuarios de este recurso indispensable que finalmente mueve ganancias multimillonarias?

Por último y al no contar con lo anterior, ¿existirá algún recurso legal que aporte apoyo e impida la suspensión del servicio eléctrico?

Quédate en casa, pero no prendas la luz.

hey@gryita.com

fb: Gryita Fuerte

REGENERACIÓN 19

Hablamos de aproximadamente 74 mil trabajadores activos.

Trabajadores que por cierto no pagan luz como prestación pactada desde el primer Contrato Colectivo de Trabajo, costo de operación millonario que debe salir de alguna parte.

Pero, ¿cuántos hemos experimentado la desgracia de enfrentarnos a un recibo de luz con un costo desmesurado e ilógico incluso?

¿Cuántos hemos llamado angustiados a medianoche a un menú con opciones interminables para después de horas incluso lograr hablar con alguien para explicarle que no tenemos servicio y en casa habitan pequeños o ancianos y requerimos el servicio para su atención más básica e indispensable y escuchamos una respuesta fría que nos ofrece un número de orden y nos da un tiempo probable de reparación del desperfecto?

¿Cuántos hemos recibido una reparación de daños a causa de aparatos o perjuicios e incomodidades sufridos por las afectaciones de una falla en el servicio?

¿Cuántas veces le han otorgado un bono o una reposición por el tiempo que su empresa o domicilio ha estado sin luz?

Sabemos todos que “la fecha de corte” es una realidad y esa si no tiene negociación, ni prórroga posible.

Algo interesante es que esta gran empresa hasta 2018 ocupaba el primer lugar en quejas ante la Profeco, siendo las causas más frecuentes la negativa a corregir errores de cobro, error de cálculo y la cuota extraordinaria.

Ahora, los aparatos que más energía gastan según información extraída de la propia empresa, desde la potencia de los mismos y el uso promedio que de ellos hacemos, son los focos incandescentes, los televisores, los refrigeradores, los aires acondicionados y los abanicos en zonas cálidas.

Aparentemente por algunas noticias sabemos que la empresa atribuye los incrementos en los recibos de la actualidad pandémica a lo que ellos llaman “el confort”, algo así como gustos o lujos innecesarios que no tienen que ver con los servicios básicos.

Pero resulta que éste es el panorama.

Muchos padres de familia se han visto afectados por el flagelo pandémico que los ha enviado a casa sin poder atender sus negocios o actividades productivas y otros han sido despedidos de sus trabajos ya que sus empresas no han resistido las medidas de mitigación ofrecidas por las autoridades pero en general los ingresos de buena parte de la población han bajado.

¿Podemos llamar confort al uso de la televisión, el internet, los refrigeradores, los focos y los aparatos de ventilación, fría o caliente según sea el caso?

Hoy el derecho a la educación de niños y jóvenes mexicanos se ejerce a través de los televisores y el internet, a causa del confinamiento los periodos de uso de focos, ventiladores y calefactores, debe haber aumentado y evidentemente comidas que antes podían hacerse de diferentes modos llevan a un uso mayor de aparatos de refrigeración.

Por lo tanto el auxilio de no aumentar la tarifa es bueno, pero no resuelve la problemática.

Las preguntas aquí serían, al vivir una situación de confinamiento a causa de la pandemia y sus demás afectaciones socioeconómicas, ¿no será que el corte de luz se convierte en una violación de derechos humanos básicos al afectar directa y simultáneamente al de la educación, como al de la alimentación, la seguridad y la salud?

¿No sería el momento en que esta gran empresa de “clase mundial” devolviera a sus usuarios algo de lo mucho recibido favoreciéndolos de manera real con una baja de tarifas o incluso la exención de algunos pagos.

¿No es aquí donde nuestro gobierno debería exhibir su preocupación haciendo algún tipo de aportación o acuerdo buscando el beneficio de los millones de usuarios de este recurso indispensable que finalmente mueve ganancias multimillonarias?

Por último y al no contar con lo anterior, ¿existirá algún recurso legal que aporte apoyo e impida la suspensión del servicio eléctrico?

Quédate en casa, pero no prendas la luz.

hey@gryita.com

fb: Gryita Fuerte

REGENERACIÓN 19