/ miércoles 26 de diciembre de 2018

Premio mayor

Siendo optimistas, se estima que el cincuenta por ciento de aquellos que ingresan a Alcohólicos Anónimos (AA) renuncian a la bebida

Y que de este número casi un diez por ciento recaerá al menos una vez, sin saberse cuándo ni cómo. El riesgo es mayor en estas fiestas decembrinas, sin duda por razones de circunstancia y culturales, dado que Mexico, nuestro país, ocupa el deshonroso subcampeonato en materia de alcoholistas, superado tan solo por nuestros vecinos del norte.

Es prácticamente imposible saber quién es alcohólico, afirman facultativos. Es como adivinar quién se sacará el premio mayor con un boleto de lotería. Algunos con un solo boleto se ganan el pasaje al submundo que William Shakespeare denominó la “sucursal del infierno”.

Infinidad de casos clínicos relacionados con el consumo inmoderado de bebidas etílicas se agudizan en las fiestas decembrinas. Quienes ingresan a Alcohólicos Anónimos tienen esperanza de salvación. No obstante, el control de esta enfermedad –a juzgar por sus efectos--, demanda una extraordinaria fuerza de voluntad.

NOTA DEL DIA—un argumento sobado para la entrega de la renta petrolera a compañías del exterior fue que no había de otra, y que ante la “ineficacia y corrupción” en Pemex, se había llegado al límite de que “o lo vendemos o dejamos que la Nación se vaya a la…”.

Pero ¿Quién va a ser un buen comerciante o a vender bien un producto, si se encarga de gritar a los cuatro vientos que no sabe qué hacer con éste? Es lo mismo que decir “tengo manzanas, y que las vendo o se me pudren”, entonces, esto no parece ser un buen argumento para negociar con éxito. En realidad, no lo fue. La pregunta es ¿Por qué causa? Excepto, claro, que el objetivo buscado fuese muy distinto a la reducción en el precio de la gasolina, como se dijo. Seguramente algunos distinguidos ex integrantes de la burocracia energética neoliberal en las tarjetas de fin de año que reciban encontraran una que diga, “To Mexico, with especial love". Compañías petroleras del exterior.

Siendo optimistas, se estima que el cincuenta por ciento de aquellos que ingresan a Alcohólicos Anónimos (AA) renuncian a la bebida

Y que de este número casi un diez por ciento recaerá al menos una vez, sin saberse cuándo ni cómo. El riesgo es mayor en estas fiestas decembrinas, sin duda por razones de circunstancia y culturales, dado que Mexico, nuestro país, ocupa el deshonroso subcampeonato en materia de alcoholistas, superado tan solo por nuestros vecinos del norte.

Es prácticamente imposible saber quién es alcohólico, afirman facultativos. Es como adivinar quién se sacará el premio mayor con un boleto de lotería. Algunos con un solo boleto se ganan el pasaje al submundo que William Shakespeare denominó la “sucursal del infierno”.

Infinidad de casos clínicos relacionados con el consumo inmoderado de bebidas etílicas se agudizan en las fiestas decembrinas. Quienes ingresan a Alcohólicos Anónimos tienen esperanza de salvación. No obstante, el control de esta enfermedad –a juzgar por sus efectos--, demanda una extraordinaria fuerza de voluntad.

NOTA DEL DIA—un argumento sobado para la entrega de la renta petrolera a compañías del exterior fue que no había de otra, y que ante la “ineficacia y corrupción” en Pemex, se había llegado al límite de que “o lo vendemos o dejamos que la Nación se vaya a la…”.

Pero ¿Quién va a ser un buen comerciante o a vender bien un producto, si se encarga de gritar a los cuatro vientos que no sabe qué hacer con éste? Es lo mismo que decir “tengo manzanas, y que las vendo o se me pudren”, entonces, esto no parece ser un buen argumento para negociar con éxito. En realidad, no lo fue. La pregunta es ¿Por qué causa? Excepto, claro, que el objetivo buscado fuese muy distinto a la reducción en el precio de la gasolina, como se dijo. Seguramente algunos distinguidos ex integrantes de la burocracia energética neoliberal en las tarjetas de fin de año que reciban encontraran una que diga, “To Mexico, with especial love". Compañías petroleras del exterior.