/ jueves 3 de mayo de 2018

Tubo en el Golfo

La construcción de un gasoducto para importar millones de pies cúbicos diarios de gas de Estados Unidos a México, no solo hace dependiente a nuestro país de un solo proveedor y crea una zona peligrosa en la costa del Golfo de Mexico (de Brownsville, Texas, a Tuxpan, Veracruz), también sería una preocupación constante del gobierno estadounidense en materia de seguridad. Esto compromete el futuro de cientos de miles de mexicanos, pues con cualquier pretexto nuestros vecinos podrían argumentar que deben cuidar esa línea que abarca puertos y ciudades importantes.

“La historia es dulce consejera, pero muy cruel y vengativa enemiga”, no hay que olvidar sus lecciones.

El tubo para transportar gas incluye afectaciones de seguridad estratégica, económicas y de tipo ambiental.

Los riesgos que corre México al sancionar a las compañías constructoras y a las operadoras de dicho tubo en caso de incurrir en irregularidades, son incalculables, ya que el vecino puede ejercer muchas maneras de presión sobre nuestro país, ya lo ha hecho y no es motivo de este artículo enumerarlas.

Por otro lado, el gas que se transporte podría actuar de manera nociva al hacer contacto con aguas marinas a causa de la evaporación, cuyo efecto sobre la atmósfera no está precisado del todo.

“La oxidación completa del gas a causa de las sales y las bacterias acaba con el oxígeno de cientos de miles de litros de agua marina, lo que repercute en la muerte de peces y demás fauna”.

“El gas, dada su fácil asimilación, intoxica a peces y mariscos, los cuales a su vez afectan a quienes los consumen. El combustible que se transporta resulta mortífero por su toxicidad sobre la fauna marina, pudiendo provocar una impresionante mortandad”. ¿Será común ver la imagen de colonias enteras de peces muertos que flotan en alta mar?

La tarea de evitar la contaminación del mar es una labor constante, pero lo que existe no se aplica ni se respeta del todo, circunstancia que es una clara invitación al ecocidio.

En resumen, el tubo en el Golfo representa un riesgo contra la salud humana, disminuye la economía pesquera y se pueden producir incendios de grandes proporciones. Además, nos deja más dependientes y transforma en objetivo militar del probable enemigo de los estadounidenses. Así están las cosas.

NOTA DE DÍA. Las maniobras y el juego impúdico con motivo de la supuesta conformación de una candidatura PRI y PAN para contender contra el candidato de Morena es un golpe a la credibilidad del sistema partidista. Reconfirma que la ideología, o sea, el conjunto de creencias bien organizadas, lógicas y un consistente programa de acción ocupa un cuarto o quinto sitio en las prioridades de los institutos políticos. ¿Será que no es tan complicado realmente conciliar (es pregunta), las diferentes actitudes hacia los asuntos políticos que aseguran representar el candidato del PRI, José Antonio Meade, y el del PAN, Ricardo Anaya, aun después de todo lo que se han dicho en campaña, hasta el momento? ¿Será posible poner (es pregunta), la ideología del tricolor y la del blanquiazul en la misma carreta y que las calabazas se acomoden sin daños “colaterales”?

La construcción de un gasoducto para importar millones de pies cúbicos diarios de gas de Estados Unidos a México, no solo hace dependiente a nuestro país de un solo proveedor y crea una zona peligrosa en la costa del Golfo de Mexico (de Brownsville, Texas, a Tuxpan, Veracruz), también sería una preocupación constante del gobierno estadounidense en materia de seguridad. Esto compromete el futuro de cientos de miles de mexicanos, pues con cualquier pretexto nuestros vecinos podrían argumentar que deben cuidar esa línea que abarca puertos y ciudades importantes.

“La historia es dulce consejera, pero muy cruel y vengativa enemiga”, no hay que olvidar sus lecciones.

El tubo para transportar gas incluye afectaciones de seguridad estratégica, económicas y de tipo ambiental.

Los riesgos que corre México al sancionar a las compañías constructoras y a las operadoras de dicho tubo en caso de incurrir en irregularidades, son incalculables, ya que el vecino puede ejercer muchas maneras de presión sobre nuestro país, ya lo ha hecho y no es motivo de este artículo enumerarlas.

Por otro lado, el gas que se transporte podría actuar de manera nociva al hacer contacto con aguas marinas a causa de la evaporación, cuyo efecto sobre la atmósfera no está precisado del todo.

“La oxidación completa del gas a causa de las sales y las bacterias acaba con el oxígeno de cientos de miles de litros de agua marina, lo que repercute en la muerte de peces y demás fauna”.

“El gas, dada su fácil asimilación, intoxica a peces y mariscos, los cuales a su vez afectan a quienes los consumen. El combustible que se transporta resulta mortífero por su toxicidad sobre la fauna marina, pudiendo provocar una impresionante mortandad”. ¿Será común ver la imagen de colonias enteras de peces muertos que flotan en alta mar?

La tarea de evitar la contaminación del mar es una labor constante, pero lo que existe no se aplica ni se respeta del todo, circunstancia que es una clara invitación al ecocidio.

En resumen, el tubo en el Golfo representa un riesgo contra la salud humana, disminuye la economía pesquera y se pueden producir incendios de grandes proporciones. Además, nos deja más dependientes y transforma en objetivo militar del probable enemigo de los estadounidenses. Así están las cosas.

NOTA DE DÍA. Las maniobras y el juego impúdico con motivo de la supuesta conformación de una candidatura PRI y PAN para contender contra el candidato de Morena es un golpe a la credibilidad del sistema partidista. Reconfirma que la ideología, o sea, el conjunto de creencias bien organizadas, lógicas y un consistente programa de acción ocupa un cuarto o quinto sitio en las prioridades de los institutos políticos. ¿Será que no es tan complicado realmente conciliar (es pregunta), las diferentes actitudes hacia los asuntos políticos que aseguran representar el candidato del PRI, José Antonio Meade, y el del PAN, Ricardo Anaya, aun después de todo lo que se han dicho en campaña, hasta el momento? ¿Será posible poner (es pregunta), la ideología del tricolor y la del blanquiazul en la misma carreta y que las calabazas se acomoden sin daños “colaterales”?