/ domingo 14 de abril de 2024

Vivencias / Ni palabras que hieran...

Ni golpes que maten. La violencia no sólo no cesa, sino que se ha vuelto absurda, por decir lo menos. Incomprensible para cualquiera de nosotros.

Golpear y patear a una mujer porque el espejo de su auto le pegó a tu auto, fuera por distracción, por no calcular, simplemente por accidente, o por lo que haya sido, y que, al intentar buscar tus papeles o tu celular para llamar a tu marido, suponga el agresor que querías huir, no es ni podrá ser nunca un motivo para nadie remotamente sensato para agredir a otro ser humano.

Fue necesario que personas que llegaron al lugar para que el "influencer" "Fofo" Márquez dejara de golpear a la señora y huir.

Este hecho vergonzoso pasó solo hace unos pocos días y fue grabado, por fortuna, por la cámara del lugar donde ocurrió.

La violencia familiar o contra la mujer es la más usual en términos de frecuencia y no por eso menos condenable, pero este hecho aislado realizado con tanta rabia, en respuesta de un hecho menor, habla de alguien, por decir lo menos, enfermo.

"Me golpeó como si me odiara" fueron las palabras de la víctima, el "Fofo" no la conocía de antes, nunca la había tratado, ella solo golpeó el vehículo con su espejo retrovisor y había reconocido su responsabilidad.

"El comenzó a patearme cuando iba a sacar los papeles del seguro", y ella tardó 25 días en recuperarse.

"Como si me odiara", insisto, no la conocía, no era producto de una mala relación donde se ve la mayoría de las agresiones a las mujeres. Solo era producto de un odio general, un odio a la mujer, a cualquiera, a todas.

Que esto haya pasado en nuestra sociedad, muestra el grado de descomposición al que hemos llegado. Agredir sin razón alguna nos sintamos de tal manera para agredir a otro ser humano es un acto totalmente reprobable.

Detengámonos a reflexionar sobre esto. La víctima no superará posiblemente su trauma psicológico y el agresor perdió su futuro enfrentando a la justicia y al odio de muchas personas.

Hay una cosa cierta. Esto no es muestra de una sociedad sana.

Ni golpes que maten. La violencia no sólo no cesa, sino que se ha vuelto absurda, por decir lo menos. Incomprensible para cualquiera de nosotros.

Golpear y patear a una mujer porque el espejo de su auto le pegó a tu auto, fuera por distracción, por no calcular, simplemente por accidente, o por lo que haya sido, y que, al intentar buscar tus papeles o tu celular para llamar a tu marido, suponga el agresor que querías huir, no es ni podrá ser nunca un motivo para nadie remotamente sensato para agredir a otro ser humano.

Fue necesario que personas que llegaron al lugar para que el "influencer" "Fofo" Márquez dejara de golpear a la señora y huir.

Este hecho vergonzoso pasó solo hace unos pocos días y fue grabado, por fortuna, por la cámara del lugar donde ocurrió.

La violencia familiar o contra la mujer es la más usual en términos de frecuencia y no por eso menos condenable, pero este hecho aislado realizado con tanta rabia, en respuesta de un hecho menor, habla de alguien, por decir lo menos, enfermo.

"Me golpeó como si me odiara" fueron las palabras de la víctima, el "Fofo" no la conocía de antes, nunca la había tratado, ella solo golpeó el vehículo con su espejo retrovisor y había reconocido su responsabilidad.

"El comenzó a patearme cuando iba a sacar los papeles del seguro", y ella tardó 25 días en recuperarse.

"Como si me odiara", insisto, no la conocía, no era producto de una mala relación donde se ve la mayoría de las agresiones a las mujeres. Solo era producto de un odio general, un odio a la mujer, a cualquiera, a todas.

Que esto haya pasado en nuestra sociedad, muestra el grado de descomposición al que hemos llegado. Agredir sin razón alguna nos sintamos de tal manera para agredir a otro ser humano es un acto totalmente reprobable.

Detengámonos a reflexionar sobre esto. La víctima no superará posiblemente su trauma psicológico y el agresor perdió su futuro enfrentando a la justicia y al odio de muchas personas.

Hay una cosa cierta. Esto no es muestra de una sociedad sana.