/ domingo 26 de diciembre de 2021

Vivencias | Reflexiones de fin de año

Aunque en cada instante se renueva la vida y todo cambia, todos le damos un significado especial al fin de un año y el comienzo de otro. Época de buenos deseos, de propósitos renovados, de esperanza, pero sobre todo de reflexión.

En el 2022 estaremos inmersos en Tamaulipas en otro proceso electoral, esta vez para elegir gobernador y aunque por ahora no llene la agenda, lo hará sin duda en los próximos meses.

Mas allá de los análisis de las propuestas, del perfil de los candidatos o candidatas, de su experiencia y cualidades humanas, más allá de los discursos y de las acusaciones fundadas o no, hay algo esencial en lo que quisiera abundar.

Tamaulipas vive desde años y afortunadamente, una época de tranquilidad que tenemos que valorar en su dimensión correcta. Haber vivido tiempos realmente turbulentos que a todos nos impactaron y que desgraciadamente vemos en otras zonas del país, nos hace valorar más el ambiente del que hoy gozamos.

Escatimar méritos a quienes lo han hecho posible es sin duda mezquino. Por experiencia puedo afirmar que mantener la paz y la gobernabilidad en un estado como el nuestro es, por decir lo menos, muy complicado.

Tamaulipas tiene un litoral extenso, casi la mitad de los cruces internacionales con el país vecino, una frontera con grandes flujos comerciales y de personas, todo lo cual nos permite el desarrollo, pero también nos hace vulnerables. Restablecer las condiciones de tranquilidad sin duda no ha sido fácil, y menos en un estado complejo como el nuestro, pero la eficiencia de un gobierno se mide primero por la capacidad de darnos las condiciones para vivir en paz.

Tener la posibilidad de hacer nuestra vida normal, dedicarnos a la actividad que nos ocupa, disfrutar de ratos de descanso, viajar en carretera con la familia y a cualquier hora, reunirnos con amigos, no preocuparnos por la seguridad de nuestros hijos o nietos cuando salen a divertirse más allá de las normales preocupaciones de padres y familiares, es INVALUABLE.

La tranquilidad no se ve, solo se siente y solo se valora, como muchas otras cosas, hasta que no se tiene. No permitamos que vuelvan los tiempos violentos a nuestro estado, reflexionemos sobre la importancia de la paz y de la civilidad, y contribuyamos a mantenerla.

Hago votos porque Tamaulipas siga siendo seguro, para que sigamos gozando de la gobernabilidad que se ha conseguido y que cada uno de nosotros y nuestras familias podamos seguir construyendo en paz, nuestro futuro.

Que la salud y la paz estén con todos. ¡Feliz año!

Aunque en cada instante se renueva la vida y todo cambia, todos le damos un significado especial al fin de un año y el comienzo de otro. Época de buenos deseos, de propósitos renovados, de esperanza, pero sobre todo de reflexión.

En el 2022 estaremos inmersos en Tamaulipas en otro proceso electoral, esta vez para elegir gobernador y aunque por ahora no llene la agenda, lo hará sin duda en los próximos meses.

Mas allá de los análisis de las propuestas, del perfil de los candidatos o candidatas, de su experiencia y cualidades humanas, más allá de los discursos y de las acusaciones fundadas o no, hay algo esencial en lo que quisiera abundar.

Tamaulipas vive desde años y afortunadamente, una época de tranquilidad que tenemos que valorar en su dimensión correcta. Haber vivido tiempos realmente turbulentos que a todos nos impactaron y que desgraciadamente vemos en otras zonas del país, nos hace valorar más el ambiente del que hoy gozamos.

Escatimar méritos a quienes lo han hecho posible es sin duda mezquino. Por experiencia puedo afirmar que mantener la paz y la gobernabilidad en un estado como el nuestro es, por decir lo menos, muy complicado.

Tamaulipas tiene un litoral extenso, casi la mitad de los cruces internacionales con el país vecino, una frontera con grandes flujos comerciales y de personas, todo lo cual nos permite el desarrollo, pero también nos hace vulnerables. Restablecer las condiciones de tranquilidad sin duda no ha sido fácil, y menos en un estado complejo como el nuestro, pero la eficiencia de un gobierno se mide primero por la capacidad de darnos las condiciones para vivir en paz.

Tener la posibilidad de hacer nuestra vida normal, dedicarnos a la actividad que nos ocupa, disfrutar de ratos de descanso, viajar en carretera con la familia y a cualquier hora, reunirnos con amigos, no preocuparnos por la seguridad de nuestros hijos o nietos cuando salen a divertirse más allá de las normales preocupaciones de padres y familiares, es INVALUABLE.

La tranquilidad no se ve, solo se siente y solo se valora, como muchas otras cosas, hasta que no se tiene. No permitamos que vuelvan los tiempos violentos a nuestro estado, reflexionemos sobre la importancia de la paz y de la civilidad, y contribuyamos a mantenerla.

Hago votos porque Tamaulipas siga siendo seguro, para que sigamos gozando de la gobernabilidad que se ha conseguido y que cada uno de nosotros y nuestras familias podamos seguir construyendo en paz, nuestro futuro.

Que la salud y la paz estén con todos. ¡Feliz año!