/ sábado 12 de enero de 2019

El arte de caminar

Hace tiempo sentí un dolor agudo en la planta de los pies. Similar, imagino, al que produce un potro de tormento de la Inquisición.

Al notarme poco apto para andar corroboré un hecho: caminar es un acto simple, pero complicado. El poner un pie delante del otro, una y otra vez es dificultoso en ocasiones. Caso raro, tratándose de un movimiento que los seres humanos realizamos un sinfín de veces a lo largo de nuestra historia.

Generalmente nuestros pasos nos conducen en varios sentidos, por diferentes rutas, y me agrada Lao Tsé, quien dijo, un viaje de mil millas comienza con el primer paso, cuestión que me conduce lo que dijo el primer hombre en pisar la superficie lunar, el comandante Neil Armstrong, personaje que recordó la manera en que un pequeño paso puede ser un salto gigantesco para la humanidad.

Entiendo la paradoja, sin embargo, en sentido estricto, no existen pasos gigantes ni pasos pequeños, ya que en el universo relativo ¿Qué diferencia hay en una escala entre un dinosaurio y una hormiga? Muy poca, creo.

Los pasos en su totalidad participan de lo insignificante y de lo grande. Caminar es un regalo.

El que ya no pueda correr, que trote; el que no pueda trotar que camine. Quien posea el don… qué lo ejercite. ¡Qué maravilloso gesto! Poder desplazarse libremente hacia donde queramos, y hacerlo con libertad y autonomía.

Ir de aquí para allá. Participar de lo que es la esencia del universo. El movimiento.

NOTA DE DÍA---Por alguna coincidencia digna de estudio ( en la vida política de México nada opera bajo las leyes de la casualidad), se desató una ola irrefrenable de “memes” (un meme difunde y manifiesta situaciones, conceptos e ideas por intermedio de textos e imágenes en las redes sociales), con motivo del desabasto de gasolina en la cruzada contra el Huachicol que lleva a cabo el gobierno federal.

Cada día, entran en la intimidad de millones de computadoras, a veces de manera reiterativa, imágenes que si bien son parte de una realidad punzante, en infinidad de casos constituyen un reto al conocimiento y sentido común.

Los titiriteros del terror mueven sus hilos invisibles, bajo el conocimiento de que en lo profundo de la siquis humana se halla un poderoso resorte que, al pulsarlo, desata una serie de respuestas.

La pregunta es ¿deberemos acostumbrarnos a que el orden de las demandas civiles y otras formas de expresión se realicen de acuerdo a los cánones de una sociedad memetica? De cualquier modo, no se trata de una revolución propiamente dicho, porque el “meme”, “como descendiente tecnológico de un sistema social dado, replica a la sociedad que lo creó y alimentó”, (Debord).

Hace tiempo sentí un dolor agudo en la planta de los pies. Similar, imagino, al que produce un potro de tormento de la Inquisición.

Al notarme poco apto para andar corroboré un hecho: caminar es un acto simple, pero complicado. El poner un pie delante del otro, una y otra vez es dificultoso en ocasiones. Caso raro, tratándose de un movimiento que los seres humanos realizamos un sinfín de veces a lo largo de nuestra historia.

Generalmente nuestros pasos nos conducen en varios sentidos, por diferentes rutas, y me agrada Lao Tsé, quien dijo, un viaje de mil millas comienza con el primer paso, cuestión que me conduce lo que dijo el primer hombre en pisar la superficie lunar, el comandante Neil Armstrong, personaje que recordó la manera en que un pequeño paso puede ser un salto gigantesco para la humanidad.

Entiendo la paradoja, sin embargo, en sentido estricto, no existen pasos gigantes ni pasos pequeños, ya que en el universo relativo ¿Qué diferencia hay en una escala entre un dinosaurio y una hormiga? Muy poca, creo.

Los pasos en su totalidad participan de lo insignificante y de lo grande. Caminar es un regalo.

El que ya no pueda correr, que trote; el que no pueda trotar que camine. Quien posea el don… qué lo ejercite. ¡Qué maravilloso gesto! Poder desplazarse libremente hacia donde queramos, y hacerlo con libertad y autonomía.

Ir de aquí para allá. Participar de lo que es la esencia del universo. El movimiento.

NOTA DE DÍA---Por alguna coincidencia digna de estudio ( en la vida política de México nada opera bajo las leyes de la casualidad), se desató una ola irrefrenable de “memes” (un meme difunde y manifiesta situaciones, conceptos e ideas por intermedio de textos e imágenes en las redes sociales), con motivo del desabasto de gasolina en la cruzada contra el Huachicol que lleva a cabo el gobierno federal.

Cada día, entran en la intimidad de millones de computadoras, a veces de manera reiterativa, imágenes que si bien son parte de una realidad punzante, en infinidad de casos constituyen un reto al conocimiento y sentido común.

Los titiriteros del terror mueven sus hilos invisibles, bajo el conocimiento de que en lo profundo de la siquis humana se halla un poderoso resorte que, al pulsarlo, desata una serie de respuestas.

La pregunta es ¿deberemos acostumbrarnos a que el orden de las demandas civiles y otras formas de expresión se realicen de acuerdo a los cánones de una sociedad memetica? De cualquier modo, no se trata de una revolución propiamente dicho, porque el “meme”, “como descendiente tecnológico de un sistema social dado, replica a la sociedad que lo creó y alimentó”, (Debord).