/ jueves 22 de marzo de 2018

Inteligencia artificial ¿dónde?

Es interesante que un asunto aparentemente banal, como una inocente prueba de personalidad en Facebook, puede decidir procesos electorales en gran parte del mundo e incluso pudiera hacerlo en México.

Necesitaba de la gente, todo a cambio de un garlito en el llenado de una encuesta muy bien elaborada. De este modo aparentemente sencillo, reitero, les fue posible saber quiénes son todos y cada uno de esos millones de estadounidenses que se dejaron encuestar, o sea, con quién se relacionan, qué les gusta, que no les gusta y a quiénes de sus amigos les gusta lo mismo que a ellos. Esta es la diferencia en la manera de hacer una campaña política ganadora. ¿Es legal el diseño de campañas políticas y la realización de anuncios personalizados a partir de perfiles psicológicos que utilizan datos de Facebook? En 2014 eso estaba bien para la red social creada por Mark Zuckerberg. Después cambiaron. Lo inmediato es discernir si alguien violó la ley al dar a conocer esa información a la empresa Cambridge Analytica, con los datos que le permitieron elaborar los perfiles mencionados. Los desarrolladores de plataformas de esa empresa dicen que cumplieron con las políticas de Facebook, y los ejecutivos de ese sitio declaran que investigan el incidente con los datos que tienen en su poder. Facebook es una red mundial y cada país tiene regulaciones para que se no se incumpla en ciertos asuntos, tales como la ley de protección de datos personales en posesión de particulares, seguridad y noticias falsas, entre otros. Un nuevo acuerdo mundial en este aspecto, necesitaría algo que no es tan sencillo. Por el contrario, representa una tarea de enorme complejidad, dado el número de gobiernos que tienen que ser convencidos, los intereses nacionales en conflicto, la diversidad de intereses implicados, y la creación de una manera de sincronizar las actividades de una gran variedad de organismos. Lo cierto es que una democracia debe responder ante sus ciudadanos, y el mantenimiento de elecciones libres y sin ventajas obvias o encubiertas para nadie es precisamente lo que debe hacer el gobierno.

Es interesante que un asunto aparentemente banal, como una inocente prueba de personalidad en Facebook, puede decidir procesos electorales en gran parte del mundo e incluso pudiera hacerlo en México.

Necesitaba de la gente, todo a cambio de un garlito en el llenado de una encuesta muy bien elaborada. De este modo aparentemente sencillo, reitero, les fue posible saber quiénes son todos y cada uno de esos millones de estadounidenses que se dejaron encuestar, o sea, con quién se relacionan, qué les gusta, que no les gusta y a quiénes de sus amigos les gusta lo mismo que a ellos. Esta es la diferencia en la manera de hacer una campaña política ganadora. ¿Es legal el diseño de campañas políticas y la realización de anuncios personalizados a partir de perfiles psicológicos que utilizan datos de Facebook? En 2014 eso estaba bien para la red social creada por Mark Zuckerberg. Después cambiaron. Lo inmediato es discernir si alguien violó la ley al dar a conocer esa información a la empresa Cambridge Analytica, con los datos que le permitieron elaborar los perfiles mencionados. Los desarrolladores de plataformas de esa empresa dicen que cumplieron con las políticas de Facebook, y los ejecutivos de ese sitio declaran que investigan el incidente con los datos que tienen en su poder. Facebook es una red mundial y cada país tiene regulaciones para que se no se incumpla en ciertos asuntos, tales como la ley de protección de datos personales en posesión de particulares, seguridad y noticias falsas, entre otros. Un nuevo acuerdo mundial en este aspecto, necesitaría algo que no es tan sencillo. Por el contrario, representa una tarea de enorme complejidad, dado el número de gobiernos que tienen que ser convencidos, los intereses nacionales en conflicto, la diversidad de intereses implicados, y la creación de una manera de sincronizar las actividades de una gran variedad de organismos. Lo cierto es que una democracia debe responder ante sus ciudadanos, y el mantenimiento de elecciones libres y sin ventajas obvias o encubiertas para nadie es precisamente lo que debe hacer el gobierno.