/ domingo 1 de marzo de 2020

Iridiscencias | Los poetas


Son los poetas quienes, a través de su poesía, hacen la manifestación estética de sus sueños. Son estos, sus sueños, donde el poeta plasma —en ocasiones de forma críptica, en ocasiones de manera exquisita—, el universo íntimo que revela en su poesía.

Vicente Huidobro, en su extraordinario poema “Espejo de Agua” nos retrata, con extraordinaria belleza metafórica, sus sueños:

Sobre sus olas, bajo cielos sonámbulos, Mis ensueños se alejan como barcos.

De pie en la popa siempre me veréis cantando. Una rosa secreta se hincha en mi pecho Y un ruiseñor ebrio aletea en mi dedo.

Es en sus sueños, donde las aspiraciones o deseos encuentran cabida y viabilidad; viabilidad en un mundo donde las posibilidades son infinitas, y donde el poeta quisiera que sus anhelos se liberasen…, en algún sitio… en algún lugar. Lugar en que se privilegien sus fantasías sobre sus realidades; lugar en donde —desde los escenarios del sueño—, pretende trastocar en realidades las más profundas aspiraciones de su ser; sin más obstáculo, sin más barreras, sin más medida, que sus anhelos y aspiraciones. "Si he de vivir, que sea sin timón y en delirio", decía el poeta Gilberto Owen.

Alfonsina Storni decía:

Momentos de la vida aprisionó mi pluma,

momentos de la vida que se fugaron luego,

momentos que tuvieron la

violencia del fuego

o fueron más livianos que los copos de espuma.

En todos los momentos donde mi ser estuvo,

en todo esto que cambia,

en todo esto que muda,

en toda la sustancia que el espejo retuvo,

sin ropajes, el alma está limpia y desnuda.

Yo no estoy y estoy siempre en mis versos, viajero,

pero puedes hallarme si por el libro avanzas

dejando en los umbrales tus fieles y balanzas:

requieren mis jardines piedad de jardinero.

Carlos Mansilla decía en relación a la poesía:

"Humillar metáforas y transformarlas en viento. Ser sombra y árbol. Agua y fuego. Navegar ríos de sonetos, redondillas, formas libres y parir al fin, el verso nuevo. Flotar en utopías, beber lluvias con el insomnio del alma a cuatro manos. Ser sangre, caliente pan de lo inmediato".

Ante los últimos acontecimientos que han conmovido el alma y la conciencia en nuestro país —y en muchas partes del mundo—, no son pocas las veces que nos preguntamos: "¿Qué nos está pasando? ¿Qué nos falta por hacer? ¿Qué estamos haciendo mal?" Mal haría el pretender convertirme en predicador de tales complejidades. El alivio que reclama nuestra sociedad requiere de reflexiones profundas y grandes compromisos y… mi pretensión desbordaría los límites del conocimiento del tema… pero… ¿no es válido preguntarnos… ¿acaso no se ha perdido la sensibilidad en el ser humano? La enorme avalancha informativa —mucha de ella pesimista y desalentadora—, que escuchamos o leemos en los medios de información —cada vez más numerosos y de fácil acceso—, ¿acaso no influyen en la pérdida de sensibilidad en el ser humano? Las malas noticias inundan día a día el espacio en nuestra conciencia, haciendo de la insensibilidad una forma de sobrevivencia.

No, no pretendo decir que la poesía sea el remedio a la insensibilidad humana; pero sin duda, el mundo tendría en la poesía un motivo más para dar espacio a esa sensibilidad que nos haría más humanos y mejores personas.

arturomeza44@hotmail.com

Es en sus sueños, donde las aspiraciones o deseos encuentran cabida y viabilidad


Son los poetas quienes, a través de su poesía, hacen la manifestación estética de sus sueños. Son estos, sus sueños, donde el poeta plasma —en ocasiones de forma críptica, en ocasiones de manera exquisita—, el universo íntimo que revela en su poesía.

Vicente Huidobro, en su extraordinario poema “Espejo de Agua” nos retrata, con extraordinaria belleza metafórica, sus sueños:

Sobre sus olas, bajo cielos sonámbulos, Mis ensueños se alejan como barcos.

De pie en la popa siempre me veréis cantando. Una rosa secreta se hincha en mi pecho Y un ruiseñor ebrio aletea en mi dedo.

Es en sus sueños, donde las aspiraciones o deseos encuentran cabida y viabilidad; viabilidad en un mundo donde las posibilidades son infinitas, y donde el poeta quisiera que sus anhelos se liberasen…, en algún sitio… en algún lugar. Lugar en que se privilegien sus fantasías sobre sus realidades; lugar en donde —desde los escenarios del sueño—, pretende trastocar en realidades las más profundas aspiraciones de su ser; sin más obstáculo, sin más barreras, sin más medida, que sus anhelos y aspiraciones. "Si he de vivir, que sea sin timón y en delirio", decía el poeta Gilberto Owen.

Alfonsina Storni decía:

Momentos de la vida aprisionó mi pluma,

momentos de la vida que se fugaron luego,

momentos que tuvieron la

violencia del fuego

o fueron más livianos que los copos de espuma.

En todos los momentos donde mi ser estuvo,

en todo esto que cambia,

en todo esto que muda,

en toda la sustancia que el espejo retuvo,

sin ropajes, el alma está limpia y desnuda.

Yo no estoy y estoy siempre en mis versos, viajero,

pero puedes hallarme si por el libro avanzas

dejando en los umbrales tus fieles y balanzas:

requieren mis jardines piedad de jardinero.

Carlos Mansilla decía en relación a la poesía:

"Humillar metáforas y transformarlas en viento. Ser sombra y árbol. Agua y fuego. Navegar ríos de sonetos, redondillas, formas libres y parir al fin, el verso nuevo. Flotar en utopías, beber lluvias con el insomnio del alma a cuatro manos. Ser sangre, caliente pan de lo inmediato".

Ante los últimos acontecimientos que han conmovido el alma y la conciencia en nuestro país —y en muchas partes del mundo—, no son pocas las veces que nos preguntamos: "¿Qué nos está pasando? ¿Qué nos falta por hacer? ¿Qué estamos haciendo mal?" Mal haría el pretender convertirme en predicador de tales complejidades. El alivio que reclama nuestra sociedad requiere de reflexiones profundas y grandes compromisos y… mi pretensión desbordaría los límites del conocimiento del tema… pero… ¿no es válido preguntarnos… ¿acaso no se ha perdido la sensibilidad en el ser humano? La enorme avalancha informativa —mucha de ella pesimista y desalentadora—, que escuchamos o leemos en los medios de información —cada vez más numerosos y de fácil acceso—, ¿acaso no influyen en la pérdida de sensibilidad en el ser humano? Las malas noticias inundan día a día el espacio en nuestra conciencia, haciendo de la insensibilidad una forma de sobrevivencia.

No, no pretendo decir que la poesía sea el remedio a la insensibilidad humana; pero sin duda, el mundo tendría en la poesía un motivo más para dar espacio a esa sensibilidad que nos haría más humanos y mejores personas.

arturomeza44@hotmail.com

Es en sus sueños, donde las aspiraciones o deseos encuentran cabida y viabilidad