/ domingo 1 de mayo de 2022

Oposición derrotada

La reacción que ha suscitado la iniciativa de reformas político-electorales presentada esta semana por el Presidente de la República ha sido reveladora de la percepción presente y futura que de sí misma tiene la oposición.

Analistas y dirigentes políticos opositores han señalado que la propuesta en el fondo pretende centralizar e incrementar el poder del Presidente colocando bajo su control tanto la cámara de senadores como la de diputados ya que sostienen, la iniciativa desaparece los puestos de elección por el principio de la representación proporcional traduciéndose con ello, en un incremento automático de la representación de las bancadas de morena en ambas cámaras en detrimento del bloque opositor.

Lo anterior es indicativo del estado de ánimo que por estos días anda experimentando la oposición y lo sombrío del horizonte que sienten les depara el destino, porque a juzgar por lo anterior pareciera que no está en sus planes de corto plazo volver a ganar por mayoría el Congreso ampliando su base de apoyo, lo que contrasta con el tono festivo con el que anunciaron en días pasados la no aprobación de la Reforma Eléctrica.

Cierto es que para la oposición fue un logro, el único de los últimos cuatro años, haber permanecido unida en inestable alianza, lo que les posibilitó lograr desechar la propuesta de reforma Constitucional del sector eléctrico planteada por el Presidente.

Pero también es un hecho que desde que inició este sexenio la oposición ha permanecido pasmada y hundida en las ciénagas fangosas de la confusión y el desconcierto, lo que ha permitido que la administración del Presidente López Obrador fluya sin la menor dificultad que la que resulta producto del gran peso de su poder.

Hasta el día de hoy, el Presidente ha tenido una mejor lectura del carácter de sus adversarios que ellos de él, de ahí el llamado constante dentro de las filas de la oposición a no caer en las “trampas” del Presidente, quien sabedor como es de sus debilidades, no duda en tentarlos y exhibirlos cada vez que puede, cosa que ha conseguido con gran éxito la mayoría de las veces.

En estas circunstancias resulta incierto el destino de la alianza opositora que requiere ir totalmente cohesionada para tener probabilidades reales de arrebatarle la Presidencia de la República a Morena y sus aliados en 2024.

Dentro de dicho bloque opositor el que más dudas genera es el papel que va a jugar Dante Delgado y su dantesco Movimiento Ciudadano.

Dante es el Ricardo Salinas Pliego de la política, es un personaje amoral, sin más principios e ideología que el rendimiento electoral lo que le permitió sin cargo de conciencia postular en Nuevo León a su actual gobernador cuya frivolidad sólo se vio fugazmente opacada por la amenazante postulación como candidato a Gobernador del Estado de Quintana Roo a Roberto Palazuelos.

En esa medida y pese a las profundas diferencias que mantiene con el Presidente López Obrador, al ser Dante Delgado un empresario electoral que no se guía por otro principio más que el rédito político no resultaría descabellado que llegara a un acuerdo con el futuro candidato Presidencial de Morena haciendo un borrón y cuenta nueva, construyendo una nueva relación con el partido en el poder a partir de 2024, a cambio de incrementar su poder.

Con ello la oposición quedaría en una posición sumamente comprometida y vería reducidas drásticamente sus posibilidades de alcanzar el triunfo en los próximos comicios federales ahondando con ello aún más su desazón y desesperanza, y todo ello como consecuencia de que la oposición no ha sabido adaptarse a la nueva realidad política del país, siguen anquilosados y anclados en el vetusto discurso de la guerra fría, sin ofrecer una propuesta política alternativa a la del Presidente que conforte a la población más vulnerable de nuestro país.

Por todo ello la oposición en México como alguien dijera en días pasados, es lo único que se ha venezualizado.

Regeneración

La reacción que ha suscitado la iniciativa de reformas político-electorales presentada esta semana por el Presidente de la República ha sido reveladora de la percepción presente y futura que de sí misma tiene la oposición.

Analistas y dirigentes políticos opositores han señalado que la propuesta en el fondo pretende centralizar e incrementar el poder del Presidente colocando bajo su control tanto la cámara de senadores como la de diputados ya que sostienen, la iniciativa desaparece los puestos de elección por el principio de la representación proporcional traduciéndose con ello, en un incremento automático de la representación de las bancadas de morena en ambas cámaras en detrimento del bloque opositor.

Lo anterior es indicativo del estado de ánimo que por estos días anda experimentando la oposición y lo sombrío del horizonte que sienten les depara el destino, porque a juzgar por lo anterior pareciera que no está en sus planes de corto plazo volver a ganar por mayoría el Congreso ampliando su base de apoyo, lo que contrasta con el tono festivo con el que anunciaron en días pasados la no aprobación de la Reforma Eléctrica.

Cierto es que para la oposición fue un logro, el único de los últimos cuatro años, haber permanecido unida en inestable alianza, lo que les posibilitó lograr desechar la propuesta de reforma Constitucional del sector eléctrico planteada por el Presidente.

Pero también es un hecho que desde que inició este sexenio la oposición ha permanecido pasmada y hundida en las ciénagas fangosas de la confusión y el desconcierto, lo que ha permitido que la administración del Presidente López Obrador fluya sin la menor dificultad que la que resulta producto del gran peso de su poder.

Hasta el día de hoy, el Presidente ha tenido una mejor lectura del carácter de sus adversarios que ellos de él, de ahí el llamado constante dentro de las filas de la oposición a no caer en las “trampas” del Presidente, quien sabedor como es de sus debilidades, no duda en tentarlos y exhibirlos cada vez que puede, cosa que ha conseguido con gran éxito la mayoría de las veces.

En estas circunstancias resulta incierto el destino de la alianza opositora que requiere ir totalmente cohesionada para tener probabilidades reales de arrebatarle la Presidencia de la República a Morena y sus aliados en 2024.

Dentro de dicho bloque opositor el que más dudas genera es el papel que va a jugar Dante Delgado y su dantesco Movimiento Ciudadano.

Dante es el Ricardo Salinas Pliego de la política, es un personaje amoral, sin más principios e ideología que el rendimiento electoral lo que le permitió sin cargo de conciencia postular en Nuevo León a su actual gobernador cuya frivolidad sólo se vio fugazmente opacada por la amenazante postulación como candidato a Gobernador del Estado de Quintana Roo a Roberto Palazuelos.

En esa medida y pese a las profundas diferencias que mantiene con el Presidente López Obrador, al ser Dante Delgado un empresario electoral que no se guía por otro principio más que el rédito político no resultaría descabellado que llegara a un acuerdo con el futuro candidato Presidencial de Morena haciendo un borrón y cuenta nueva, construyendo una nueva relación con el partido en el poder a partir de 2024, a cambio de incrementar su poder.

Con ello la oposición quedaría en una posición sumamente comprometida y vería reducidas drásticamente sus posibilidades de alcanzar el triunfo en los próximos comicios federales ahondando con ello aún más su desazón y desesperanza, y todo ello como consecuencia de que la oposición no ha sabido adaptarse a la nueva realidad política del país, siguen anquilosados y anclados en el vetusto discurso de la guerra fría, sin ofrecer una propuesta política alternativa a la del Presidente que conforte a la población más vulnerable de nuestro país.

Por todo ello la oposición en México como alguien dijera en días pasados, es lo único que se ha venezualizado.

Regeneración