/ domingo 24 de diciembre de 2023

Vivencias | Es Navidad

Este día nos da siempre muchas lecciones, o al menos debería de darnos. Espero que hayan tenido como yo a mi familia cerca de mi corazón, aunque algunos estén lejos. Que hayan recibido buenas noticias y que el pan no haya faltado en sus mesas.

En la nuestra, bendecida con la fabulosa siempre comida de mi hijo, y rodeada de una parte de mi familia no puedo dejar de reflexionar en dos cosas muy importantes. Precisamente porque soy creyente y orgullosamente católica a pesar de todo lo malo que como en todos las cuestiones donde intervenimos los humanos, creo en la magia de lo que la Navidad significa, recordar y vivir el nacimiento de Jesús es renovar en nosotros el perdón, el amor por los otros y el valor de nosotros mismos y nuestro rol en el entorno que nos tocó.

La primera es recordar a los que este día y ayer sufrieron la ausencia quizá por primera vez, de un ser querido, los que ya tenemos muchas navidades sin ellos, los que sufren alguna pena, los que están enfermos, los que están solos, los que no tuvieron comida en su mesa. Los que están perdidos, los que les falta algo que necesitan.

La segunda, dar gracias a los que están y a los que ya se fueron que nos enseñaron a amar la Nochebuena y la Navidad, a los que nos enseñaron a juntar nuestras manos y orar por otros, por los que nos enseñaron a poner un nacimiento donde convivían el Niño, la Virgen su Madre, San José, el ángel, los pastores, los animales que calentaban su divina presencia, el pesebre y lo que significaba, y los tres reyes magos que lejos vieron y siguieron una estrella...

Por los que sufren una pena hoy, por los que están solos, por los que están, por los que no se han ido pero lo harán, por los que nos enseñaron a amar, por los que nos dieron la vida, seamos solidarios, seamos generosos y demos lo que nos enseñó Él con su venida a la Tierra, amor, armonía, paz, perdón, tolerancia.

Mis mejores deseos porque en su corazón y en su casa reine todo eso y más y que las bendiciones del Señor se derramen sobre todas las familias.

¡Feliz Navidad!

La primera es recordar a los que este día y ayer sufrieron la ausencia quizá por primera vez, de un ser querido, los que ya tenemos muchas navidades sin ellos...

Este día nos da siempre muchas lecciones, o al menos debería de darnos. Espero que hayan tenido como yo a mi familia cerca de mi corazón, aunque algunos estén lejos. Que hayan recibido buenas noticias y que el pan no haya faltado en sus mesas.

En la nuestra, bendecida con la fabulosa siempre comida de mi hijo, y rodeada de una parte de mi familia no puedo dejar de reflexionar en dos cosas muy importantes. Precisamente porque soy creyente y orgullosamente católica a pesar de todo lo malo que como en todos las cuestiones donde intervenimos los humanos, creo en la magia de lo que la Navidad significa, recordar y vivir el nacimiento de Jesús es renovar en nosotros el perdón, el amor por los otros y el valor de nosotros mismos y nuestro rol en el entorno que nos tocó.

La primera es recordar a los que este día y ayer sufrieron la ausencia quizá por primera vez, de un ser querido, los que ya tenemos muchas navidades sin ellos, los que sufren alguna pena, los que están enfermos, los que están solos, los que no tuvieron comida en su mesa. Los que están perdidos, los que les falta algo que necesitan.

La segunda, dar gracias a los que están y a los que ya se fueron que nos enseñaron a amar la Nochebuena y la Navidad, a los que nos enseñaron a juntar nuestras manos y orar por otros, por los que nos enseñaron a poner un nacimiento donde convivían el Niño, la Virgen su Madre, San José, el ángel, los pastores, los animales que calentaban su divina presencia, el pesebre y lo que significaba, y los tres reyes magos que lejos vieron y siguieron una estrella...

Por los que sufren una pena hoy, por los que están solos, por los que están, por los que no se han ido pero lo harán, por los que nos enseñaron a amar, por los que nos dieron la vida, seamos solidarios, seamos generosos y demos lo que nos enseñó Él con su venida a la Tierra, amor, armonía, paz, perdón, tolerancia.

Mis mejores deseos porque en su corazón y en su casa reine todo eso y más y que las bendiciones del Señor se derramen sobre todas las familias.

¡Feliz Navidad!

La primera es recordar a los que este día y ayer sufrieron la ausencia quizá por primera vez, de un ser querido, los que ya tenemos muchas navidades sin ellos...